jueves, 28 de mayo de 2020
In Vanda's room (No Quarto da Vanda)
No Quarto da Vanda (2000), documental -o docuficción si quieren, actuando la propia vida- del portugués Pedro Costa, nos habla de una muchacha llamada Vanda Duarte. Vanda es drogadicta, adicta a la heroína, pero no es la única en su barrio. Incluso vemos también en la misma situación a su hermana Lena con la que comparte bastante tiempo en su habitación, el punto donde se drogan y para metida la protagonista, salvo cuando sale a vender coles y lechugas por los alrededores. Vemos en el transcurso de las 3 horas del filme mucho drogadicto drogándose, como presenciar inyecciones colgando de los brazos. El filme gira sobre esto mientras expone la pobreza del barrio de Fontainhas, barrio ubicado en Lisboa, Portugal. Costa muestra la sobrevivencia de los inmigrantes caboverdianos que dominan la zona de Fontainhas; o es que en realidad simplemente andan ahí sin más proyección. Una persona hace una lista de los trabajos y ocupaciones que sólo le permitía -según él- su existencia, su situación, apunta también al crimen como opción; su rostro yace triste, desilusionado de la vida, de su realidad. En lo que observamos abunda la gente de color, aunque Vanda no es negra. La adicción es el centro de la propuesta, de eso hablan bastante, en toda naturalidad. Así refiere una de las tantas conversaciones a la abundancia de hematomas que dejan los tantos pinchazos que se dan. Es un filme duro de ver, se puede apreciar a Vanda drogándose muy a menudo, aunque también interactúa de otras cosas con su madre o con algunos amigos y vecinos. Fontainhas es un lugar temible en cuanto a realismo, a drogas y pobreza. Los callejones andan con barriles encendidos en fuego, buscando la gente calor en la oscuridad, en un filme de muchas sombras y muchas tinieblas. De ésta manera andan los niños jugando. Vanda es muy flaca, está en los huesos, su físico denota bastante su adicción. Su cara está demacrada, maltratada. Pero ella sigue inhalando los vapores de la heroína, no baja el ritmo, es algo ubicuo. Ella, que habla mucho en el filme, comenta sobre la cárcel y el hospital, lugares que le rondan, que se le avizoran, aunque toma algunas precauciones, como deja oír. Pedro Costa logra coger toda la destrucción del barrio de Fontainhas, que se puede ver además simbólicamente en que están derrumbando muchas casas del barrio. Por todo es un retrato doloroso, aun cuando Vanda parece alguien bastante fuerte.
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