domingo, 10 de septiembre de 2017

Doble

Esta película peruana colombiana dirigida por el colombiano Felipe Martínez Amador es una película comercial simpática y con un nivel decente de comedia, aunque a ratos se va por el camino fácil de la broma gruesa y la jerga, pero son los menos. El nivel general del filme es saludable, y está bien constituido, aunque buscando motivos y continuidad al hecho de mezclar los tiempos para hacerse con la mujer deseada se note a ratos algo forzado, sin embargo funciona en general. El filme de Martínez Amador por momentos es bastante ligero, pero su narrativa en conjunto fluye, es amable y agradable, también tiene su audacia con la mezcla de las distintas realidades, de la realidad paralela, del deseo de Fede (Salvador del Solar) de tener más tiempo libre con su esposa, la que para ocupada con un trabajo demandante, aunque de mucho éxito y dinero, pero aun así ella trata de complacer a su marido. La esposa la interpreta la colombiana Majida Issa como Mariana.

Fede exagera un poco el problema de la distancia, cuando ella no puede ir a celebrar su aniversario -20 años de casados- al lugar donde se conocieron. Quizá por eso su estupidez y –entre comillas- buena onda termine golpeándole como un boomerang, aunque él crea que hace lo mejor y hasta se sienta realizado y feliz consigo mismo. Pero vayamos más atrás, Fede al ver pasar un cometa, el mismo de su juventud y el mismo del comienzo de su romance con Mariana, pide un deseo medio sin querer queriendo y vuelve al pasado, a conocer otra vez a su mujer, 20 años atrás, mientras su mujer de la actualidad se va alejando de verdad de él y éste paradójicamente siente que es lo mejor. Doble estupidez, y es que doble no sólo es la mujer repetida. El filme pretende la corrección política. Fede aunque en un inicio hace lo que le da la gana, se va con la versión joven de su mujer, la que quiere ser fotógrafa, y él su manager y no su marido, termina minimizándose y prácticamente botándose a la basura; claro, que con algún detallito de por medio como ganar la independencia laboral.

Detrás de la película hay un argumento –un lugar común cinematográfico- disque idealista, pero que realmente es superficial y antinatural, porque no retrata personas, sino entes inanimados y fantasiosos, pero más allá de esto –aunque un punto clave- el filme tiene muy buena comedia y la ciencia ficción con el manejo de las aventuras y el rock de la vida paralela de hace 20 años se hace muy entretenido, otorgándose flexibilidad y plasticidad e incluso hay cambios que llegan a ser muy graciosos, porque no se les toma en serio en absoluto, sobre todo con el personaje que hace Christian Meier que es jocoso. A Meier le va muy bien la comedia, como a Salvador del Solar sin caer en lo alevoso.

El filme tiene su buena cuota de ingenio en esta interacción con los tiempos y las distintas versiones de Mariana, la que se hace creíble en dos épocas y edades distintas, mérito de ella sin aspavientos. Salvador del Solar también está a la altura como el personaje central, tiene carisma y la ligereza que implica su papel. El filme se ambienta en Colombia, pero los lugares tienen un aire muy general que poco importa confirmar en donde nos hallamos. El filme en ese aspecto hace ver la actualidad de Fede y Mariana como gente con cierto poder adquisitivo y el pasado algo tipo punk, rebelde. No se necesita mayor complejidad en los escenarios.

El efecto y la justificación del cometa mágico y el deseo cumplido es lo suficiente funcional, pero logrado, que como dice un diálogo, no es necesario hablar de duendes y subrayar que tratan con lo absurdo. También hay momentos muy coherentes que hacen un buen contraste con el aspecto fantástico. A ese respecto la psicóloga y gurú de la mujer casada dominante que interpreta otra colombiana, Julieth Restrepo, se brinda muy competente. Este filme no apela a la vulgaridad habitual de la comedia del cine nacional, entrega un cine más sofisticado en cuando a maneras y a su temática, sin perder en el trayecto la cercanía con el público, ser entretenido y tener un toque de arte. La mezcla de los tiempos, los cambios del futuro y la estructuración no necesitan ser revolucionarios, sólo hace falta algo de imaginación, gracia, proximidad, sentido del ritmo y de la comedia, para hacer algo valioso. Como entretenimiento comercial es un éxito, sin ser plus ultra. Es un filme ligero con un manejo claro y algo curioso, una comedia romántica efectiva –divertida- con su toque interesante que hasta se da el lujo de saltarse alguna convención determinante, mediando un cierto aire pro-feminista (también bromea con ello con la psicóloga), aunque todo manipulado por un hombre.