El found footage pareciera fuera algo donde no parecen haber muchas posibilidades, algo limitado, si seguimos el manual, o algo banal y vacuo como en gran parte del cine de terror, pero sin embargo se llegan a hacer películas notables. En algunos, como no puede faltar, es una fuente de originalidad. Hay sus trabajos bastante buenos, como el presente, de la española Nuria Giménez. Es una película donde mucho es falso, pero también tiene de verdad, y hasta de trascendencia. El filme abre con una frase que dice que muchas mentiras a veces muestran la verdad en realidad, así tal cual. Las mentiras muchas veces son necesarias, alivian o hacen la vida mejor en muchos sentidos, así de contradictorio es el mundo, así estamos diseñados, pero eso se aprende con el tiempo. El filme recoge material de archivo, videos caseros, hallados en Suiza, pertenecientes a los abuelos de la directora que ha revisado, escogido, resumido, para luego "inventar" la historia que veremos, sobre una pareja que lleva otros nombres, León y Vivian Barrett, que al tener poder adquisitivo los vemos viajando muchas veces y disfrutando de la vida, aunque también se habla del negocio del hombre, sobre un medicamento. En el filme leemos subtítulos, ahí yace la lectura del diario de Vivian quien es quien cuenta la historia que presenciamos. Como podemos apreciar es una mirada femenina la expuesta. Los vídeos caseros que vemos pertenecen a León, el marido, pero es Vivian quien los analiza o les da forma, y tras ella la artífice, la directora, a la vera del found footage y su creatividad. Hay una amalgama perfecta entre los diarios y las imágenes de archivo. León se la pasa posando, mientras su esposa denota estar un poco aburrida de él. León es un hombre realizado, feliz, pero su mujer yace medio disconforme con su realidad, aunque no lo dice directamente. Esto puede sorprender un poco, porque los Barrett se pudren en plata y se dedican a gozar de la vida, a viajar por el mundo. Pero así somos todos los seres humanos, nadie está conforme con nada nunca, a todos nos fastidia algo, en toda vida hay dolor y pena. La felicidad como se puede ver -aunque tendemos a pensar distinto- suelen ser menos momentos que otros. Todo llega a aburrir. León como que de tanta felicidad -sonrisas que vemos a diestra y siniestra- no le presta toda la atención que las mujeres suelen exigir. Vivian tiene un affaire, de aquí el título del filme, con un mexicano. Éste mexicano puede ser un invento de Nuria, o puede que en efecto sea alguna historia íntima familiar. El mexicano yace en fuera de campo, nunca lo veremos, se habla de él únicamente, Vivian habla de él. Más que de Los puentes de Madison (1995) éste mexicano es solo una aventurilla producto del aburrimiento que siente Vivian del marido egocéntrico, a razón de esa atención que falla. A Vivian se le percibe muy formal, algo contenida públicamente, pero cuando la vemos descalza por la playa con sus tacos en la mano podemos notar -fetichistas, eso sí- que ella puede ser una mujer provocadora y sensual sin pretender exageración. Esa mujer también filosofa a través de un gurú indio que es otro invento de Nuria, otra mentira que guarda mucha verdad y trascendencia. Nuria ha dicho que éste gurú nace de lo cotidiano más que de textos en específico. Es su cualidad de directora culta, e inteligente, para pensar por sí misma. Como la manzana de Newton el mundo que nos rodea es una ventana al saber.