domingo, 17 de marzo de 2024

American Fiction

American Fiction (2023) debut del americano Cord Jefferson adapta la novela Erasure (2001) de su compatriota Percival Everett. Ésta propuesta ganó mejor película en el TIFF 2023, que es un premio prestigioso y curiosamente toda la gente asistente a las sesiones es la que vota, es un premio del público. En la historia tenemos a Thelonious "Monk" Ellison (Jeffrey Wright), un escritor sofisticado que no tiene mucho público, prácticamente es un desconocido. Un día se da cuenta que hay una escritora, Sintara Golden (Issa Rae), que trabaja con los estereotipos de los afroamericanos y es muy popular y exitosa. A él le molesta que a los afroamericanos se les encasille en su peor imagen, rodeados de crimen y sufrimiento a esa vera, siempre gángsters, siempre raperos. Monk incluso expresa muy audazmente que más que encasillarse en ser denominados afroamericanos, deberían verse más allá, como principalmente norteamericanos y buscar destacar, proponer complejidad, intelectualidad y brillar de esa manera. Monk se molesta y hace un libro al estilo de los estereotipos de los afroamericanos y lo hace con humor negro, pero ¡oh sorpresa!, empieza a tener relevancia, popularidad, lo empiezan a convocar de todas partes. Producto de esto puede estar cerca de Sintara y se da una gran conversación entre ellos, poniendo los distintos puntos de vista sobre la palestra, es así que éste filme si bien es más cómplice de Monk, da espacio para las opiniones opuestas. Igualmente la novia de Monk, Coraline (Erika Alexander), discute opiniones opuestas con Monk que es un tipo muy inteligente, pero también algo distante por ello del resto y choca a menudo con el mundo. Coraline es una mujer educada e inteligente, pero sí da cabida a lo popular, a esos lugares comunes que Monk detesta y siente que limitan el progreso y la mirada de su gente. Monk es un tipo intelectual de buena posición social, educado, de buena familia, no es rico, pero vive muy bien. El filme también muestra empatia de a pie con el público, con problemas familiares, gente que nos deja o gente que se va deteriorando por la edad, también hay momentos dulces y empáticos con la nana de Monk, Lorraine (Myra Lucretia Taylor), y con el hermano de Monk, Clifford (Sterling K. Brown), sobre su identidad sexual. Es una película que busca la sofisticación de la gente de color, pero también muestra la bella simpleza de nuestra humanidad, no es que se distancie de la gente, pero quiere también que vean más allá, que no se les encasille, de esa manera tan vulgar y simplista en las acciones, todo visto como un gángster, como alguien irreverente que no sigue reglas y lo hace de la manera más plana y criminal, tal lo define la discusión del metacine pues ésta propuesta que vemos se refleja a su vez como la película de un guion de Monk, donde los policías terminan acribillando a Monk, que se hacia pasar por un autor prófugo de la ley para ganarse al público. Es una película que también desnuda como los blancos americanos -editores, productores- celebran estos estereotipos, por una curiosa búsqueda de integración y de querer congraciarse con la gente de color, con lo popular de ellos. También porque estos estereotipos son muy imitados, la imagen de gángster, de rapero, incluso por los blancos y produce mucho dinero. 

sábado, 16 de marzo de 2024

Midnight Cowboy

Cowboy de medianoche (1969) del británico John Schlesinger, ganó 3 Oscars, mejor película, mejor director y mejor guion. El guion estuvo a cargo del americano Waldo Salt que ganaría un Oscar más por otro guion (Coming home, 1978) y fue nominado por lo mismo por Serpico (1973). Adapta la novela de idéntico nombre de James Leo Herlihy. El filme nos remite a la amistad de un puto, Joe Buck (Jon Voight), y un estafador de poca monta, Ratso (Dustin Hoffman). Joe viene del sur de Estados Unidos y quiere una vida fácil, no quiere un trabajo ordinario y cansado -como inicialmente, lavando platos-, cree que le irá mejor cumpliendo con los sueños húmedos de las señoras, pero en New York todo será distinto a lo que pensaba, no le será sencillo sobrevivir económicamente, ni siquiera laborar de puto como pensaba o creía que porque simplemente es un buen amante todo sería cuesta arriba, que sería bendecido de golpe al pisar la gran ciudad. Joe es un poco inocente, hasta se deja engañar, y para sobrevivir tendrá incluso que tener sexo con gays que son los que buscan mayormente a los putos.  A Joe esto no le gusta, pero parece que no le queda otra, es la dura realidad, vivir pobremente en New York donde Ratso prácticamente es un indigente y él le acompaña en esa existencia. Encima Ratso yace enfermo y sin poder curarse, además de que en realidad es un tipo ignorante y no tiene las mejores salidas mentales. El filme intenta ser algo innovador y se apunta a la movida independiente de fines de los 60s y comienzo de los 70s en EEUU, con fiestas donde se mezclan todos gracias a la apertura mental y deseo de experimentación de los jóvenes privilegiados neoyorquinos, provocando fiestas con un cierto toque freak. Joe yace en un tira y afloja, a veces le atina, pero luego cae en el abismo, es la idiosincrasia de los que no tienen futuro. Joe es un tipo muy simple y esto le hará pagar caro, en un lugar donde se rompen los sueños y a la gente frágil. Así también vemos gays que pasan por trances donde sufren para aceptar quienes son, por sus ansias sexuales, llegando hasta lo patológico y autodestructivo, y ahí se presta el relato para una escena muy fuerte de ver y de pensar, que traerá la tragedia, hacia ese final de perdedores hundidos en el infierno, con una mirada pesimista, en una New York de muchas caras, de privilegios, goces y juergas, de extravagancia, y también de gente que se queda en el camino. Es una historia triste, de un final que parece no ajustarse a como parte Joe, lleno de optimismo, aunque queriendo anclarse a una vida fácil y queriendo brillar con cierta velada corrupción disfrazada de aventura y apasionamiento tras lo sexual. Es el anhelo de la vida cool en el libertinaje que nos termina cobrando factura, aun cuando Joe como con Shirley (Brenda Vaccaro) de compañera sexual que le paga por sus servicios tendrá su momento de gloria, dando a pensar la posibilidad de que sus sueños inocentes pueden cumplirse, de vivir de mujeres adultas sexys o de muchachas rebeldes. 

jueves, 14 de marzo de 2024

A Dirty Story (Une sale histoire)

Ésta película de 1977 se divide en 2 cortos de 25 minutos cada uno. Lo dirige el francés Jean Eustache. El primer corto es la performance del segundo corto que es documental. Son casi idénticos. Es interesante observar, comparar, como Eustache adapta el segundo corto, como se percibe el primer corto. El primer corto tiene a un actor reconocido y de extensa carrera y por entonces ya muy experimentado pero no demasiado conocido tampoco por muchos, al menos no por los observadores casuales. Él es Michael Lonsdale y hace del amigo de Eustache en la vida real, Jean-Noël Picq. Picq ideó la historia y es más una anécdota y vivencia personal suya. En el corto documental Picq simplemente está en una sala conversando con sus amigos, hombres y mujeres de distintas edades, incluido entre los presentes el propio Eustache que apenas se le ve. En gran parte es un monólogo de Picq, pero luego sobre todo las mujeres debaten lo que ha contado. Su relato es sobre él mismo descubriendo un hueco secreto en la pared que le permite ver el baño de mujeres de una cafetería-restaurante. Gira alrededor de la fijación de ver vaginas, vulvas. Todo es diálogo, no hay imágenes de las partes intimas. En el trayecto Picq habla de asuntos morales, así como de las diferencias femeninas a raíz de las vulvas (y a lo que le da gran dimensión), de la seducción y la aventura, de lo doméstico o poco apasionante, de lo pervertido, de lo autodenigrante, del esfuerzo que paga más que lo fácil, de la igualdad y diferencia de géneros, de la humillación en la sintetización, de la vanidad femenina, del voyerismo desde varios ángulos, de la mala obsesión, de la animalización, hasta del machismo y el feminismo, etc, dentro de una anécdota muy rica en pensamientos y que se comprende perfectamente. Muchas de las mujeres presentes parecen ofendidas y lo atacan un poco, dentro de un ambiente educado. Picq responde como puede. El monólogo se presta para mucho debate. Aunque lo que hace Lonsdale está muy bien, hay pequeños detalles, como tics y cierto nerviosismo, movimientos más de reflejo, que denotan sin saber cual es actuación y cual es documental que la parte de Picq es la verídica, la parte de mayor naturalidad, y la imperfección más bien le ayuda. No obstante las diferencias son mínimas, incluso de quienes escuchan. Visualmente los cortos son un alarde de extrema austeridad, pero el relato en sí, el monólogo y el debate, es bastante seductor, así como el mecanismo de la imitación, y además está el reconocimiento del quehacer del propio cine. Es valioso ver como algo que como en Porky's (1981) puede ser aunque dentro de lo cómico, vulgar, aquí se convierte en algo intelectual, desde lo que anuncia el título, una historia sucia. 

lunes, 11 de marzo de 2024

Save the Green Planet!

Save the Green Planet (2003) es el debut del coreano Jang Joon-hwan y es una de las películas más celebradas del último cine coreano. Es un filme que maneja diversidad expositiva, es por una parte una sátira de ciencia ficción, y también es un thriller clásico coreano de los muy buenos, teniendo mucha fama como país al respecto, y por último plasma mucha extravagancia e irreverencia pero de la buena, de la que se llega a comprender y a ser uno cómplice. El filme tiene de protagonista a Lee Byeong-gu (Shin Ha-kyun), un chico estudioso de los aliens que cree firmemente que los extraterrestres están por invadir y destruir el planeta. Para eso hay extraterrestres encubiertos como personas en la tierra desde hace tiempo y nuestro protagonista piensa que uno de ellos es Mr. Kang Man-shik (Baek Yun-shik), un empresario super conocido y millonario quien según Byeong-gu va a recibir a los aliens. Es entonces que Byeong-gu lo secuestra y lo lleva a su hogar que está muy bien camuflado en el campo. Era un sauna y baño para mineros, luego un centro de apicultura, lugar que es como un bunker que Byeong-gu ha acondicionado para poder torturar en plena libertad -más tremendo humor negro y mala sangre- al empresario, quien es un hueso duro de roer y en lugar de estar blandito, yace fiero y retador como un león, aun bajo las circunstancias de hallarse atrapado por un especie de demente que está segurísimo de que es un extraterrestre y donde entra a tallar una comedia muy satírica. A Byeong-gu lo acompaña su novia en su secuestro macabro, una gordita, equilibrista de un circo, Su-ni (Hwang Jung-min), que también se presta para el humor negro y la consabida tortura y quien adora a su pareja y le es leal radicalmente, sin límite alguno, habiendo una historia de amor freak entre ellos. La cosa se pone perversa cuando detrás de todo hay un asesino en serie y un quehacer oscuro que hacen del presente un thriller en toda regla. Para eso entra a tallar un policía de esos admirados o de culto pero oficialmente losers, el inspector Choo (Lee Jae-yong), quien emprende por su cuenta y astucia la búsqueda del empresario. El momento que descubre la casa aislada de madera como en una pradera y en altura es como si una película de terror le diera la bienvenida y al espectador. Al inspector Choo le dice un joven oficial y fan, como bromeando, que parece un vagabundo, se ve un poco descuidado, y en sí tiene un aspecto bastante peliculero, en un filme que tiene un lado bastante cool hedonista, pero acompañado de otras expresiones y estéticas. A Byeong-gu se le suma un background sólido, interesante y curioso, que le da ambigüedad moral y mucha libertad al mismo tiempo, donde representa la crueldad y también una cierta lastima, y a la vez pivotea como el salvador improbable a lo Taxi Driver (1976). Es una película que nunca deja de presentar novedades, como cuando surge humor naif y terror al tapar pistas. Los personajes del filme son al estilo coreano, siempre algo descocados e intensos, de los que no temen ser perversos y al mismo tiempo cómicos o hasta lastimeros, o perversos con el humor. Es una película que no tiene pierde, que es un viaje rocambolesco de los valiosos, que se toma mil riesgos pero que da en el clavo y nada en la empatía, consiguiéndolo sin entregarse fácilmente. 

viernes, 8 de marzo de 2024

The Zone of Interest

La zona de interés (2023) del británico Jonathan Glazer es una película sobre los nazis y el holocausto, y uno diría, ¿una película más de nazis?, y sí, pero tiene originalidad y es una buena película. El filme se plantea sobre una idea, mostrar a una familia de clase alta alemana viviendo en la ciudad de Auschwitz, Polonia, en plena segunda guerra mundial. Todos ellos se comportan como una familia amorosa y amable entre sí, cuidan de los niños, son dulces con los perros, tienen sirvientes y cierto refinamiento intrínseco, cuidan del jardín, aman las plantas, y tienen una casa muy bella y muy cuidada. Pero también se muestra que no son cualquier gente, son nazis, y no sólo eso, se trata de que el patriarca de la familia fue un importante nazi real, Rudolf Hoss (Christian Friedel), el comandante y jefe del complejo de campos de concentración y exterminio de Auschwitz y que en la película lo vemos ejercer esa labor, pero dejando mucho en fuera de campo o haciéndolo bajo la sugerencia o solo con pequeños destellos. La idea es ver que vivían normalmente, muy tranquilos e indiferentes al horror de su gestión, de la guerra, del nazismo y del exterminio de judíos y de disidentes a su régimen. No obstante hay momentos donde se deja ver que eran personas horribles, terribles, como cuando la esposa de Rudolf, Hedwig, interpretada por la talentosa Sandra Huller, dice entre risas que a ella la conocen como la reina de Auschwitz, vanagloriándose de la brutalidad, perversidad y maldad que significa éste lugar, dicho de manera inocente, y frente a su propia madre. Huller imita a una alemana de gestos toscos, de andar rústico, de maneras poco finas, aun siendo alguien de alta sociedad. Huller deja ver claramente que busca crear una personalidad a través del movimiento del cuerpo. Existen momentos poco sutiles, como cuando Ruldolf y Hedwig se mandan sugerencias sexuales a través de la mención de los chanchos, al estar echados en sus camas de noche, pero en sí el filme quiere dejar en evidencia que ésta gente era de la peor calaña, lejos de cualquier cargo de consciencia, culpa o vergüenza en sus actos, y uno los percibe como notoriamente repudiables y hasta insoportables -a pesar de cierta sutilidad visual en su gestión-, habiendo un buen trabajo logrando materializar sus actos oscuros con sus personalidades, aun cuando son capaces de amar mascotas y embellecer un jardín, o administrar con normalidad un hogar, si bien sus vidas no eran nada convencionales como cuando aflora el vomito en la garganta de Rudolf -queriendo algo incomodarlo, molestarlo y/o llamar su atención-, y al rato vemos el museo que conmemora el millón de muertos en Auschwitz. Glazer encuadra en toma general a Rudolf saliendo muy tranquilo y muy serio hacia el trabajo, como algo común y no lo es, se entiende el horror de la normalización de la maldad. Así vemos semejante a una reunión ordinaria de negocios a los nazis discutiendo sobre como manejar el exterminio. Glazer empareja cosas comunes a la vida y gestión de los nazis y produce impacto, incomodidad y reflexión, también empatía y entendimiento del espectador con ésta denuncia de inhumanidad y brutalidad, aunque uno debe reflexionar de manera general y ver con humanidad no solo a unos pocos sino a todos los seres humanos en estado de abuso, y buscar desterrar la perversidad y el horror en general, del planeta, tal así de tantos crímenes de guerra. Es notorio ver que ésta importante familia nazi -que seguían comandos superiores, a los que querían halagar- estaba únicamente pendiente de sus vidas, alejados de la realidad de los demás y hasta convirtiendo el mundo en un lugar más pútrido. Ésta propuesta hace pensar en una lectura de la opulencia frente a la pobreza de La Tierra, no solo económica y de subsistencia, sino en referencia a actos corruptos, que deben sancionarse o eliminarse, aun cuando es un trabajo titánico frente a nuestra predisposición a ejercer el mal o a cegarnos o a equivocarnos, habiendo llegado a la putrefacción que fue lo nazi que regentaron por buen tiempo proclamando la peor perversidad. 

lunes, 4 de marzo de 2024

Miracle Mile

Miracle Mile (1988), es una joyita ochentera, dirigida por Steve De Jarnatt, quien solo ha realizado 2 largometrajes. Tenemos al actor Anthony Edwards como protagonista, al Goose de Top Gun (1986), quien una madrugada, como a las 4:00 am, coge el teléfono público y escucha una conversación ajena. Ésta habla de que va a haber una guerra nuclear y Los Angeles -donde se encuentra- va a ser bombardeada dentro de tan solo unos 70 minutos. Todo parece una mala broma, pero Harry Washello (Anthony Edwards) se lo toma al pie de la letra y entra en cierto pánico, sobre todo cuando acaba de conocer a la que considera el amor de su vida, a Julie (Mare Winningham). Lo primero que hace es entrar a su cafetería habitual -que es muy conocida en L.A. y así hay varios lugares reales y populares que utiliza el filme- y contar lo que acaba de oír, provocando alboroto, un alboroto que tiene de histérico y muy histriónico (aunque lógico dentro luce algo exagerado, o quizá típico del americano común, momento que colinda con cierto cine B, habiendo borrachos y travestis en el lugar), de bastante crispado, donde entre los presentes hay alguien del gobierno y medio que corrobora con sospechas lo que les cuenta Washelo. Es entonces que los presentes planean rápidamente fugarse al polo sur, a la Antártida, ir al aeropuerto, y suben en un camión y pegan tremenda corredera, movilizando inmediatamente bastante adrenalina, notable ritmo, y acción y energía típica ochentera. No obstante Washelo tiene que avisar a su "novia" y ahí empiezan otras aventuras, a lo After Hours (1985), al saltar fuera del camión. Inclusive entre las aventuras se les prende fuego a dos policías, en una escena super políticamente incorrecta, con un afroamericano joven justificándose de la manera más banal y de la peor irreflexión que colinda con el humor negro, totalmente fuera de lugar o, mejor dicho, de lo habitual. Es un filme que artísticamente es muy libre, muy independiente, y está muy bien hecho como cine ochentero, cine de entretenimiento puro y duro, pero con inteligencia. Lo más genial del asunto es que en efecto el ataque nuclear es real, aun con esa llamada tan light detrás, que no importa porque el entretenimiento si es bueno rompe todas las reglas, y llegamos a participar de ese ataque nuclear, con L.A. de escenario ingresando en el caos absoluto, en la desesperación de la gente común por hallar una salida, huir, salvarse, sin existir ningún plan del gobierno que a último minuto anuncia lo que va a suceder. Washelo empieza a correr literalmente por las calles, que vemos en amplias tomas contextuales, en busca de un piloto de helicóptero, y éste lo encuentra en la performance de Brian Thompson, el mítico antagonista de Cobra (1986). Surge el despelote que está escenificado magníficamente, con buenos efectos especiales y tomas creativas como cuando Washelo se arrastra al ras de los vehículos atorados y caen muertos cerca o cuando subido sobre un auto observa el estado de locura general, de los saqueos, disturbios e incendios. Primero es un chisme que brota como popcorn y luego la realidad misma. El final es de antología, uno original y hasta atrevido. No es una película demasiado conocida, pero realmente vale la pena visionarla, a más de uno le va a sorprender. 

domingo, 3 de marzo de 2024

Poor things

Poor things (2023), del griego Yorgos Lanthimos, ganó el león de oro, máximo premio del festival de Venecia 2023. Adapta la novela de 1992 de mismo título del escocés Alasdair Gray. El guion es del australiano Tony McNamara, con quien Lanthimos ya trabajó en su anterior película, La favorita (2018), la que estuvo nominada a 10 Oscars, incluido mejor película, guion y director, y ganó uno para la actriz Olivia Colman. Lanthimos ya es bien conocido internacionalmente y es uno de los más llamativos directores de cine popular que tienen prestigio artístico. Ésta vez ha hecho un filme bastante fácil de entender, hasta se diría que apunta abiertamente a un público masivo, a un público esencial, pero con la salvedad de que hace un cine con bastante sexo, con muchos desnudos de Emma Stone, hasta completos frontalmente y lleva escenas sexuales de soft porn, no explícitas, que trabajan con la prostitución de su protagonista, Bella Baxter (Emma Stone), una mujer que empieza suicidándose rodeada de un pequeño misterio que luego se desentrañara y que es revivida a lo Frankenstein de Mary Shelley de la que bebe bastante, por el científico y médico Godwin (Willem Dafoe), quien está desfigurado y lleno de cirugías en el rostro. Esto remite a la crueldad de su padre, y con él, Yorgos, declara que lo no convencional no siempre es positivo, sino a veces tal cual lo dice, hay mejores cosas, más fáciles de identificar y de paso agradecer, como con el amor, así lo representa el lado paternal de Godwin con Bella, llamado con obviedad God (Dios). Y ésta es una película que en muchos ratos lo es, ser bastante obvia, como con su feminismo y su progresismo abierto y altisonante que de eso va el viaje de autodescubrimiento y autodefinición de Bella, de un feminismo muchas veces subrayado, muy liberal, hasta defender la prostitución de cualquier mujer, habiendo lesbianismo incluido dentro de la normalidad de la amistad femenina y una relación abierta donde la mujer tiene permitido engañar sexualmente al marido, al ayudante de Godwin, Max Candles (Ramy Youssef) que pone cierta comicidad ligera en su figura de nerd aunque atento a su entorno -como salido de la mente de Mel Brooks-. Y de la misma manera tenemos una extravagancia light -tal es así lo del inicio en blanco y negro, la presentación naif y de cierto retardo de Bella, que luego se explica bien-, pero acompañada de mucha sexualidad, que pone la nota clásica del modernismo último. Hasta se puede ver algún momento de incomodidad en Emma Stone, ese del sadomasoquismo con desnudo frontal. No obstante Stone se entrega por completo a su papel, a una película en parte como salida de la Europa menos turística, si bien el filme hace uso de Portugal, Grecia y París de escenario, como parte del autodescubrimiento de Bella, que a ratos filosofa sobre la vida, incluso sobre la corrupción, en varias formas, de los ricos y poderosos, pero proclamando un socialismo medio chistoso o sin profundidad. No pretende nada como ideología política, pero con el feminismo lo hace con furia, con alevosía. De ésta manera se hace uso del personaje de Duncan Wedderburn (un estupendo Mark Ruffalo), punching bag que invoca al machismo o patriarcado. Ya con el personaje del General (Christopher Abbott) es la cereza del pastel en cuanto a dibujar enemigos del feminismo, pero lo hace con subrayado, con obviedad y con una comedia en esa línea. Es un filme que denota exageración en sus defensas y visto de lo que va entretiene. La sexualidad se amolda al uso, a estos postulados exagerados. Se puede leer que la propuesta quiere a ratos ser políticamente incorrecta, pero todo ya es super conocido en la actualidad, incluso apunta a un público masivo que es fácil de enamorar con éste producto. Así mismo Lanthimos ha expresado que ha logrado que Hollywood nuevamente muestre sexualidad en la gran pantalla. Un pequeño personaje bastante atractivo a mencionar es el de Madame Swiney (Kathryn Hunter) que es una persona perversa y corrupta, hasta le gusta morder por placer, pero Bella no la lapida ni la juzga, sino parece aceptar prácticamente a todo el mundo (y ya se ve que puede discernir), mientras no limiten nunca su libertad, su liberalidad y su búsqueda open mind, puesto que se manifiesta que gente de todo tipo le sirven para su iluminación, igual que las experiencias negativas, hasta humillantes y de degradación, en ésta historia de desarrollo conceptual con ciertas defensas debatibles, en el interior de una mente abierta al feminismo más radical si bien no todos los feminismos son iguales, mostrándolo de la manera más sencilla, pero con estéticas y momentos con una cuota personal aun así, pretendiendo actualizar si se quiere el trabajo de Mary Shelley o queriendo darle agregados modernos últimos. 

sábado, 2 de marzo de 2024

The Base

Ganadora de un premio en el 45 festival Cinéma du Réel 2023, prestigioso festival francés especializado en documental, fundado hace 46 años. Nos ubicamos en el aeropuerto de Roissy, el aeropuerto de París, Charles de Gaulle. Dirige su primer largometraje el judío letón Vadim Dumesh. Dumesh dirige, da algunas pequeñas pautas, a taxistas que estacionan en la parte trasera del aeropuerto, para que filmen su día a día a través de sus smarthphones. Los protagonistas son 3 taxistas en especial. Uno es un marroquí (Ahmed), otra una mujer de Laos, y un viejo francés (Jean Jacques). Es un documental que al estar grabado por gente inexperta y con teléfonos tiene lógicamente una estética a ratos con ciertas fallitas visuales, pero en general está muy bien realizado, desde un filme de bajo presupuesto. Los taxistas dentro de todo filman decentemente. Dumesh hace un buen trabajo guiándolos, produciendo, editando, haciendo tomas de refuerzo, postproduciendo éste documental cooperativo. Se pueden palpar muchas cosas de la idiosincrasia de la labor de taxista y más allá, de parte de la sociedad francesa, desde una mirada de inmigrante, ya que mayormente esos son a quienes miraremos, poniendo la lupa en Europa donde hay actualmente mucha migración africana y árabe. De ésta manera apreciamos cómo son, cómo se comportan, parte de su propia cultura, incluso de sus personalidades peculiares, cómo gastan el tiempo, cómo piensan, cómo se distraen y comparten entre sí. No es una obra que hable del cliente o el pasajero, u observarlos en esa acción de transportar gente, sino se enfoca en el taxista, en la persona que es, y como mata el tiempo en la trastienda del aeropuerto. Se ven a muchos musulmanes rezando (hay un espacio grande acondicionado rústicamente para ello), se ve un lugar donde se juegan bochas, ping pong, se hace pesas, se alquilan sastres, se come comida rápida. Lo que presenciamos es de aspecto austero, bastante humilde, es un panorama contrario a la opulencia europea que se muestra al turismo o la muestra de un primer mundo. Hay una remodelación de la edificación del parqueo de los autos y los taxistas se ven afectados. Ya hablan de que sienten próximo que el mundo va a prescindir de ellos, poco a poco lo ven avanzar así, asumen la tecnología como una amenaza de quienes son, se manifiesta una tendencia a ser clásico, por eso detestan los aplicativos para llamar taxis y a quienes los usan. Se oyen anécdotas, bromas, también hay una cierta seriedad, muchos no gustan de que los graben, miran desconfiados, no todos se conocen, hay muchos taxistas. Una peculiaridad es que Ahmed gusta de plantar arbolitos en zonas digamos poco agraciadas, como quien quiere sembrar belleza y optimismo, aun cuando a ratos sufre de melancolía. Extraña Marruecos, lo rural, que aunque es un país con muchas menos oportunidades, la sienten más cálida entre su gente, porque el lugar que nos identifica es más que sentimentalismo. Pero, claro, la necesidad de alimento, estudios, cosas materiales, una mejor vida, hace que forzosamente tengan que emigrar. Su esposa señala a la melancolía como parte típica de su existir, quizá del taxista inmigrante y/o del matrimonio que pasa penurias económicas. No obstante Ahmed trata de estar alegre y atento a su entorno, pero algo choca ser parte de la cadena baja. Una mujer negra risueña llama a Jesús un inmigrante (en Roma), proponiendo una identificación que los reivindica a todos ellos, frente a un elíptico cotejo de una cierta tendencia a verlos mal. No es una exposición que los embellezca, sino ellos mismos muestran sus personalidades y queda muy realista. No se fuerza nada, el documental luce natural, que hasta hay grabaciones bastante simples. Tampoco se exhiben huelgas o protestas violentas, pero se percibe sutilmente el reclamo de algunas cosas, en un país donde se pelean los derechos y reivindicaciones sociales con fuerza y a menudo. En la propuesta de Dumesh -desde los propios inmigrantes- vemos gente en su mundo -mental, cultural y social-, haciendo lo suyo -luchando la vida, pero además relajándose-, dentro del mecanismo general, del orden de la sociedad francesa. 

sábado, 24 de febrero de 2024

Past Lives

Past lives (2023), debut de la canadiense-surcoreana Celine Song, es una historia de romance, pero un drama romántico. Empieza en el 2000 con 2 preadolescentes coreanos que tienen 12 años y que sienten un flechazo mutuo, desde una ambientación propia de su edad, sana y llena de inocencia. La niña se llama Na Young y el niño Hae Sung. Ésta parte es la representación del primer amor perfecto y lo que hará que Hae Sung la ame por siempre. El guion corre a manos de la propia Celine Song y tiene mucho de autobiográfico. Pero Na Young emigra a Canadá con su familia y forzosamente tienen que separarse. De ésta manera asistimos, explicado muy cinematográficamente, a una escena dulce y suavemente melancólica, donde la cámara se posa estática en una esquina de una habitual pendiente de casas coreanas, la que se bifurca y cada uno de los niños se va alejando por su lado tras despedirse. Pasamos al año 2012, y por internet se logran reencontrar, se renueva su amistad-amor, empieza a fluir mucha comunicación y momentos cálidos a través de lo virtual. No obstante Na Young, ahora llamada Nora (la americana de padres coreanos, Greta Lee), tiene muchos sueños y deseos profesionales en la carrera de escritora y Hae Sung (el alemán de ascendencia coreana Teo Yoo) pasa a ser segundo plano en sus decisiones, habiendo acciones muy realistas, muy feministas también. Pero al mismo tiempo dolorosas para el romántico Hae Sung quien más adelante, 12 años más después, él mismo se considera promedio y alguien que no tiene anhelos o ambiciones profesionales, pero entendiendo de que el éxito profesional y el poder adquisitivo te abre un millón de puertas, incluso en el amor. Hae Sung menciona un materialismo coreano que te hace aceptable frente a querer estar con alguien especial. Nora vive en New York, es una mujer que está americanizada, ella misma reconoce en Hae Sung al clásico coreano, al coreano neto, pero ella actualmente se ve lejana de sus orígenes. Es así que Arthur (John Magaro) entra en el panorama, quien se define perfectamente en tremendo monólogo, lo mejor de la propuesta, comparándose con el amor ideal y magnificente de Hae Sung, un amor que evoca lo platónico (o los sentimientos) que lo sexualizado (que deviene parte del paquete lógico, claro), un hecho interesante y atípico en una época donde todo pasa por el sexo y la liberalidad y las mil licencias, donde ya se ve a muchos gritando, vamos con la infidelidad a todo motor. Pero aunque hay momentos donde Arthur muestra una nobleza casi de santo, palpando una atracción y un vinculo muy fuerte entre Nora y Hae Sung, es creer finalmente en su persona -en la suya, frente incluso a las estadísticas; y la de ella-, en su propia relación, en la franqueza y firmeza de ésta, observando que Nora -la cabeza protagonista- actúa de manera contraria a la obviedad de la contemporaneidad, si bien está siempre tentada por el perfecto galán coreano -que hasta sobrevuelan suspiros-, el tipo poético ideal, aunque con poca aspiración y una notoria docilidad que va consigo por una gran educación, tranquilidad y amabilidad, pero en el fondo es el (difícil de poner en práctica) entendimiento pasivo de un pequeño Arthur y su notorio parecido en personalidad con Nora -por encima de las ascendencias; uno es caucásico y judío- que hace que pueda caber salvar el pellejo. Hasta el relato se permite un pensamiento sutil de que entre Arthur y Hae Sung puede haber tenido espacio una vida pasada de las mil que imagina el filme, así como también puede existir una conexión metafísica entre un ave y que se pose siempre sobre una banca. Es el inescrutable volver, tener una nueva vida, bastante distinta tras morir, y así sucesivamente. El filme para eso habla de un pensamiento filosófico coreano llamado In-Yun (que hay que hallarlo), que es un balance e incluye el sentido del universo, un equilibrio de opuestos que se complementan entre sí y crecen juntos, son vitales mutuamente para nuestra ascensión terrenal y espiritual y que busca la armonía con un mundo de por sí caótico. 

martes, 20 de febrero de 2024

Asedio

 

Éste thriller del español Miguel Ángel Vivas se nota de bajo presupuesto y que recurre a tomas y secuencias de cine minoritario artístico, es decir a ratos desenfoca los contornos y solo vemos a la protagonista moverse, la policía antidisturbios Dani (Natalia de Molina), muy próxima a la cámara, muy enfocada por ésta, nerviosa, sudorosa, tensa, sufriendo por una inesperada decisión que ha tomado, coger el dinero corrupto de unos compañeros policías quienes han ido rutinariamente a desalojar y a arrestar a inmigrantes africanos ilegales dentro de un conjunto de edificios ordinarios. El filme también recurre a una extensa toma secuencia cuando Dani entra al lugar produciendo un efecto interesante con el tiempo real, como de estar ahí mismo con ella sufriendo su labor, como si fuéramos Dani en ese momento, pasando por ese trance tan incómodo -hasta peligroso- de los desalojos y arrestos, donde hay niños huyendo, mujeres gritando, gente peleando mientras no se dejan entender porque muchos ni hablan español. Tenemos así gente sumisa -esos zombies aglutinados en el hangar secreto-, pero también agresiva -los inmigrantes de tipo hippie de los pisos más altos, los que tienen de pequeños gánsteres-. Los policías se mueven como pez en el agua en la zona, muy duchos, muy fríos, muy acostumbrados, pero Dani no está definitivamente en su ambiente, demuestra sufrir en su trabajo (como con el compañero que le suelta un gesto obsceno). Por ratos trata de desprenderse de esa angustia laboral yendo a la discoteca, pero así mismo le viene la melancolía, y encima su madre, que sufre de cierta demencia senil, la hace meditar más de la cuenta. Es entonces que Dani desde el comienzo vive una vida tensa (que ella empeorará). Incluso un desalojo le marca, con un sugerente fuera de campo en el inicio del filme. En ese conjunto habitacional donde va a cumplir con su trabajo, Dani se gana con el pase de que policías extorsionan a algunos inmigrantes. Dani se tienda, ve la oportunidad, y coge ese dinero. Ella se exhibe alguien muy común, incluso el monto que coge no parece mucho. Uno habría esperado algo distinto de su persona, notándosele una mujer sensible; de paso, al ser la heroína, una que está en pos de vencer su fragilidad. Y se lleva el dinero de la habitual extorsión, pero pronto la detectan y empieza una fuga y persecución por recobrarlo y una prueba importante que incluso pierde. La propuesta presenta algunas cosas que no cuajan, por momentos parece muy fácil matarla, desde distintos puntos o gente, o no la revisan, cuando lleva los billetes consigo, pero como solía decir Hitchcock, parafraseándolo, no estamos para realistas o científicos, sino para entretener, y si hay que tomarse mil licencias para lograrlo, pues, muchos justamente eso harán, y en fin, éste es un thriller que maneja varios giros y muchos momentos de acción y suspenso. El filme abre con una especie de (auto)motivación indígena, que como el espíritu de la mítica africana, que si bien puede sonar a WTF, Dani cogerá para sacar valor y fuerza y poder seguir enfrentando a sus compañeros corruptos que como el colegio, es jalarles la silla cuando se van a sentar para usarla nosotros. Es bastante cómica la escena -manejada con sarcasmo- cuando los compañeros se dan cuenta que Dani tiene el dinero que buscan regularmente. Es una buena escena, nunca mejor dicho que, ésta es una hdp. Tal cual.