martes, 19 de marzo de 2024
Garrincha - Alegria do Povo
Éste documental es el debut del brasileño Joaquim Pedro de Andrade. Es de 1963 y está calentito cuando el delantero derecho Manuel Francisco dos Santos, alias Garrincha, apodo que proviene de un ave como un ruiseñor que es oriundo de América, estaba en su máximo momento de gloria futbolística. Un año atrás había sido nombrado el mejor jugador del mundial de 1962 donde Brasil ganó el título y era la segunda vez consecutiva que Brasil ganaba un mundial gracias a su talento. Tanto en el mundial de 1958 como el de 1962 estuvo presente el mejor futbolista de la historia, Pelé, que debutó en un mundial con 19 años, pero Garrincha hizo más en estos 2 primeros mundiales, si bien Pelé destacó también, y ya en 1970 se luciría sin Garrincha con un nuevo título para Brasil. El documental de Pedro de Andrade como está calentito y el fútbol es un deporte que despierta pasiones y fanatismos no se manifiesta muy explicativo, sino asume que uno sabe mucho de Garrincha, entonces simplemente pone en movimiento la cultura del fan, le habla más al que lo conoce celebrando con éste público un homenaje a su figura de futbolista excepcional, uno de los mejores futbolistas de la historia. Se dice que tenia aves de mascotas, y se alude indirectamente a su sobrenombre. Hay mucha foto fija y bastante material de archivo de lujo para observar toda esa grandeza que tenía éste futbolista en la cancha, quien sabia hacer bailar a sus contrincantes como el mejor regateador de todos, que por sus piernas torcidas no sabían porque lado iba a tirar a correr o pasar la pelota. Ese es otro punto que habla de alguien especial, la anatomía de Garrincha no apunta al cuerpo natural o ideal que va a brillar en éste deporte, sino estaba lleno de imperfección, sin embargo como el talento no conoce reglas ni límite alguno se paso por alto todo lo que apuntaba en su contra, se volvió excepcional contra todo pronóstico. Otra cosa es que Garrincha era muy carismático, un tipo del pueblo, salido de abajo, y siempre lo llevo consigo, generaba mucha empatía. A donde iba lo seguían, se amontonaban a su alrededor, como se pone a prueba en la propuesta. Los niños lo rodeaban, los adultos querían abrazarlo, darle la mano. Lo llamaban por ello la alegría del pueblo, por todo lo que se entregaba y conseguía en la cancha. Así vemos literalmente por el final, en el desarme y en la total complicidad del estadio, los marcados estados de la existencia, Garrincha despertaba fuertes pasiones, cundía de emociones al público que reaccionaba desde lo más profundo. El documental exhibe con gran perfección esa devoción del fanático alrededor de su ídolo. Hay consistente tiempo, bien dosificado, muy bien invertido, donde la cámara construye un hermoso resumen, dejando ver la técnica de Garrincha y es poesía visual. Cogemos su magia en estado puro con el dominio de su cuerpo. El filme no habla de nada negativo, puesto que es hasta 1963, Garrincha era el hombre que daba la hora, al que todos adoraban y admiraban, dentro del deporte más popular del mundo. Lo observamos entrenando y jugando en su primer club profesional, el Botafogo. Así mismo se pasa revista a la empresa textil de su lugar natal, Pau Grande, Magé, donde trabajaban todos los de la zona, donde estuvo junto con los amigos de toda la vida. En éste trabajo le solían perdonar que sea un poco flojo porque los fines de semana hacia ganar siempre al equipo de fútbol de la empresa. Lo vemos jugar a lo paradisiaco con la gente de su infancia, enrumbados hacia los 30. Igualmente contento con su familia, con sus 7 pequeñas hijas con las que echa a bailar, con esa festividad que le solía acompañar. El filme es una celebración del amor por el deporte.