martes, 17 de julio de 2018

The Man from Laramie


Ésta es otra obra maestra de Anthony Mann que tiene mil giros y sorpresas, es todo lo impredecible e intenso que uno pueda pensar. Un hombre que dice no ser un pistolero, Will Lockhart (James Stewart), pero sí un hombre de carácter, va a un pueblo llamado Coronado en busca del culpable de la muerte de su hermano, muerto en una masacre por los violentos y combativos apaches, producto de que alguien les ha vendido rifles.

Ésta masacre de un regimiento militar es sólo el punto de partida de una película que contiene muchos hilos emocionales, centrados en la familia más poderosa del territorio, con el patriarca Alec Waggoman (Donald Crisp), dueño de casi todo, un tipo ejemplar, aunque hecho con la fuerza de su carácter, que lo mantiene aún en la edad, en el que es un gran personaje.

Alec Waggoman provoca una escena en que enfrenta con las armas a Lockhart sólo, aun viejo y casi ciego. Lockhart por su parte también esta disminuido físicamente, herido de una mano, y así agarra la escopeta. Lockhart es un tipo muy bravo y muy justo, quien no necesita ser pistolero, pero es un héroe en toda grandeza, sencillo, pero clásico.

El filme tiene varios enemigos, alguno impensado, creando una competencia por el poder y la herencia que no tiene nada de típica, entre el agresivo Dave Waggoman (Alex Nicol), que parece el más corrupto, pero es su deseo de estar a la altura del legado de su padre, y Vic Hansbro (Arthur Kennedy), un tipo que luce correcto, encargado del imperio de Waggoman, pero termina como todo un descubrimiento.

En el filme Lockhart no quiere irse, a pesar de que su vida pende de un hilo. También siente atracción por la sobrina de Alec, Barbara Waggoman (Cathy O'Donnell), comprometida con Vic, a quien Lockhart al oírle decir que no es tan bella le dice que a él le parece deliciosa. Más tarde ella brindará otra hermosa escena romántica clásica donde confiesa su confusión amorosa.

Anthony Mann en un principio pareciera que hablara de ir contra el monopolio del territorio, pero luego lo resuelve de manera muy sencilla, prácticamente se olvida del tema. El único apoyo de Lockhart es una dama solterona ya mayor, Kate Canaday (Aline MacMahon), éste personaje tiene la frase audaz y precisa en la punta de la lengua. Mann hace ver el enfrentamiento de Lockhart como el de un sólo hombre contra muchos, contra lo que parece imposible de salir victorioso, como la llegada de los apaches por las armas, pero todo lo resuelve con gran inteligencia y coherencia.

El filme se ampara mucho en la inestabilidad familiar de los Waggoman, producto del carácter explosivo, cruel, engreído e inmaduro de Dave, que empieza como un enemigo total, y luego se diluye en medio de accidentes y homicidios no premeditados. El enemigo se vuelve menos predecible, aunque Dave y Lockhart entregan escenas gloriosas, como cuando Dave hace su entrada y hace que arrastren del caballo sobre una fogata a Lockhart. Luego también cuando Lockhart busca la revancha en una toma hermosa saliendo furioso y decidido a su encuentro.

Hay peleas a puño limpio y duelos con final novedoso, muy bien dramatizados, sin recurrir a la exageración de las habilidades, es realista y con su propia expectativa, pero jugando al héroe solitario y valiente hasta lo suicida. La acción tiene un toque menos brutal, pero muy impredecible y emocionante, recurriendo mucho a las relaciones humanas y a su complejidad. Dave tampoco es un pistolero, pero tiene en sí la furia y violencia del peor rival de la tierra.