Ésta es otra obra maestra de Anthony Mann que tiene
mil giros y sorpresas, es todo lo impredecible e intenso que uno pueda pensar.
Un hombre que dice no ser un pistolero, Will Lockhart (James Stewart), pero sí
un hombre de carácter, va a un pueblo llamado Coronado en busca del culpable de
la muerte de su hermano, muerto en una masacre por los violentos y combativos
apaches, producto de que alguien les ha vendido rifles.
Ésta masacre de un regimiento militar es sólo el punto de
partida de una película que contiene muchos hilos emocionales, centrados en la
familia más poderosa del territorio, con el patriarca Alec Waggoman (Donald
Crisp), dueño de casi todo, un tipo ejemplar, aunque hecho con la fuerza de su
carácter, que lo mantiene aún en la edad, en el que es un gran personaje.
Alec Waggoman provoca una escena en que enfrenta con las
armas a Lockhart sólo, aun viejo y casi ciego. Lockhart por su parte también
esta disminuido físicamente, herido de una mano, y así agarra la escopeta.
Lockhart es un tipo muy bravo y muy justo, quien no necesita ser pistolero,
pero es un héroe en toda grandeza, sencillo, pero clásico.
El filme tiene varios enemigos, alguno impensado, creando
una competencia por el poder y la herencia que no tiene nada de típica, entre
el agresivo Dave Waggoman (Alex Nicol), que parece el más corrupto, pero es su
deseo de estar a la altura del legado de su padre, y Vic Hansbro (Arthur
Kennedy), un tipo que luce correcto, encargado del imperio de Waggoman, pero
termina como todo un descubrimiento.
En el filme Lockhart no quiere irse, a pesar de que su vida
pende de un hilo. También siente atracción por la sobrina de Alec, Barbara
Waggoman (Cathy O'Donnell), comprometida con Vic, a quien Lockhart al oírle
decir que no es tan bella le dice que a él le parece deliciosa. Más tarde ella
brindará otra hermosa escena romántica clásica donde confiesa su confusión
amorosa.
Anthony Mann en un principio pareciera que hablara de ir
contra el monopolio del territorio, pero luego lo resuelve de manera muy
sencilla, prácticamente se olvida del tema. El único apoyo de Lockhart es una
dama solterona ya mayor, Kate Canaday (Aline MacMahon), éste personaje tiene la
frase audaz y precisa en la punta de la lengua. Mann hace ver el enfrentamiento
de Lockhart como el de un sólo hombre contra muchos, contra lo que parece
imposible de salir victorioso, como la llegada de los apaches por las armas,
pero todo lo resuelve con gran inteligencia y coherencia.
El filme se ampara mucho en la inestabilidad familiar de los
Waggoman, producto del carácter explosivo, cruel, engreído e inmaduro de Dave,
que empieza como un enemigo total, y luego se diluye en medio de accidentes y
homicidios no premeditados. El enemigo se vuelve menos predecible, aunque Dave
y Lockhart entregan escenas gloriosas, como cuando Dave hace su entrada y hace
que arrastren del caballo sobre una fogata a Lockhart. Luego también cuando
Lockhart busca la revancha en una toma hermosa saliendo furioso y decidido a su
encuentro.
Hay peleas a puño limpio y duelos con final novedoso, muy
bien dramatizados, sin recurrir a la exageración de las habilidades, es
realista y con su propia expectativa, pero jugando al héroe solitario y
valiente hasta lo suicida. La acción tiene un toque menos brutal, pero muy
impredecible y emocionante, recurriendo mucho a las relaciones humanas y a su
complejidad. Dave tampoco es un pistolero, pero tiene en sí la furia y violencia
del peor rival de la tierra.