miércoles, 22 de mayo de 2024
Lampa cu caciula
Ganó mejor
corto internacional en el festival de Sundance 2007. Tenemos un filme sobre la
relación de un padre y su hijo, desde un ambiente bastante humilde. El padre es
gruñón y de maneras bastante simples, pero demuestra que quiere a su hijo.
Ellos transportan algo pesado, algo que quieren arreglar, tienen que llevarlo a
otra parte (es un largo recorrido) para que un técnico lo componga. El padre hace éste arduo trayecto
-no tiene auto- porque en el ambiente de pobreza en el que viven, en una aldea,
no hay muchas cosas para entretenerse y la vida necesita de alegrías, todos
necesitamos de ello, sobre todo un niño. Tratamos con un viaje en pos de algo
mundano, algo que a muchos no les parece extraordinario, pero muchas veces lo que
damos por hecho o común también es de agradecer. Es entonces un esfuerzo porque
el hijo sea feliz (aunque no se diga abiertamente), dentro de pocas
posibilidades económicas, pocas cosas materiales que ofrecer, si bien hay
muchas lecciones valiosas que se pueden dar o comprenderse como así el poder
solidificar un importante vínculo. También implica ser una especie de aventura, que a
ratos colinda con muchos peligros. Se topan con borrachos, gente necesitada que
puede robar o hacen autostop donde siempre resulta un riesgo con quien te puedes
cruzar. El padre no es ningún Superman, sino una persona bastante simple, pero es
una figura determinante en la memoria, psicología y consistencia de su hijo,
como también en darle momentos donde éste muestre una sonrisa y se convierta en
el futuro en un hombre de bien. La película de Radu Jude abre hablando como de
códigos, estos refieren a elementos que conforman lo que transportan y que hay
que tener en buen estado. Éste corto se explica muy bien. Empieza bajo
cierto misterio y se vuelve poderosamente práctico y harto realista. La película invoca fuertes afectos, dentro de un mundo rudo. Atravesar el
barro, hallar soluciones sencillas una detrás de la otra, la vida misma.
Etiquetas:
cine europeo,
crítica,
Festival de Cine de Sundance,
Radu Jude,
séptimo arte