sábado, 16 de diciembre de 2023
Mal vivir
Mal vivir (2023), del portugués Joao Canijo ganó el premio del Jurado en la Berlinale 2023, la Berlinale de Carlo Chatrian; y representa a su país buscando ganar un cupo a mejor película extranjera en los próximos Oscars. Es un melodrama sobre un grupo de mujeres unidas por la sangre y la regencia de un hotel de lujo. El filme gira sobre una de las mujeres en especial, sobre Piedade (Anabela Moreira), una dama bella de mediana edad con problemas de adaptación social, que vive sufriendo mentalmente la vida por cierto desequilibrio, que la hace rechazar a su hija, a Salome (Madalena Almeida), que ha regresado porque su padre acaba de morir, con quien vivía separado éste de su madre. Se dan muchos momentos donde ambas buscan amarse como madre e hija cualquiera, pero la dificultad de una madre de tendencia solitaria hace que la joven le tenga cierto resentimiento y surjan fricciones, que el filme de Canijo plasma poéticamente, muy físicamente, de manera expresiva gestual, donde más bien cuando hablan empiezan inmediatamente las peleas, es entonces que el silencio se presenta sabio, pero no obstante necesitan dialogar forzosamente para hacerse entender, aunque el amor existe, pero la personalidad materna se explota como ardua de convencer, aunque Piedade suele ser amable. Su madre de Piedade, Sara (Rita Blanco), es dura con ella, por ahí viene su desajuste. Hay una escena donde Piedade se infantiliza con su progenitora y ésta más bien en lugar de sensibilizarse, la trata mal. No obstante la lente siempre se posa sobre Piedade. Pero aunque se le deja un poco de lado, salvo cuando menciona que suele hacer el papel de villana injustamente, la madre de Piedade se muestra también alguien complicada, solo que Piedade está a la vista de todos. En el grupo de féminas también yace la hermana de Piedade, Raquel (Cleia Almeida), que tiene una injerencia menor, con cierto libertinaje bisexual, dentro de un filme bastante moderno que no lo toma como generador de un problema importante, como a su vez podría serlo. Es una trama que se ubica en el hotel y de ahí no se mueve, tiene el estilo típico del cine portugués, de los que exudan el ritmo de los calmados, y en sí gira sobre problemas sencillos pero bastante emotivos. Es una obra que presenta muchos choques con Piedade, que hace del cuco pero en realidad es frágil frente a los demás. Como personaje tiene atractivo, pero se tiende un poco a sobredimensionársele, pero como tratamos con un melodrama todo queda en el lugar que le pertenece. Es una película que se posa en los espacios y se toma su tiempo, le saca el jugo al hotel. Es un trabajo que versa sobre la cotidianidad y así saltan los infaltables conflictos de interrelación familiar. Ésta propuesta fluye expresando que ser padre es más complicado de lo que parece. Incluso para madres como Sara que suelen considerarse muy autosuficientes, que son fuertes. También está no poder pasar de nosotros -de cierto ombliguismo- a los demás, incluso no siendo malas personas.