Lo que más llama la atención de éste documental es que sus imágenes
son lo más simples, humildes y austeras que uno puede imaginar, lo que va
mostrando mientras nos relata cosas. Esto es tremenda curiosidad cuando se
supone que el cine son imágenes, pero también es curioso notar que el filme es
muy interesante por lo que va contando, como va ramificando un caso de racismo.
Al final la atención que genera ir escuchando –o leyendo, por subtítulos- lo
que tiene que contar, lo que investiga, sus revelaciones, hace olvidar que son
las imágenes más llanas del universo las que van acompañando la propuesta. Se
ve una carretera, se oye una canción folk tradicional, salen unas letras y
nombres moviéndose como en ritmo hip hop. Vemos pasajes que resplandecen como electrificados,
puestos en sombras, manipulada la realidad de estas imágenes secundarias. Es un
documental que pudo ir por lugares vistosos, pero opta por una construcción artística
de lo mínimo, de lo carente de espectáculo, de lo que puede pasar por simplón. Pero
no obstante la investigación es audaz, te atrapa, va hilando e hilando, te va
metiendo en su denuncia del racismo en general que se vive en Estados Unidos,
partiendo del sur, estudiando el caso de un familiar del propio director, director
que hace de guía todoterreno y mostrando que su trabajo es algo muy personal y
chiquito. Es un filme de investigadores. Lo que cuenta es interesante, aunque haya
que leer dos cartas de gente cercana que trata de revelar quien fue el
bisabuelo de Travis Wilkerson, del director del filme. La película trata de
como S.E. Branch, un caucásico dueño de una pequeña tienda de comestibles, asesinó
de 2 disparos a sangre fría a un
afroamericano, a Bill Spann, alegándose defensa personal (Spann llevaba un
cuchillo). Branch fue declarado muy fácilmente inocente y siguió su vida de
manera normal. Pero Wilkerson deja en claro que su bisabuelo era una mala
persona y duda de como sucedió la muerte de Spann, quien casi es un NN, un anónimo.
Esto va creciendo y se va tornando una denuncia grande sobre el aún vigente
racismo americano. Se oye de otros casos similares, hablan activistas de los
derechos civiles de los afroamericanos. Se menciona gente emblemática al
respecto. El documental intenta resolver un caso que queda lejano y oscuro, lo
de Spann sucedió en los 40s. Wilkerson falla quizá en resolver el caso, en sus
pesquisas, pero deja muy potente su denuncia general, sobrevuela la impunidad
del racismo. Es un filme que en conjunto satisface, que llega a superar sus
carencias, sus imágenes humildes, su falta de precisión, su falta de concretar
el caso específico. Argumenta bien mientras honra la muerte de Bill Spann.