jueves, 14 de mayo de 2020
Zombi Child
Ésta película de Bertrand Bonello es una película medio rara, no tanto por lo que veremos, sino un poco por cómo está contada. Por buen rato no se entiende de qué va el filme. Más tarde la protagonista, una muchacha de color, alumna de instituto, lo explicará todo, bajo una simple conversación, ya que las imágenes ya la habían precedido, que es lo que estuvimos viendo. Esto puede ser considerado un error, el filme requiere explicar lo que hemos visto. Finalmente lo explicado por la chica da a entender que no había sido tan complicado lo expuesto visualmente. A pesar de todo el filme aun así mantiene cierta virtuosidad. El asunto es que es una película de fantasía, pero sin ser radical, muy distintiva o potente visualmente. Puede tener de terror, pero definitivamente no es una película de terror. Por todo esto se hace una película extraña, curiosa si se quiere, aunque no tan interesante ni tan impactante. No obstante toda rareza siempre es bienvenida, para mí al menos en buena parte, en términos de originalidad y respetabilidad del autor. Bonello trabaja con 2 historias en paralelo. Es el presente con Melissa (Wislanda Louimat), originaria de una familia apegada al vudú, como alumna nueva en busca de ser aceptada en un colegio francés por el grupo cool de compañeritas; y también son los destellos del pasado en Haití de la familia de Melissa, con su padre que fue un zombi. El filme utiliza cosas del terror y la fantasía, pero es un filme dramático en realidad, intentando ser realista con la creencia y fe en el vudú y los zombis, con la cultura de Haití de estos 2 sucesos, pero, claro, aparece una posesión demoniaca y todo se ve algo un poco inclasificable. El demonio además es medio estrafalario, tiene cierto toque cómico. La idea también que subyace en la obra es que esto realmente sucedió -la historia del padre-, que la presente película se basa en hechos reales. Por todo es un filme llamativo, de la mano de un autor siempre atrayente como el francés Bertrand Bonello que exuda harta personalidad, aun a costa del resultado, pero sin caer tampoco en el adefesio.
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