jueves, 28 de septiembre de 2023

Musik

Musik (2023), de la alemana Angela Schanelec es un musical, hay 6 canciones -cantadas o tocadas por los protagonistas-, algunas cortas, que aparecen tras primero exponer o introducirnos en su relato, tras una media hora sin ser musical, pero luego la música refleja plenamente las emociones de sus personajes, sufrimiento, melancolía, enfrentamiento dramático, resiliencia, optimismo. Pero centralmente su historia es una tragedia griega, pero como muchos dirían, igual que la vida misma. El filme se propone bastante arty, maneja mucha morosidad en su desarrollo. También hay una parte más pequeña que hace de complemento conjunto, todo alrededor del accidente y la pérdida en general, un anexo que juega a pensar la obra total bajo 2 acontecimientos parecidos que hacen que la película tome un matiz más complejo y algo críptico. Linealmente la trama va de la mano con un chico adoptado al quedar solo en una isla griega y quien, de muchacho, al ser seducido por alguien, lo rechaza y mata accidentalmente, terminando en la cárcel. Ese joven lo interpreta el galo Aliocha Schneider -de 30 años en la vida real- que hace un buen papel de alguien que llegará a cierta edad media de madurez. Lo acompaña como protagonista y asunto sentimental Agathe Bonitzer, como Iro, una chica depresiva. El filme se mueve por la cotidianidad familiar y juvenil griega, y se complementa con Berlín. Presenciamos la playa y el lago, lo paradisiaco como lugar de caos y resurrección. Es una propuesta que intenta ser poética, de notoria sensibilidad, aun cuando sus formas crean cierta distancia, como quien quiere proximidad y al mismo tiempo no te hace el trabajo tan fácil, quizá temiendo caer en lo cursi o flojo. Musik, como buena tragedia griega desde el aparato del cine, logra conmover y trasmitir emociones. Es una película que tiene un cierto planteamiento faulkneriano, como si tuviéramos un cortometraje independiente en el interior de un largometraje y ambos se retroalimentaran mutuamente, con cosas en común, vasos comunicantes, aparentando (sin serlo del todo) ser una sola pieza, hablando uno con el otro desde cierta independencia a la vez que bajo semejante temática y esencia. Tal cual si avistáramos un suceso y éste suceso ajeno, "extraño", éste impacto, nos haga pensar en nuestra propia tragedia, como un fuerte golpe que une tres muertes de un tiro y un cierto estado de culpa general, una sincronización de pérdida casual y difícil autoperdón para quedarnos finalmente -frente a la gran toma de la cámara filmando desde la otra orilla- similar a experimentar el sentir de El viaje de los comediantes (1975), desde el más común de los ciudadanos. 

domingo, 24 de septiembre de 2023

Return from the Ashes y Phoenix

Estos 2 filmes adaptan la célebre novela del francés Hubert Monteilhet del título británico Return from the ashes. Lo interesante de ver estos 2 filmes es que el alemán Christian Petzold y el inglés J. Lee Thompson han hecho 2 películas muy distintas con el mismo material original. La hazaña más es para Petzold quien ha plasmado un filme más arty, menos convencional, en comparación a Lee Thompson que ha conseguido construir una buena película pero que a ratos es tan sencilla que roza la realidad más fácil de coger, hasta lo más simple, pero efectivo, muy real, imitando el thriller de Hitchcock que era muy copiado (o inspirador) por la época de Thompson, que hizo su película en 1965. Petzold es propio también de su época, con un cine bastante moderno, hecho el 2014. Thompson ha hecho un thriller bastante claro pero potente, a ratos demasiado inocente en su parte criminal, sin ser malo por ello, aunque de menor alcance creativo. Petzold en cambio se ha enfocado en la influencia nazi por sobre la traición de la población con el prójimo (o la contaminación y corrupción del pueblo alemán, no obstante no de toda la población alemana), desde la persecución a los judíos durante la segunda guerra mundial, aunque lo de Thompson de escoger a un polaco como protagonista también es bastante sugerente. Petzold además trabaja muy bien el romance recurriendo a distintas gamas y matices confrontando situaciones y miradas, con las actuaciones de Nina Hoss y Ronald Zehrfeld. Hoss deslumbra y no solo se debe a sí misma, a su notorio talento, sino a Petzold que le ha dado grandes roles en 5 películas suyas partiendo de una sexta en televisión. Igualmente Petzold ha logrado trascender trabajando con el destacado cineasta experimental y compatriota Harun Farocki quien ha hecho 4 veces de guionista de Petzold siendo éste su último trabajo conjunto puesto que murió ese mismo año. Thompson maneja más personajes, como la joven hijastra que hace la hermosa y apetitosa Samantha Eggar como una chica un poquito desequilibrada o demasiado espontánea o excesivamente enamorada, de un seductor y aprovechado que hace un magistral Maximilian Schell, a diferencia del corpulento Zehrfeld que se le ve algo tosco y un algo cínico pero menos enriquecido en su perversidad que el polaco y ajedrecista Pilgrin (Schell). Curiosamente la seducción y dominio de la sensualidad proviene, sin caer en engreimientos o disfuerzos, de Pilgrin, y no de las féminas, aun con la semejante belleza y provocación de Eggar. Zehrfeld luce más ordinario, más pedestre, aunque bastante real. También en la de Thompson interviene, como especie de acto de consciencia, otro personaje en el amigo y socio del trabajo que yace enamorado de la protagonista, la Dra Mischa, una impresionante Ingrid Thulin; igualmente lo es en la suya Nina Hoss, con dos protagonistas en el mismo rol, pero distinta personalidad y algo distinta idiosincrasia, a través de 2 tipos distintos de malos acompañantes, pero con una Mischa que se sabe compradora del amor y una mujer mayor, mientras la contemporánea en edad Nelly (Hoss) está muy enamorada pero implica creer en el mismo amor, aun cuando está un poco cegada y con demasiada fe en el ser de sus pasiones. En Phoenix hay un personaje propio, la mejor amiga de Nelly, Lene (Nina Kunzendorf), quien cuida con tremenda devoción a Nelly, y puede que porque comparten ser judías y recientemente haber sufrido del nazismo, o puede que quizá halla un amor secreto de parte de Lene quien es el ángel guardián de Nelly. Es interesante ver que Petzold afronta con convicción el nazismo y el judaísmo, con bastante encumbramiento en general de lo judío por sobre lo alemán, por sobre su nacionalidad, si bien en un momento se entiende que aunque Nelly es judía se sentía más alemana, aunque su terrible situación le hace odiar naturalmente un poco lo alemán (como con aquella mención de la música), tras un nazismo de donde se salvo de milagro, al recibir un disparo en el rostro y creerla muerta, con media hora gloriosa donde en Phoenix se enfocan en esto hasta luego pasar Nelly a pensar en Johnny (Zehrfeld). Tanto Mischa como Nelly aman con locura y tratamos con el camino torturador producto de su elección. Ambos directores se mueven en el noir pero Petzold le suma poesía romántica. 

sábado, 23 de septiembre de 2023

Humanist Vampire Seeking Consenting Suicidal Person

Éste título tan extenso se desarrolla plenamente en la propuesta y ópera prima de la canadiense del lado francés Ariane Louis Seize. Es una película familiar de vampiros que recuerda al buen Tim Burton. La protagonista, Sasha (Sara Montpetit), una mezcla entre Morticia y Miércoles Adams es una chica que no quiere ser vampira, es decir, no quiere matar para comer. He ahí su dilema existencial. Louis Seize también ha mostrado mucha inteligencia puesto que el vampirismo está emparentando con ser mujer, madurar, habiendo muchas asociaciones audaces y al mismo tiempo bastante claras en ese sentido. Montpetit es muy carismática en su papel e imprime personalidad. Así mismo el filme retrata la etapa final escolar y la habitual lucha americana entre ser cool o freak; lo hace con un estilo suave, sin sobreexplotar el tema, como parte de que Sasha se incorpore a su esencia vampírica, como anhelan sus padres, especialmente la madre, viendo que el padre es como todos más engreidor. El filme tiene un aire cool y también cálido. Por otra parte tenemos a Paul (Félix Antoine Bénard), un muchacho que es visto como tonto e involucra la parte depresiva del asunto general, al punto de que no quiere vivir. Esto yace expuesto de manera light, como un clásico pensamiento inmaduro de la temprana edad, aun cuando Paul aunque yace mucho con una expresión de eterno sorprendido es alguien serio. Sasha es esa chica especial que viene a impresionar y revolucionar la vida del amable Paul. Hay una excelente escena donde Sasha acecha como vampira hambrienta a un solitario Paul que camina de noche y se siente perseguido. La escena termina siendo inocente, pero hace buen uso de los elementos del terror. Es una película que recurre a muy poca violencia. En la central, Sasha como en la sueca Déjame entrar (2008) tiene que intervenir para salvar (o empeorar) la situación. La escena no es tan fuerte, pero es importante. En la película los vampiros tienen su propia sociedad en el planeta. El filme la explica toda detalladamente con su cierto toque de humor. Aunque pretendiendo un poquito más de ritmo ésta luce como la película que quiso hacer Gus van Sant con Restless (2011). 

martes, 19 de septiembre de 2023

El Conde

El Conde (2023), del chileno Pablo Larraín, es una sátira, una comedia de terror, sobre pensar a Augusto Pinochet como un vampiro contado partiendo desde la revolución francesa de donde el por entonces joven célebre dictador juró hacerse cargo de los revolucionarios y socialistas del mundo, como una cuenta que saldar incluso frente a su propio miedo. Pablo Larraín escribe el guion junto con su compatriota Guillermo Calderón, con quien es la cuarta vez que trabaja así en una película suya. Ellos pegan muy bien una historia de terror con revisar la historia e idiosincrasia de Pinochet, de cara a su mandato (que empezó tras el golpe de estado de 1973), al que se le acusa muy claramente de haber sido corrupto. Se dice que Pinochet durante su gobierno se enriqueció de la mano de empresarios nacionales. Se manifiesta que Pinochet aprendió a ser ladrón de la mano de los empresarios. En el centro o parte media del filme se vuelve muy explícito el análisis del gobierno de Pinochet, expuesto a grandes rasgos. Así mismo queda claro con la visita de los hijos de mediana edad de Pinochet, aparecen cinco, que estos dependen de la fortuna de su padre y van justamente en busca de que les entregue dinero; ésta es la crítica más endeble del conjunto, no obstante la película maneja cierto trazo grueso, en su humor negro, en especial con esto en que reincide, a través de rostros conocidos como el de Amparo Noguera y Antonia Zegers. Pero el filme es uno bueno, como terror (sin serlo del todo). En ello entra a tallar la visita de una monja exorcista, camuflada como una abogada y periodista, bajo una muy buena interpretación de Paula Luchsinger, que tiene un lado, sensual y aventurero, y otro, irónico y de denuncia. Pinochet dado por muerto está escondido en una isla, escondido algo parecido a El Club (2015). El filme tiene una potente, y un poco misteriosa, voz en off en inglés (puesto que implica personalidad propia) que acompaña en la mayoría de la trama, y que luego participa (se descubre) directamente y trascendental en la misma historia. Su inclusión es afín a lo histórico que hasta llega a sustentar su inclusión, que se mezcla como todo plenamente, con la fantasía vampírica agregando audacia autoral. Ésta propuesta gana mucho cuando uno la percibe como cine mudo, a lo Vampyr (1932), en ese sugerente blanco y negro que lo contiene, cuando lo visual toma la posta casi por completo, viendo que el idioma español chileno aporta el costumbrismo que también tiene lo suyo y genera la consabida identidad general. Visualmente la propuesta deslumbra, seduce, aunque hay mucha oscuridad por estética. El Pinochet que interpreta Jaime Vadell en el mundo que inventa Larraín está bastante logrado, con sus enormes corazones licuados como batidos proteicos. Alfredo Castro también está excelente como el mayordomo representando al aparato paramilitar o asesino del régimen. El personaje de Alfredo Castro, nunca mejor explotado por otro director que Larraín, sintetiza muchas ideas de los ajusticiamientos extrajudiciales a los que se les achaca a Pinochet, quien menciona ligero también gustar de matar y no solo dar las ordenes al respecto, pero que como líder máximo no era su lugar práctico. Curiosamente se entiende que Pinochet no era el único gestor del modo de comportarse de su gobierno sino atañía a muchos a su alrededor; por momentos parece que Pinochet se dejó llevar también por su entorno, aun cuando queda dicho que él tenía una especie de misión epifánica en su vida, deshacerse de los socialistas, de los revolucionarios. Las razones de que el país escogido sea Chile también se explican, con ironía. Como historia en sí, como cuento, es sencillo, pero competente, sobre todo visualmente, es tremendo deleite ver a Pinochet como un vampiro, o ver volar, jugar en el aire, a la monja guapa, que se permite también ser perversa y un poquito erótica. No es un filme muy gracioso, o es más de risa inteligente; su critica es flagrante, aunque éste Pinochet no se deja odiar del todo. Él mismo responde no tener al demonio dentro, sino sugerir más bien estar (y/o haber estado) más cuerdo que cualquiera, pero es bastante sólido como el vampiro que sale de la mente de Larraín y Calderón. Vadell se presta para muchos registros de la personalidad del dictador, aun cuando no lleva remordimientos, estila mucha naturalidad y relajo, trasmite mucha tranquilidad, incluso cuando puede ser torpe o un algo patético. Es una película que proyecta mucho en un mismo lugar, con pocos elementos, o solo algunos personajes. Jaime Vadell tiene en la vida real 87 años y ha hecho un gran personaje. La evolución de retroceder el envejecimiento, en su performance, está tratada con mucho ingenio y con especial cuidado, si bien el personaje al que asistimos en toda la trama es el de un vampiro viejo y en ese mismo lugar se ha creado una distinción como cine de terror. Atendemos a un compendio de un cúmulo de sucesos pasados en la historia que marcó a Chile y al mismo tiempo todo yace -aunque con algunas partes muy a la vista- dentro de una notable película de terror ligera, dentro de formas con cierto toque arty y a la vez subyugante visualidad, un regocijo para los sentidos. 

lunes, 11 de septiembre de 2023

El espejo de la bruja

El espejo de la bruja (1962) es la otra gran película de Chano Urueta, y una importante del cine mexicano de género. La bruja (1954) es una película imperfecta y propia de cine B, pero harto notable, quizá más apasionante que El espejo de la bruja, aun cuando ésta última es más redonda, más limpia, precisa de paso, pero algo menos original, si bien sintetiza bastante muchas ideas, ideas que recuerdan películas como Rebecca (1940), Los ojos sin rostro (1960) y Las manos de Orlac (1924), en ese mismo orden justamente, a lo que Urueta le pone personalidad mexicana y le sale muy bien. Lo de la mano viva asesina (o producto de la psiquis) es una gran idea de terror, incluso Luis Buñuel tuvo una al respecto al comienzo de su carrera, en los 40s. El escritor británico William Fryer Harvey en 1928 escribiría un cuento titulado La bestia de cinco dedos sobre el mismo tema. Urueta como quien saca un gran truco de debajo de la manga, uno más, hace lo suyo con su mano, viva por si sola, homicida. Pero yendo más atrás, un tipo ama a una mujer con locura, Eduardo (Armando Calvo), un destacado y adinerado doctor, pero se haya casado con otra. No obstante esto no le detendrá por conseguir, formalizar, el amor con Deborah (Rosita Arenas). Una mujer morirá y en el mismo hogar su madrina se descubrirá como una bruja (Isabela Corona) y con su espejo mágico traerá de la muerte a la difunta Elena (Dina de Marco). En adelante habrá un planteamiento de venganza con fantasmas mientras se dan robos de cadáveres al tiempo que hay un poco de noir. Eduardo es una persona terrible, pero ama en verdad a Deborah, el filme de Urueta conjuga la falta de escrúpulos (con la peor criminalidad) junto con el amor absoluto, la entrega ciega al amor. En un momento éste filme responde una pregunta que quedó sobrevolando en La bruja, un lugar mental que mortificaba a la protagonista y no creía viable, ¿se puede amar a una persona con una apariencia literal de un monstruo?, y la respuesta es que, cuando indagas profundamente en alguien -en su alma- y ésta te impresiona en conjunto, efectivamente el físico queda en segundo plano, dicho sin romanticismo. Deborah es una mujer hermosa, pero Eduardo ama por completo todo en ella, ve mucho más allá y es así que su amor se sostiene a toda costa. El "problema" es Elena, que aunque no es una mala mujer, Eduardo no sabe como deshacerse de ella. En realidad sabremos muy poco de como era, salvo por cierta melancolía inicial y extrema docilidad (hasta aceptar lo inaceptable de la persona que realmente ama). En un momento Elena le pregunta a Eduardo la razón de que le odia él tanto (la respuesta se llega a entender). También Deborah no parece una mala mujer, aunque se asume de amante primero, pero ambas se prestan para actos malos, una los genera medio pasivamente o sin prestar atención al mal que ocasiona, la otra termina como la representación de la furia. Eduardo es bastante educado y eso oculta un poco su perversidad, pero es finalmente un mad doctor. A grandes rasgos el conflicto es producto de la correspondencia afectiva hacia un hombre. El guion (y las ideas de la historia) lo escriben Alfredo Ruanova, quien sería muy prolífico y escribiría de todo, y el legendario director mexicano Carlos Enrique Taboada que estaba a menos de 5 años de lanzarse a la dirección de cine.  

Boogie, el aceitoso

Se basa en tira cómica inventada en 1972 por el argentino Roberto Fontanarrosa. El filme lo dirige Gustavo Cova con guion de Marcelo Páez Cubells. El personaje principal es Boogie (El Cuco), utilizado como nombre, apodado el aceitoso, un asesino a sueldo, un mercenario, totalmente amoral. Él mismo dice que solo le importa el dinero. Gusta de las mujeres pero no puede con ninguna relación seria, las trata con tremendo machismo y brusquedad. Ésta tira cómica es una sátira y así debe verse, sino no aguantas el visionado, puesto que Boogie mata a diestra y siniestra y no le importa quien sea y a veces sin mayor sentido, y no solo es ultra violento sino dice odiar a los pobres, diciendo que ese es el peor racismo del mundo y él lo tiene. La sátira versa sobre la pasión de Estados Unidos por la guerra como una crítica hacia ésta naturaleza hecha humor negro. Físicamente Boogie representa al típico americano, como vendría a hacerlo Johnny Bravo (1997). Aceitoso puede interpretarse como un apodo gansteril, como designarlo Boogie El Gordo, aunque él es musculoso más bien. Aceitoso también puede leerse por la jerga argentina de grasa, como decir un tipo impresentable. Boogie es cruel en exceso, solo en un momento siente algo por Marcia y ella termina copiándole un poco la personalidad. Las mujeres del filme aman a Boogie incondicionalmente. Aquí asistimos a otra crítica hecha sátira y humor negro, las mujeres son terriblemente maltratadas por Boogie y éstas a cambio muestran más devoción y deseo sexual hacia él. En un momento Boogie se siente confundido, cuando asoma amor por Marcia, aunque luce como que no quiere identificarse con ello, pero hace una cierta salvedad de su personalidad y esencia bruta, sin caer en el facilismo de la transformación o la típica iluminación. Ésta obra opta por le rebeldía y mantener el exceso aun a costa de la empatía ya que exige mayor paciencia con la repetición de una personalidad insoportable. En los créditos iniciales se homenajea la creatividad de Fontanarrosa, pero puede que como todo guion con autoría se hayan tomado algunas libertades, pero lo que queda claro es que son fieles al exceso, Boogie realmente es grasa, no esconde quien es, y ahí entra a tallar cierto estado de rebeldía cool. Boogie insulta/menosprecia horriblemente a Marcia y de paso el físico de muchas mujeres y bajo ese exceso surge curiosamente un cambio, no se puede negar tampoco que ésta obra y protagonista resultan bastante políticamente incorrectos, sea como lo vean, para bien o para mal. El filme como historia de cine negro es muy entretenida, aun contando lo que se ha visto antes muchas veces. Exhibe muy buenas ilustraciones, la mafia es sólida visualmente. La intervención de la policía también se ve interesante, hay corruptos, hay muy tontos y hay cómplices cool. Es una propuesta que hace alarde de mucho exceso, no escatima en nada y vista bien de que va tiene gracia. 

martes, 5 de septiembre de 2023

Retratos fantasmas

El director brasileño Kleber Mendoza Filho es un tipo particular, su cine es algo particular, pero éste documental del 2023 te hará comprender muy fácilmente mucho más sus 2 primeras películas, Sonidos de barrio (2012) y Aquarius (2016). Se ve que Kleber tiene especial interés en los sonidos en el cine y también por la arquitectura. Conoceremos bastante de sí, mostrándose más sencillo de lo que manifiestan sus películas, no porque sea menos inteligente, sino porque mostrará quien es, como piensa, que le interesa en detalle, manifestando antes que éste documental no es una ideología sino un acto de amor, viviremos su pasión por el cine. Con él profundizaremos en su hogar de nacimiento, Recife, habrá énfasis en recorrer los cines de su zona, se presentarán cosas novedosas, pero claras, conoceremos gente realmente cinéfila, también muchas anécdotas personales. Kleber respira cine y eso se trasmite bastante en el documental, desde alguien que conoce el tema, pero lo expresa naturalmente. Hay momentos donde el sonido propio del suspenso, el thriller o el terror entran en acción, hasta ahí entra a tallar los afectos del director. El final alude un poco de ocurrencia e ironía mientras oímos un  sonido como de tranquila sala de espera, metidos en un taxi con quien parece un actor, quizá no profesional. El filme es una mirada por la cinefilia de Kleber, desde incluso la temprana remodelación de su casa de infancia, haciendo de éste mismo hogar un especie de estudio o set de cine donde nacerían 13 cortometrajes suyos. En otros momentos pasearemos por su barrio, y se dice de un célebre puente muy concurrido que es una mezcla de olores disímiles, como fruta y pichi. Kleber es campechano e inteligente por igual, franco y amable. Sólo en un momento Kleber se siente contrariado recordando únicamente por un rato la política que invade el territorio que ama, el cine, pero mayormente busca sostener su palabra, es amor y no ideología lo que quiere que se rescate de ésta obra. Es una propuesta curiosa dentro del clásico viaje por los cines que ya no existen, por los sentimientos e intimidad que definen nuestra cinefilia, nuestro aprendizaje emocional y vocación, haciéndonos participes de paso de toda su existencia. 

lunes, 4 de septiembre de 2023

Babylon


A Babylon (2022) muchos la han interpretado mal, la han interpretado como que habla del final del cine, esto pasa porque se tiende a repetir lo mismo tantas veces mecánicamente o no se busca decir nada más allá de lo inane como quien teme descubrir o expurgar cosas propias en una película, quizá porque tampoco es fácil y no está al alcance de todos, incluso de muchos que creen ser inteligentes. Escribir es un arte, así mismo hacer una buena película. Damien Chazelle analiza todo esto, sus protagonistas quieren pertenecer al cine y a su magia, esa que involucra al mundo, a millones de espectadores que quieren soñar en una sala de cine, a través de las historias del cine. Chazelle quiere ser parte de la onda Cinema Paradiso (1988), mostrar que ama, idolatra al cine, pero lo hace a través de su propio 8 1/2 (1963), en su tipo igual de extremista en su autoría, imponiendo un quehacer bastante personal, recurriendo a no querer ni poder contentar a todo el mundo. El final del protagonista llorando desconsolado -dentro de cierto feísmo expresivo, como de aquel collage final- frente al enorme ecran luminoso es la declaración de amor por el cine de Chazelle, pero lo hace formando un díptico con su película La La Land (2016). En esa anterior película observábamos la cara bella del séptimo arte, del cine americano, del cine hollywoodeense; como una comedia romántica todo era hermoso y luminoso. Ahora no está hablando del final del cine, dicho obviamente, puesto que se enfoca en los años 20 y comienzos del 30 y el cine sigue vivo y coleando hasta hoy en día, hay un montón de películas en poco tiempo -en comparación con la longevidad de otras artes- y el cine sigue dando la hora, con creatividad y personalidad. Incluso el pase del cine mudo al sonoro no se ahonda demasiado, sino se trata de ciertos personajes, de aquellos caídos en medio del mar de postulantes y estrellas, como lo expresa la fría mujer critica de espectáculos, hay miles como tú (y es normal que al pasar el tiempo unos desciendan y otros suban, es una lucha), aunque la mujer suena cruel y definitoria en quien interpreta el reconocido Brad Pitt que en su performance pasa del éxtasis y la gloria máxima a la mediocridad y a las obras alimentarias simplemente. Ésta señora crítica también parece guardar cierto resentimiento hacia quienes brillan frente a una gran mayoría quienes deben mantenerse en la oscuridad, aludiéndose a las cucarachas donde no tiene problemas en verse reflejada. La realidad es que Chazelle no contiene miramientos y no todo funciona, pero en conjunto es una película interesante, entretenida y satisfactoriamente potente. Otra cosa que se manifiesta es que en los 20s el cine aun no es tan respetado como arte como el teatro. Chazelle llena de intensidad la pantalla, visualmente y con sus historias, trata de impresionar al espectador, de impactarlo y sorprenderlo, para bien y para mal. Esto puede ser bueno puesto que exige creatividad, invención, implica salir del molde, buscar la excepcionalidad, que es cosa ardua y no abunda, pensando en lograrlo con sustancia, con virtudes, pero debe balancearse, puesto que no todo puede llevar esa furia joven y radicalidad expositiva que carga Chazelle en ésta película mostrando como el título menciona, Babilonia hecha Hollywood del cine mudo, cierta decadencia, sobreexhibición de libertinaje, lujuria y juerga a caudales, excesiva vanidad, creerse por encima del mundo, no contener control, como quiere también ser ideológicamente la película, pero esto a su vez es parte del camino de los sueños como diría David Lynch, un lugar que termina con notas en el periódico amarillista o la sección policial, en especiales contando el lado oscuro de Hollywood, con crímenes, con desapariciones, esto no es de hoy, es de siempre, pero aquí como Chazelle busca la otra cara de la moneda del díptico que es con La La Land el enfoque es otro, lo que saca a la luz es otra cosa y de esa manera vemos productores aprovechados sexualmente o un cierto esnobismo de los dueños del cine. Mucho igualmente es parte de generar momentos de acción y suspenso, de ponerle picante al asunto, como se diría, dar show. Así vemos a un elefante cagarle a un hombre encima, peor que ducha, o a la protagonista, Nellie LaRoy (Margot Robbie), vomitarle, peor que el Exorcista, a un ejecutivo dueño de una productora tras sentirse menospreciada por señalársele su vulgaridad y su origen humilde; así hay trazos gruesos como con el maquillaje humillador hacia los afroamericanos frente al "argumento" de la luz artificial que se perciben mensajes frontales y potentes (son hechos reales) aunque obvios y facilones como un golpe, buscando ganar empatía, pero que definen justamente la debacle de algunos actores, no por la corrupción que también es un factor (repudiable), sino por su falta de evolución y apaciguamiento, aun cuando muchos claman por la juerga eterna, que conduce a ese túnel siniestro a lo Irreversible (2002), pero que termina en circo de variedades, muy al estilo del hedonismo del entretenimiento hollywoodeense, con un resucitado Tobey Maguire haciendo de Birdman (2014) con un aire entre payaso y enterrador. Chazelle busca impresionar y no pretende contenerse, y esto juega un poco en contra, porque no todo puede ser excesivo en el cine. El arte tiene distintos tempos, pero por lo mismo la magia del cine yace en la diversidad del séptimo arte; hay días donde uno busca ligereza, otros días la intensidad, otros la profundidad o dificultad, hay días donde quieres relajo y otros violencia visual, uno nada en la riqueza de la variedad. La secuencia con la repetición de tomas para una escena de la actriz LaRoy con una maleta requiere un poco de paciencia del espectador pero es bastante notable creativamente; cómo la escena se centra en los zapatos de Robbie generando cambios notorios con pequeños detalles. En el trayecto semejante a una comedia exagerada se amplifican los errores mínimos, generando un ambiente de histeria, que es algo molesto, pero queda como una manifestación de personalidad, un momento especial. De la misma manera el mexicano Diego Calva tiene muchos ratos donde simplemente aparece observando a su alrededor y esto es una curiosidad, no se ve mucho un personaje así de pasivo, como si estuviera impresionado por su entorno, por lo que ve o ha visto, luego vendrá la catarsis frente a la diosa pantalla.

domingo, 3 de septiembre de 2023

At Midnight I'll Take Your Soul y This Night I'll Possess Your Corpse

Éstas 2 películas son las tempranas de una trilogía, la última es del 2008. La primera, At midnight I´ll take your soul, data de 1964 y es considerada la primera película de terror del cine brasileño. El productor, director, coguionista y protagonista es el brasileño José Mojica Marins, quien creó un personaje mítico en su país natal, llamado Zé do Caixao o, en inglés, Coffin Joe. Éste personaje es un enterrador o agente funerario de clase media alta, quien es un tipo que se jacta de ser cruel y muy rudo en su pueblo. Se mueve y expresa ideas propias del filósofo Nietzsche. No respeta nada, no cree en Dios ni en la vida después de la muerte, y a quienes creen en ello, el pueblo, los llama ignorantes por su evangelismo o catolicismo, detesta lo que llama de superstición. Coffin Joe reta constantemente a Dios y a la religión o a la fe (y de paso a los muertos), también a los pobladores con quienes no duda en tener peleas físicas, en hacer que muestren sumisión y frustración como dentro de una dictadura del poder sin límites y del abuso. A Coffin Joe lo temen bastante, es un tipo campechano, rudo, y al mismo tiempo muestra bastante inteligencia. Es, por igual, culto y violento. Lo único que respeta es a la niñez, se desvive por tener un hijo, llamándolo la única vía de inmortalidad, la procreación y la descendencia. El primer filme se basa en exhibir cuan cruel es Zé do Caixao. Tiene de Drácula, es muy sexual, adora (carnalmente) a las mujeres, pero no duda en maltratarlas y hasta deshacerse mortalmente de ellas. Mojica Marins le otorga un lado de impredecibilidad a su legendario personaje, puede ser por ratos amable, pero usualmente gusta de ser perverso, en ese sentido le satisface ser jactancioso y esto tiene un buen toque personal. Éste filme gira en base a ser una terrible persona, llegando a ser un criminal sin cuartel, un despiadado homicida. Coffin Joe no tiene poderes sobrenaturales, todo es realista. Los ojos como que se le transforman un poco -se vuelven venosos- pero es cuando se enfoca en revestirse de violencia y seguridad en su maldad. Coffin Joe es como el chulo y el gángster del barrio, donde las mujeres peligran bajo sus anhelos sexuales, y los hombres temen enfrentarse a él. El ambiente es de taberna, de partidas de póker, de cervezas, en el típico itinerario de mucho trabajo, un mundo digamos obrero, donde Coffin Joe es un tipo de cierto poder adquisitivo, aunque no rico. En This night I´ll possess your corpse (1967) vemos que Zé do Caixao entra en conflicto con una familia millonaria, la de mayor poder en el pueblo; aquí ya no solo asesina sino practica la tortura. En un momento rapta a un grupo de mujeres hermosas, tiene la fijación de la procreación, y los cuerpos terminan en un lago. Todo esto es importante porque Coffin Joe se enfrentará a la alucinación, dentro de quien se presta para padecer lo sobrenatural, como castigo kármico, rebotarle las propias burlas, pero los filmes nunca dejan de ser realistas, todo lo llega a justificar con hechos reales. El castigo de Coffin Joe es la consciencia forzada. Zé do Caixao, en la segunda propuesta, presenta acólitos. Parecido a un especie de Drácula mantiene a su servicio a un joven jorobado desfigurado y a una cierta vampiresa, no una chupasangre sino una mujer perversa seductora. Pero ser malo, como expresa el enterrador, no es cosa fácil tampoco, requiere de cierta resistencia particular, aunque tratamos con lo deplorable. Coffin Joe siempre pone a prueba su persona, a no temer nada ni a nadie, pero es también una lucha contra los muertos y el simbolismo de la religión viniendo a cobrarse de cierta manera tanta denostación. De paso, su debacle es como rescatar al pueblo de la perversidad humana, mostrando a un pueblo rústico, pero humilde, tranquilo y pacifista. Coffin Joe también medio que se mueve por un mundo sutilmente lumpen. La secuela tiene de western (de cacería), tratamos con cazarecompensas, le ponen precio a la cabeza de Coffin Joe y éste hace valer el mito alrededor de él. This night I´ll possess your corpse duplica la apuesta de los efectos de terror; aun cuando en la primera son muy competentes, en la segunda hay una impresionante secuencia con una invasión realista de arañas gigantes. El segundo filme mejora aun más el juego con lo sobrenatural, como con la visita de Zé do Caixao al mismísimo infierno. Todo esto es tremendo alarde de imaginación y talento. Un momento lleno de color -dicho simbólica y literalmente- como en Jigoku (1960). Antes se mueve en el blanco y negro propio del cine de terror clásico, aunque la primera película destila un poquito de criollismo y aunque leve, algo, si bien mínimo, de vulgaridad. En conjunto ambas son obras de muy buen aspecto, de gran nivel, llenas de personalidad y prominentes momentos, son material notable de Brasil, de Latinoamérica, y del género en general. 

lunes, 28 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: Camping du lac

Ésta es la ópera prima de la francesa Éléonore Saintagnan quien dirige y escribe un guion muy personal. Nos ubica en Bretaña, Francia, actuando ella misma de alguien a la que se le malogra el auto y termina en un campamento galo en la campiña, lugar habitual de vacaciones de sus compatriotas. Éste filme dura apenas 65 minutos. Lo curioso es que el protagonista o guía es un especie de pez mágico y no como pudiera uno creer, la propia Éléonore, si bien todo es producto de su imaginación, sus lecturas personales y el misticismo que ha averiguado de la zona. Tratamos con una docuficción con un lado raro o fantástico que le ha agregado Éléonore a la gente del lugar donde algunos son ellos mismos y otros han dejado volar un poco su imaginación o han jugado a ser actores de ficción. Así tenemos un travesti haciendo de madre de un niño aun chico, viendo que ambos hacen cosas simples en su hogar mostrando la vida en el campo, sin avances tecnológicos al uso común. Éléonore utiliza un aparato de escucha para la ornitología, pero con el aparato va captando conversaciones cercanas también, como quien se llena de historias que luego iremos viendo. Es así que el campo invade la vida de la autora quien se vuelve luego una contadora de cuentos, de folclore local. Es importante la historia de un santo real, Corentin de Quimper, que deviene en la historia mitad literatura, mitad misticismo, sobre un pez que cumple milagros. Al lago del pez mágico no solo llega el estado preocupado, cazadores de recompensas, sino hay hasta celebraciones con inesperados fuegos artificiales. Al mismo tiempo vamos conociendo a la gente del lugar y van apareciendo personajes pintorescos, como un solitario americano entrado en años que parece imitar a los sureños tocando el banjo como bienvenida y del que obtendremos una historia emotiva. También veremos a una especie de groupie del pez mágico o la habitual loca de pueblo. Éléonore va como anotando un diario de vacaciones o días de campo mientras va relacionado Bretaña no con el famoso santo local sino con una pequeña característica de él -su amor por los animales-, como quien medio que tergiversa las cosas en pos de hacer algo distinto a un documental convencional, produciendo un trabajo que hace de lo cotidiano o simple un lugar de mayor extravagancia sin por ello perderse de tener su cuota de empatía campechana.

jueves, 24 de agosto de 2023

El tango del viudo y su espejo deformante

Éste filme le pertenece a Raúl Ruiz, el director chileno más celebrado por la cinefilia hardcore, un director más que popular de culto, como el peruano Armando Robles Godoy en el Perú. Raúl Ruiz filmó esto durante mediados de los 60s, pero es hasta el 2020 que su viuda la también cineasta Valeria Sarmiento lo terminó y exhibió, habiéndole faltado una difícil particularidad para finalizarlo, el audio se perdió y se recurrió a la lectura de labios y al doblaje en el presente para concretarlo, así como armar las piezas de un pequeño rompecabezas, un filme que se percibe que estaba todavía en prueba por el propio Ruiz, que denota ser incompleto y no haber alcanzado todo su verdadero potencial. No obstante es el segundo que presenta su viuda que hace de codirectora póstuma nuevamente. Es una película que todo el material grabado es propio de un cortometraje pero a casi media hora de acabar con todo lo grabado y narrado, el filme va hacia atrás, como si rebobináramos un VHS, pero sin habituales fallas técnicas en el visionado en retro. Es curioso ver que cuando llega al final parece surgir una nueva lectura central, como con aquel final con el rostro demoniaco, ¿hubo un crimen?, queda como noir. Igualmente el filme es un poco de terror o fantástico, cuando un profesor e intelectual conocido como Iriarte (Rubén Sotoconil) suele ver un fantasma. Éste surrealismo viene a molestarlo, a perturbarlo, vemos sus pies desnudos debajo de la cama, también presenciamos pelucas en movimiento, incluso Iriarte pare una peluca como si fuera un bebé. Iriarte dice estar enloqueciendo, pero no quiere ir al doctor. Él parece ser un intelectual burgués de izquierda, o de la clase media, puesto que vive con cierta austeridad, aunque le alcanza para destilar vinos en su hogar, que también se ven como brebajes propios de laboratorio de mad doctor. El sobrino parece medio cómplice de querer inquietarlo o le es a un punto indiferente su estado o sus alucinaciones. En un momento caen cosas del piso de arriba y se dice que es el apocalipsis. Hay un cierto estado de sorpresa constante, como queriendo mantener en vilo al espectador. Se manifiesta que Iriarte tuvo un matrimonio largo y extenuante, así mismo que apellida como el presidente Salvador Allende, de quien parecen ironizar un poco, aun cuando hablan los amigos de Iriarte, la gente más cercana a él, pero como en toda convivencia cercana, incluyendo la ideológica, uno puede no siempre pensar igual, toda demasiada cercanía engendra monstruos, como se puede leer también del matrimonio. Iriarte quizá yace con remordimientos, pero estoico enfrenta el presente, considera que debe hacer algún tipo de ofrenda para subsanar el mal que le gobierna. ¿Algo lo ha poseído?, uno puede hacerse preguntas, el filme es austero, pero denota debajo ingenio solo que en ciernes. 

miércoles, 23 de agosto de 2023

A strange path (Estranho caminho)

Éste filme brasileño arrasó en el festival de Tribeca 2023, ganó mejor película internacional, mejor guion, mejor fotografía y mejor actor para Carlos Francisco quien hace del padre del protagonista. David (Lucas Limeira) es un joven cineasta que está promocionando una película suya experimental que es una película de terror también, pero lo que a él más le importa es conectar con su padre tras ya muchos años del divorcio de su madre y tiempo de no verlo. David es un joven bastante educado aunque sencillo y va en busca de su padre, una persona solitaria y de carácter fuerte pero no un mal hombre. Como suele pasar los papás suelen distanciarse muchas veces cuando hay rupturas matrimoniales; aquí se da la imagen clásica del hombre duro, pero David quiere recuperar el vinculo e insiste con él y éste finalmente lo recibe en su casa. No es un mal padre pero está acostumbrado a su soledad, con tan solo una vecina -mayor también- que hace de affaire relajado. Vemos la cotidianidad en la ciudad de su infancia. Va a la playa, pasea por la zona. La película de David la llegamos a ver, la coloca para visionarla en busca del entusiasmo del padre para que vea en quien se ha convertido. David no reclama nada, quiere simplemente el amor del padre. Muchos optan por ideas complicadas, pero el director Guto Parente se ha decidido por lo más simple, espolvoreando algunos pequeños detalles cómplices de este filme que también es de cine fantástico y un poquito de terror. En un momento se nota que a Guto no le hubiera sido difícil hacer uno que asuste. Estranho caminho luce como de bajo presupuesto o de cine independiente y éstas obras funcionan sobre todo por el ingenio. Lo tiene en una medida, por optar por una sencillez formal y amabilidad en su lograda empatía del amor de un hijo por su padre distanciado. La trama es un pequeño ajuste de cuentas contra una realidad que debió ser mejor tratada (aunque fue lo que suele ser), así vemos que Gerardo, el padre, ha escrito un libro con lo que David hubiera querido tener en su existencia. Al mismo tiempo es un pequeño llamado a todo papá, a ser mejor persona; a hallar no sacrificio, pero si una más resistente visión en cuanto a la lucha contra las normales desilusiones de la vida, ya que al fin y al cabo todos nos parecemos. El libro que escribe Gerardo es de autoayuda y tiene un cierto toque ñoño, aun cuando Gerardo puede generar momentos de alucinaciones siniestras. La originalidad de éste filme, configurado en la amabilidad, radica en manejar múltiples cosas con suavidad y mucha facilidad de identificación desde una obra de aquellas que tienen una cierta leve aura camuflada a cine de guerrilla y a outsider, como si alguien rudo se esforzara en hablar con mucha cortesía, como quien demuestra con su hacer que el mundo finalmente no lleva etiquetas o tiende a romper las reglas cuando ambiciona el arte. 

martes, 22 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: Do Not Expect Too Much from the End of the World

El problema de hacer comedia muchas veces es creerte más inteligente que los demás y caer en el fastidio (o la mala broma) más que en algún tipo de relevante complicidad, aun cuando tampoco se trata de hacer comedias nacidas muertas, sin personalidad, sin verdadera inteligencia, sin ideas propias. Esto claro cuenta para todo el cine, pero en particular con la comedia donde hay que balancear la personalidad autoral con la empatía en particularidad ya que la comedia suele ser una búsqueda de popularidad, aunque si haces algo realmente personal es prácticamente imposible contentar a todo el mundo. El director del filme es el rumano Radu Jude y tiene de todo lo antes expuesto, desde una propuesta muy libre. Incluso en un momento se permite burlarse de los propios rumanos, señalando y mostrando una seguidilla de cruces producto del mal entendimiento de la conducción en unas pistas. Esto generará 10 minutos de ver pintorescas cruces. Por otro lado también se llamará imbécil a Nicolae Ceausescu y puede que no se esté mintiendo, pero parece aludir a que el socialismo no es malo sino que el socialismo de Ceausescu lo es, lo fue, y es de lo que se mofa o critica sin concesiones. Pero, claro, el pueblo rumano se ve bastante curado del comunismo para siempre. Por ahí hay un par de bromas con ello, como mostrar un libro de Karl Marx como adorno y la sorpresa de verlo por nuestra protagonista, Angela (Ilinca Manolache). Angela tiene unos treinta y pico de años y le gusta la música tipo hip hop, desde el idioma rumano. Es una chica notoriamente moderna, contemporánea, propia de su época. Trabaja como asistenta de producción de una empresa de marketing y su trabajo es buscar a alguien apropiado (o conveniente) para hablar en un comercial institucional sobre la seguridad interna de una empresa de capital austriaco-alemán. Angela para manejando su auto viajando en pos de los candidatos para el comercial y esto es el centro de lo que veremos por casi 3 horas de película. Además de esto la obra de Radu está combinada -sólo un poco- con Angela goes on (1981), película de su compatriota Lucian Bratu que muestra a una mujer taxista y su cotidianidad en su trabajo, como algo bastante amable de ver (digámosle inocuo), como quien tiene problemas menores, lejos de la política que se vivía con el dictador Ceausescu que gobernó hasta 1989, año en donde lo llegaron a ejecutar. La música incluso de la película de Bratu hace de opuesto a lo que está haciendo Radu Jude quien hace una comedia de las que se identifican con sectores mucho más artísticos, más pequeños, más intelectuales. La Angela de Radu también usa un filtro del celular convirtiéndose -pero notándose que es ella, en parte como un glitch- en un tipo pelado, cejón y de chivita, un sujeto vulgar y frontal que analiza la idiosincrasia rumana soltando comentarios a lo Borat (2006), como quien habla de autenticidad y compromiso con la gente de a pie con las maneras que estila, bajo la idea de total franqueza. Esa que no tiene el trabajo formal de Angela quien versa y todos alrededor dentro de cierto cinismo. No obstante Radu con sus criaturas deja en claro que para él absolutamente todos ejercen cierto marketing y política en sus quehaceres, arguyéndolo con ejemplos del cine. Llega hasta bromear mediante aplaudir al director de cine el alemán Uwe Boll quien dice que literalmente sube al ring a boxear con sus detractores (que suelen ser muchos). No se puede esperar que todas las bromas de Radu funcionen pero se ve que está haciendo claramente una obra muy suya. Igualmente con Boll nos está hablando de hacer lo propio, ser uno mismo, tener convicciones, a pesar de todo, cuando sobran los que nunca pretenden nada propio. Puede que Boll no sea una eminencia del cine, pero es fiel a sí mismo, y lo vemos trabajando un sci-fi de cine B sin tapujos. Participa también en la obra de Radu la célebre actriz alemana Nina Hoss como la supervisora y cliente perteneciente a la empresa austriaca, supervisora del comercial. Nina Hoss maneja tremenda naturalidad, hace completamente suyos los diálogos y otorga buenas secuencias, aun plagadas de ocurrencias, aunque la estrella aquí es la muy competente al uso Illinca, y Hoss tiene un pequeño papel solamente. Ilinca abre la propuesta con su descarnada desnudez, dejando la camiseta en su papel, en los pensamientos y el filo de Radu. 

lunes, 21 de agosto de 2023

Buscando a Reynolds

Ésta es la ópera prima del documentalista argentino Nestor Frenkel. El filme medio que juega con la idea de si es verdad o no lo que vemos. O, a sorprender al espectador con una historia extraordinaria o bastante atípica; se trata de un grupo musical argentino experimental o avant garde (esto último para algunos países europeos y asiáticos) liderado por un baterista síndrome down llamado Miguel Tomasín. Miguel en un momento dice que el grupo no existe y esto permite movilizar varias ideas, incluso si en realidad ésta película nos está timando como lo hiciera por una parte Orson Welles con F for Fake (1973). Pero es solo una idea al vuelo, de muchas que se desprenden de ello como filosóficas u existenciales, y hasta por ahí más raras. El filme muestra a una banda que es terriblemente mala para el oído, y lo que hacen y como piensan lo solidifica. Pero algunos investigadores de apoyo que analizan la banda y hacen de complemento general en el documental muestran que ésta banda puede tener algo salvable y hasta razonable; como bien ejercemos algunos profesionales en esclarecer, acercar y engrandecer muchas artes. Los integrantes de Reynolds más allá de Tomasín son bastante particulares también, son de aquellos que ven el mundo de manera distinta y pueden caer fácilmente en el título de gente rara, pero parecen también auténticos en sus locuras, puesto que el grupo Reynolds es como arte conceptual buscando sorprenderte siempre, aun cuando suenan horrible, casi amateurs o propios de bandas de garage de pueblitos olvidados. Muy poca de su música se oye bien o lo que presenta Frenkel, pero ellos argumentan sus pensamientos y lucen menos bobos de lo que a primera vista parecen. Sin duda, son toda una curiosidad. Lo que salta a la vista es la pregunta de si están explotando a un chico sindrome down para hacer marketing y distinguirse, y el documental responde muy bien a esto, incluso sobre el marketing y la manipulación habitual de lo comercial o lo destinado a popularizarse ante el público (ésta respuesta cubriéndole la espalda a la producción musical o artística suena franca). No obstante Reynolds es un grupo underground, aunque también tocan para fiestas de chicos down. Esto hace que veas que el grupo busca ciertamente hacer algo que sale realmente fuera de lo común. Así mismo por una parte suena al concepto de arte moderno del célebre Marcel Duchamp, visto desde el arte absurdo o ridículo. El nombre de la banda Reynolds en efecto viene por el nombre del actor americano Burt Reynolds y tiene de arbitrario (de anécdota dadaísta o bufonesca), pero también se exhibe como un poco interesante (el simple nombre da para mucho). En sí ésta banda mezcla tocar y verse pésimo con tener originalidad, lo cual hace de éste filme formalmente sencillo y de bajo presupuesto sostenerse de una gran historia, que hace pensar en creatividad por sobre dinero, con la creatividad general que medio trata de dinamitar o va 50/50, yendo un poco por un camino no del todo empático sino medio caminando por la cuerda floja y aunque puede incomodar es un punto a favor de hacer algo especial. No es un cine que vaya a ser popular, pero al mismo tiempo busca acercar lo raro a una audiencia mayor, con ingenio sobre todo. El filme explica todo a la perfección y sin ser plano. Reynolds es una banda no solo curiosa sino interesante, a pesar de todo. Un poco Reynolds nada contra la corriente del éxito, como quien al mismo tiempo que busca un nicho (no del todo inventado) va como borrando sus huellas. Aun cuando se dice que en algunos lugares son como alimento gourmet no representan en nada lo popular y el filme así es toda una novedad que hasta dudas de si Frenkel nos está timando con un falso documental. 

domingo, 20 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: Nuit Obscure - Au revoir ici, N'importe où

La traducción del título francés sería, Noche oscura, adiós aquí, no importa donde sea. La dirige el galo Sylvain George dedicado al cine documental y comprometido política y socialmente digamos que con el mundo. Pero éste filme más que político es humanitario, aun con esa última poesía del cierre del filme, muy sugerente, donde habla de que puede no ser fácil tratar con ellos, ya que la vida los ha hecho o pide que sean duros, ya que siempre han estado solos, tomándole la palabra a la simbólica declaración literaria. Pero lo que vemos son niños, adolescentes, jóvenes viviendo en las calles muy pobremente, en el enclave de Melilla, territorio español ubicado al norte de África, rodeado por Marruecos, de donde son todos estos chiquillos, sobreviviendo en las calles, muchachos árabes. Lo curioso es que casi no se menciona la religión, hay apenas un comentario de uno de ellos al respecto, cuando muchos asocian a los árabes con el fanatismo religioso, aunque se dice que en realidad el Corán no habla de seguir a la violencia, sino al amor entre seres humanos. El documental de Sylvain George muestra todo lo que suele representar la ficción sobre juventud abandonada, pero aquí tratamos con una cámara "invisible" que literalmente busca coger la realidad. Puede que algunos momentos sean parte de la noción de que algo los está observando y cree cierto estado de recreación, pero son pocos, se percibe más coger la realidad tal cual, se siente mucha naturalidad, mucho realismo, además que el filme no usa música de acompañamiento que suele ser vital para generar momentos o estados cinematográficos. El filme se percibe descarnado,  y aunque vemos mucha pobreza no asoma violencia ni corrupción moral. Estamos ante niños y jóvenes abandonados, comiendo de la basura, durmiendo envueltos en cartones, jugando con objetos que han recogido como patines o patinetas, drogándose, jugando a boxear o luchar, sueltos por infinidad de lugares en Melilla, metiéndose incluso a los lugares resguardados fronterizos, conviviendo con guardias y policías vigilantes de ellos. Estos muchachos sueñan con una vida mejor en Europa, quieren oportunidades que no ven en Marruecos. Uno señala que sabe que hay racismo contra ellos, que seguramente los van a golpear los guardias, que irán a reformatorios primero, pero luego se abrirá una vida mejor para ellos en Europa; ellos se oyen como jóvenes pobres más que como árabes. El filme muestra también caminatas introspectivas por la playa; jugando de noche solitarios en los parques de skaters. Risas, pequeños enojos, no vemos llanto; presenciamos jóvenes/niños muy fuertes, aun en sus situaciones, pero menores al fin y al cabo (que hay que resaltar), sencillos en todo, como es ésta propuesta, donde yacen montón de formas del abandono en la pobreza infantil y juvenil. Son 3 horas muy detalladas, expuestas en blanco y negro, con un Sylvan George que no se reviste de ningún alarde o lujo, pero que pone la cámara donde las papas queman, sin buscar el llanto fácil, pero mostrando la pobreza en todo apogeo. Es una propuesta exigente por el mismo quehacer sin demasiados adornos, aunque hecho por alguien profesional que tiene mucha experiencia en el documental, uno que tiene su impronta dentro del documental arty austero, pero bien filmado, con claridad y sencillez apabullante en cuanto a coger momentos de privilegio. Se permite algunos ratos de poesía autoral, pero más busca el realismo simple y el cine social frontal, sin mostrar, en el abandono, sordidez moral, aunque miramos que asoman drogas. Muestra temple en ellos, como el gesto auto-motivacional, de cierto reto, del muchacho frente al Arco del Triunfo de Paris. 

jueves, 17 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: Animal

Animal (2023) es una sorpresa, la obra de una gran autora, la griega Sofia Exarchou. Digo sorpresa porque es tremendo filme y solo el segundo de ésta directora (aun) no tan conocida. Es una película que posee muchísima intensidad. De principio a fin tenemos una propuesta potente, eléctrica, que no histérica, cargada de música, la música es parte de la directora y de la esencia de la protagonista, Kalia (Dimitra Vlagopoulou) y hasta de su compañera Eva en particular (Flomaria Papadaki). La película tiene una cierta aura autobiográfica o quien propone quizá imaginación, pero bastante de uno mismo, mucha personalidad propia, lo que además hace del filme una obra especial, aparte de tener un impresionante manejo de la emociones y los momentos para proponerlas sin caer en la excesiva fragilidad o vacuidad, o error recurrente de éste uso tan importante, una cierta falta de credibilidad ante querer abrir el alma, o temer hacerlo, y encima desde el cine artístico. La propuesta te hace sentir lo que siente Kalia, una mujer cansada de su vida, de ser animadora o anfitriona en un lugar de vacaciones para turistas en una isla griega, una de tantas islas; e iguales, se supone, idiosincrasias, teniendo en cuenta la dependencia de este país del turismo, su primer ingreso económico. Kalia está cansada de depender mucho de su sexualidad y de los hombres, casi como una historia velada de prostitución y cansancio y dolor existencial a esa vera. Kalia representa la idiosincrasia femenina en general, con respecto a ésta dependencia femenina muy palpable. El filme no busca lo fácil; hablar directamente de prostitución lo hubiera sido. Kalia no es una prostituta, pero se mueve alrededor de su sexualidad. Ella trabaja divirtiendo turistas, extranjeros, con bailes, canciones, juegos, en un lugar paradisiaco. Éste filme habla mucho de la diversidad europea, de alemanes, rusos, austriacos, que veremos interrelacionarse con Kalia y sus compañeras, contexto habitual en especial de los griegos y sus miles de islas turísticas. Kalia canta en ruso, en inglés; Eva en polaco. Muchos son hijos de inmigrantes, se habla de interculturalidad y esto también es un poco un cierto problema, aunque también como en los cantos poliglotas hay un interesante y rico cosmopolitismo. En todo caso ésta diversidad significa muchas cosas, no del todo expurgadas en la propuesta, más sutilmente deslizadas o asumidas como parte de la idiosincrasia general, que también puede verse humanitariamente como conflictivamente en otros países. Kalia hace de una canción su bandera, que habla de siempre andar de parranda, de fiesta, pero todo llega a agotar, aun cuando Kalia aprovecha su sexualidad, no solo para tener cosas materiales (honestamente) y un lugar en el mundo o poder mantener a su hija pequeña, sino por placer personal, ella es sexualmente activa, libre, dentro de la heterosexualidad, otro gran punto de un filme que muestra amistades gays pero no hace de ello el lugar ubicuo que puede llegar a serlo en lo arty. Kalia intenta no sentir éste cansancio, ésta pequeña depresión, lucha contra no desistir de vivir la vida cool que parece tener, esa que hace referencia muy sugerentemente a la mismísima Madonna. Pero ya ella quiere otra cosa, quiere algo más que aun no encuentra, que no está del todo claro, porque el filme ahí tampoco busca lo obvio (la sordidez), y hasta Kalia tiene una especie de pareja que se ve sensible y gracioso, pero también muy superficial, y quien más bien refuerza (sin saberlo) la vida que Kalia ya no quiere, asumirse en la sexualidad y la soledad desde los 16 (incluso puedes tener pareja y no sentirte acompañado), ese ver a la propia familia como animales (salvajes). Kalia quiere justamente otro nivel mental, una vida más calmada, menos "cool" dirían algunos. Lo interesante del filme es que no hay que ser viejo para sentir lo que siente Kalia; Eva también ha vivido mucho de lo mismo a temprana edad, un segundo ejemplo (quien ha venido a reemplazarla) y así sigue la cadena. Hay una metáfora de los peces, que interpreto como alimento carente de profundidad, salpicando (intensos) en el agua, en poco espacio, cuando el mundo es mucho más grande. Exarchou maneja originalidad, y no solo dentro de la temática de su país. No es sencillo buscar la normalidad o lo que creemos que es ésta en un mundo siempre complicado. El filme tiene mucha habilidad tratando con la sexualidad, muestra escenas fuertes, pero todas al servicio de algo mayor o del conjunto. 

martes, 15 de agosto de 2023

Johnny 100 Pesos

Éste filme del chileno Gustavo Graef Marino es una de las películas más populares de los 90s del cine chileno, a 3 años del final del mandato de Pinochet y contextualizado a unos meses de ello, sobre una historia real chilena, sobre unos asaltantes que tomaron rehenes en un edificio en Santiago de Chile, con la particularidad que el hombre que da título a la propuesta tenía 18 años. Johnny es interpretado por el mexicano Armando Araiza, particularmente popular en Latinoamérica por la telenovela Quinceañera (1987-88). Araiza ya había trabajado en el cine, aunque en películas poco trascendentes. En Johnny 100 pesos (1993), el protagónico y la película más celebrada de su carrera en la gran pantalla, tenía tan solo 23 años de edad. Johnny es un muchacho bandolero, roba partes de auto, que con 4 tipos más ranqueados que él aunque aun de poca monta en el crimen roban un lugar clandestino de cambio de dólares con la fachada de un videoclub. Los asaltantes pasean por el lugar rodeados por pósters de películas, por bastante cinefilia, proponiendo mucha acción y tensión. Lucen a ratos histéricos, muy dramáticos, teatrales. El dueño del lugar lo interpreta un joven Luis Gnecco con 31 años de edad, recién comenzando su carrera en el cine. La bella mexicana Patricia Rivera pone la clásica sensualidad y erotismo del cine (característico de una época menos políticamente correcta) con su cuerpo voluptuoso y una buena actuación. Aunque el filme alude como guía a Araiza es un lugar para mostrar el talento de todos, como del chileno Aldo Parodi -que ya contaba con 40 años de edad-, como El loco, el asaltante más peligroso del grupo, el más inestable, impredecible y violento. Cuando narra de la cárcel se le percibe un tipo bien cimentado en lo lumpen. Es un filme propio del cine latinoamericano de los 90s, más explosivo y campechano que artístico, pero bueno. Está lleno de sorpresas. Se expone o explica quizá demasiado, pero es cine que busca ser comercial, amable, masivo, aunque con identidad nacional. Tiene una cierta participación política, que no pretende incomodar ni proponer ideologías; decentemente, al menos, contextualizada, y secundaria o a la vera de la acción. Aunque no son iguales me hizo pensar en la película peruana Reportaje a la muerte (1993), obras propias del cine latinoamericano de su época y que remite a rehenes, no obstante en la peruana son avezados criminales, presos, y también incluye la labor del periodismo. 

lunes, 14 de agosto de 2023

76 Festival de Locarno: El auge de lo humano 3

Presentada a competencia por el leopardo de oro, recientemente, en el festival de Locarno 2023, perteneciente al argentino Eduardo Williams. Ésta, primera secuela (de mismo título), aunque marque el número 3 (pero en efecto, su tercer largometraje), repite la idea de su ópera prima, con nuevos países, ésta vez participan Sri Lanka, Perú y Taiwán. El filme se pone a deambular por estos lugares con un grupo de gente joven de estos países. Logra pasar de un lado a otro, va y viene, como si estos tres países o naciones fueran fronterizos o como si al final de una calle pasáramos de una ciudad de la selva peruana -en la realidad, rodeada de agua- a Taiwán -con impresionante naturalidad, sobre todo cuando tratamos con islas y archipiélagos; sumada a una buena técnica de edición y precisión- y así montón de veces. En el trayecto a ratos parece que estuviéramos viendo una película donde la gente se interpreta a sí misma, aunque ésta propuesta es un documental, pero de aquellos actuales muy libres. Tratamos con una docuficción. El filme tiene desde diálogos intrascendentes hasta algunos más elaborados, igual como si fuera "ficción" y habría una trama que seguir, pero no finalmente con ninguna gran atadura, y así se permite hasta ser onírico y surreal. En un momento los árboles giran y parece que nos metimos en un hoyo (medio sutil) a lo Alicia en el país de las maravillas, o nos metimos a una nueva dimensión, pero que tampoco deja su mismo formato ni su panorama, paisaje, general. La propuesta utiliza cámaras de tipo burbuja o de 360 grados, luego, lógicamente, va al salón de edición, y quedan ángulos bastante vistosos o incluso atípicos en pantalla. El filme maneja buena empatía mediante sus pequeñas historias o diálogos, y en ello experimenta una sutil libertad moderna. Pero no es estricto en la interrelación y se maneja cierto estado de relajo y espontaneidad que rompe un poco con los lugares comunes antes mencionados, aun cuando hay un guion detrás que mueve los hilos de lo cotidiano. En algunos ratos exhibe conversaciones o confesiones algo extrañas, pero esto trata de ser parte de ese ambiente ligero de yacer en medio de cierta fantasía, como si por otra parte estuviéramos un poco en otro planeta. Williams trabaja con lo conocido y algo lo vuelve audazmente una atmósfera como lo hiciera en sus propias reglas David Lynch o Albert Serra; lo hace con su cuota de personalidad. Esas levitaciones o fuegos en la mano hacen pensar en ese Bruno Dumont que mezclaba de pronto la magia o lo místico con el realismo. En otro momento uno imagina cierta inspiración en el cine naturalista en medio de la Amazonia a lo, su compatriota, Gustavo Fontán. Es un filme creativo en cierta manera, con un Williams que experimenta e intenta hacer algo nuevo, distinto, propio. 

miércoles, 9 de agosto de 2023

Les sièges de l'Alcazar

Éste mediometraje de 52 minutos del francés Luc Moullet es sobre un critico de cine llamado Guy (Olivier Maltini) que va a un pequeño cine llamado Alcázar y lo vemos simplemente ser un critico, hacer su trabajo, ir al cine, escribir de cine, pero Moullet no solo es director de cine sino también critico de cine como muchos de sus legendarios compañeros de Cahiers du cinema -mucho más conocidos que él- y pues le pone varios detalles y momentos que solo alguien que sabe bien de la profesión puede tener bien en la mente, lo hace haciendo comedia ligera, comedia con inteligencia. Guy es critico de Cahiers y ama en particular el cine del italiano Vittorio Cottafavi, un director no demasiado celebrado, pero muy prolífico, hizo serios dramas de realismo italiano como también péplums. Guy sabe que Cottafavi no es muy popular y éste es su pequeño caballito de batalla, de identidad, incluso ha escrito un libro de él nos dice. Pasan mil cosas en la sala de exhibición, Moullet muestra mil piruetas de la existencia de un critico de cine. Éstas pueden verse algo superficiales o hasta un poco tontas, pero son típicas, aun cuando hace comedia. Moullet también trabaja con lugares comunes de como suele pensar la critica, lo hace con cierta picardía y hasta discreta audacia. Así mismo muestra la labor con mucho conocimiento -incluso técnico- que llevan los dueños de las salas de barrio dedicados al cine de autor, pero donde hay cabida para hacer sudar a los clientes ya que es vital para hacer dinero a la vera de la venta de helados. Guy sabe bien de su oficio y aunque luce algo infantil la vive como diríamos, prácticamente pasa todo el tiempo en el Alcázar aunque con cierto desorden producto de muchas ocurrencias y vicisitudes que atraviesa. Moullet muestra muchas novedades desde la cotidianidad del cinéfilo hardcore y también del espectador sencillo, como niños que van solos, a jugar y fastidiar a la sala. El filme toca la vida sentimental del critico, unos se ven feos y solitarios, otros como Guy tienen suerte con las compañeras de oficio. En esto aparece una critica de cine de otra reputada revista francesa, de Positif, y surgen ciertas rencillas habituales, en la lucha por ser los críticos más interesantes. Jeanne gusta del célebre Antonioni. Jeanne llama cursi y demasiado ligero a Cottafavi; Guy, presuntuoso y efectista a Antonioni. Jeanne llama (graciosamente) fascista a Guy, le dice débil además, y se puede oír un comentario de Guy diciendo que John Wayne mataba indios en cantidad, pero era como matar simbólicamente comunistas. Esto es curioso porque es un filme de 1989 pero lo de fascistas, y comunistas o caviares (aunque ésta última definición no se dice aquí), es una batalla verbal muy común hoy en día en el ámbito público y en redes sociales, y que incluye al cine que algunos ven siempre político. Moullet maneja un ritmo muy rápido, pasan mil cosas y hay movimientos medio eléctricos. Hay que prestar atención, aunque como comedia lo hace bien, pero con arte. Es el escenario del critico clásico y la celebración -con todo incluido- de la sala de cine.

domingo, 6 de agosto de 2023

Intimidad de los parques

Intimidad de los parques (1965) es la tercera y última adaptación de obras de Julio Cortázar, por el también argentino Manuel Antin. Es una película de solo 3 personajes. Teresa (Dora Baret) y Héctor (Francisco Rabal) son pareja, pero en un viaje a Cuzco, Perú, Héctor lo invita a un amigo suyo a sus vacaciones, a Mario (Ricardo Blume), y en esos encuentros, por playas, museos, reuniones, visitas comunes, y el infaltable e impresionante Machu Picchu, Mario se enamora de Teresa, y Teresa lucha por no corresponder a su amor, sintiéndose muy atraída por Mario. Antin junto a 2 críticos de cine argentinos, Héctor Grossi y Raimundo Calcagno, se encargan del guion, adaptando los cuentos de Cortázar, Continuidad de los parques y El ídolo de las cícladas. Grossi ya había trabajado antes con Antin y también fue con una de Cortázar, mientras Calcagno había colaborado con el guion de nada menos que Apenas un delincuente (1949). Sumado a hacer una producción a lo nouvelle vague tenemos muchos elementos que hacen de la propuesta un filme interesante y el resultado es muy bueno. Es un filme que tiene un toque introspectivo marcado, con un Mario poético, de aire melancólico y culto, mientras el práctico Héctor vigila, desconfía, indaga, con miradas silenciosas pero después con preguntas. Por cierto momento todo es platónico, pero pronto el amor carcome a Mario y a Teresa. No obstante Teresa duda en dejar a Hector, y entra a tallar una estatua inca con la que surgen varias metáforas y hasta se plantea mitología. Cortázar parece que se enfadó con Antin pues éste escogió Perú (y América), mientras Cortázar quería Grecia (y Europa) como escenarios. Antin también con su decisión consiguió una coproducción entre Perú y Argentina. El filme utiliza costumbres y eventos famosos peruanos para mostrar ideas de sus personajes, hay una inteligente fusión ahí, como cuando Teresa camina por la multitud de la Procesión de El Señor de los Milagros, mostrando sus emociones encontradas en un paseo mítico, místico. El filme está envuelto en una gran psicológica, y tiene detalles muy ricos, como cuando se fusiona literalmente literatura -se va leyendo un libro- y la realidad de los personajes de la película. También la propuesta tiene gran manejo de la lógica y de la claridad, que incluso ésta yace un poco ausente en un más ambiguo Cortázar. Antin muestra mucha personalidad, como debe ser, puesto que el cine no imita la literatura sino juega con sus propias reglas, con su propia arte, adaptando o no literatura, así ésta sea de quien sea. Como suele ser es un grave error querer copiar y así anhelar la trascendencia de tu trabajo. Hector yace en un mar de psicología, mientras Mario y Teresa son entes existenciales de sufrimiento. Mario no por el amigo sino por la resistencia. La furia también empieza a sobrevolar. Ambos hombres están por perder al amor de su vida. Es una gran disyuntiva del amor. Hector posee el cuerpo pero lo importante es el alma, la mujer a amar eternamente siempre es más que carne.

sábado, 5 de agosto de 2023

Night of the Eagle (Burn, Witch, Burn!)

Éste filme tiene 3 guionistas bastante interesantes, uno es el popular escritor Richard Matheson; otro es Charles Beaumont quien murió joven, a los 38, pero fue un escritor que era admirado incluso por Matheson y se le recuerda por varios episodios escritos de la serie La Dimensión Desconocida; ambos han trabajado en películas de Roger Corman; y George Baxt, escritor de celebrados y originales noir. La dirige el británico Sidney Hayers. La propuesta es una obra maestra, aunque una película poco conocida. El filme nos pone a un catedrático que es muy racional, llamado Norman (Peter Wyngarde) quien descubre que su mujer practica la brujería, es decir, es una bruja, interpretada por Janet Blair, pero ella lo ama tanto que incluso quiso dar su vida cuando él enfermó mortalmente, y desde esa vez aprendió artes oscuras. Ella lo protege con magia, pero él cree que su esposa es supersticiosa y quiere quitarle esas ideas, pero pronto empieza a caer en la envidia ajena, en el mal, se suceden problemas serios. El hombre se mantiene firme en no creer, pues su vida está dedicada a la ciencia, pero poco a poco entenderá que se equivoca y que tiene que replantearse sus pensamientos. Los acontecimientos se ponen sabrosos cuando surge una verdadera mujer diabólica y lo reta a Norman, quien ha debilitado sin querer a su mujer, poniéndolos en peligro. El filme maneja con curiosidad la brujería, que proviene de Jamaica. La película es sólida mostrando la brujería y como se trata de rebatirle y como surge la maldad, con actos realmente perversos y bien escenificados, sugerentes, como la cojera en la manipulación voodoo. El título original del filme hace alusión a un águila y hay tremenda secuencia al respecto, que es una maravilla de recreación en todo sentido, sobre todo para efectos especiales que parecen más ingeniosos que costosos, en una época (1962) que no había uso de computadoras. El mal tiene varios trucos como el uso del hipnotismo para generar alucinaciones, expuesto de manera bastante macabra, ruin. La secuencia con el ómnibus, la casita de cartas envuelta en fuego, son escenarios oscuros que llevan muchas emociones, como plantearlo detrás de la ironía cruel o la ausencia existencial que son motivos trabajados profundamente. El momento de la playa solitaria mezclado con la cripta es propio de ejecuciones precisas, detallistas, de grata creatividad y enorme proyección. El final es redondo y perfecto. Ésta obra es una genialidad de una hora y media. El filme juega con lo esotérico y lo costumbrista con tremenda asertividad. La brujería se mezcla con nuestra cotidianidad, la propuesta proclama que esto es más habitual de lo que creemos, que lo practica gente común. La performance de Margaret Johnston es una obra maestra en sí. El sentimiento entre la pareja protagonista también está bastante logrado. 

El techo de cristal

El techo de cristal (1971) de Eloy de la Iglesia es un buen giallo a la española, con la célebre Carmen Sevilla como Marta, una mujer que se queda sola en una casa alquilada de campo -su marido para de viaje de negocios- y empieza a volar su imaginación. Ella es aficionada a las novelas de suspenso y noir y al oír pasos de hombre arriba donde vive su vecina Julia (Patty Shepard), cuando su marido se supone también está afuera, cree que ella es una asesina junto a algún amante. El filme maneja varios sospechosos, gente que trabaja en la zona o hasta lo es el delivery del supermercado. Así mismo lo tenemos y mucho al casero y galán Ricardo (Dean Selmier), con el gusto por la alfarería y la escultura y andar siempre acalorado descubierto del pecho, cerca a un sugerente horno industrial y unos perros enjaulados satisfechos con el alimento. Marta teje buenas hipótesis. La propuesta juega bien a generar suspenso y muchas ideas de crimen, Marta no parece descabellada en sus elucubraciones, siempre hay pequeños indicios. La bella Carmen Sevilla también maneja cierto sutil erotismo, en sí el filme habla de machistas y seductores -algunos tipos tienen la propensión a sugerir violencia sexual- y mujeres vistas con deseo como Julia y Marta que andan solas con maridos ocupados. Es el deseo o la carne llamando al crimen, y al corrupto a deshacerse de la competencia. Por ratos se percibe que a Marta la vigilan y alguien le toma fotos en lugares muy privados. Todo el filme es la duda de si pasa realmente algo y está muy bien manejado para no agotar recursos y presentar novedad, aun cuando el mecanismo general es simple y la narrativa también, hasta el final donde une mil cabos, con coherencia aun así. Se manipula mucho el deseo. Una joven flaquita que lleva botellas de leche también se presta para los affaires. Un zapato sucio abandonado, una rata muerta, un cubo con soga como ducto de transporte, ruidos nocturnos, posibles envenenamientos, desconfianza constante y potente lascivia hacen del filme uno atractivo. La imaginación vuela ante el aburrimiento y la soledad, como también el pecado. 

Design for Living

Design for living (1933), es una gran película y una que sorprende, incluso algo en el presente, si bien la modernidad se ha encargado de romper muchos límites. Ver ésta comedia del genio maestro Ernst Lubitsch, parte del Hollywood clásico, del Hollywood de los 30s y anexado los 40s, es observar que la comedia y éste tipo de filmes eran de otro nivel comparado a hoy en día, ¡qué película! El tema es sobre una mujer que no puede decidirse románticamente entre 2 hombres y quiere estar con ambos. Es un tema abordado con una elegancia digna de inteligencia superior, del gran cine imperecedero. El filme es osado en lo que propone pero lo hace con tanto tino y cuidado, pero asumiendo un tema picante, que es tremenda maravilla. Lo sexual está detrás tras bambalinas, lo que se toca es desde otro punto, pero se asume esto anterior por elipsis. Gilda (Miriam Hopkins) dice tenerse por una chica mala, aun cuando ayuda a 2 hombres a ser mejores en sus profesiones y vocaciones por el arte, mientras los 2 yacen enamorados de ella y viceversa. Uno lo interpreta el hiper famoso y galán Gary Cooper como George, un hombre más rustico que su otro competidor y mejor amigo, Thomas (Fredic March), un tipo más sofisticado, más refinado, aunque George muestra inteligencia, pero es más tosco, más directo. Thomas es aspirante a guionista de teatro, a dramaturgo, mientras George a pintor y retratista. Gilda trabaja en publicidad y es cuidada por el dueño de una agencia millonaria, por Max Plunkett (Edward Everett Horton), un hombre refinado, pero sencillo en el trato, que también la persigue románticamente. Gilda no quiere a Max, son sólo amigos, ella prefiere a tipos más seductores como George y Thomas, a quienes llega a comparar con sombreros de moda y ser ambos "necesarios" para su vida. Gilda es una aventurera, una mujer de vida intensa, que no es retratada como alguien vulgar, aun cuando engaña a uno con otro, y no quiere decidirse. En un inicio la opción es George, el tipo físicamente más atractivo y quien tiene una personalidad ligera y complaciente. Luego pasa a ser Thomas, el tipo bajito, inteligente y astuto, de amplia cultura. Lubitsch sortea cualquier censura con su finura, retratando al ser humano de a pie y su comportamiento más liberal y juvenil, más libre y atrevido, y a partir de una mujer, proponiendo un cierto feminismo con ella. Es una película que entretiene mucho, éste cine no solo es de sabiduría diáfana -para exponer- sino que es hedonismo para todo el planeta, es cine popular de autor en el más alto nivel. El filme tiene a Gilda yendo y viniendo en sus dudas, en su elección. En un momento Lubitsch pone al tanto al publico que le está hablando al hombre de a pie, pero con ingenio y arte. No obstante las cosas, tal cual como el golpe de George a Thomas, están ahí igualmente, debajo de la sofisticación general de como decirlo y exhibirlo, pero aun así en un empaque que es de dotada amabilidad de ver. La conclusión es atípica, pero fiel a lo expuesto, donde radica una manera de ver el mundo o una etapa de nuestras vidas, y aunque no es la proclama usual o lo más natural o lo más normal ahí yace la genialidad del filme, de enarbolar algo excepcional y poder de alguna manera sostenerlo o que sea digerible para muchos. Es una comedia y es notorio que quiere ser cómplice del público y creo que lo logra, sin que necesariamente tengas que verte reflejado o identificado o querer practicarlo. El filme cumple con creces con divertirte, Gilda proclama la fiesta y ser una chica mala, su par femenino de la llamada jerga masculina de ser un perro. 

lunes, 31 de julio de 2023

Puss in Boots: The Last Wish

Ésta película la he visto en la sala de cine y es la primera película que mi hijo de 4 años ve en un cine y ha sido todo un éxito. Ha resultado más buena de lo que inicialmente imagine, convirtiéndose en una gran experiencia familiar y cinéfila para un niño pequeño y de paso para los adultos. En la sala los mayores reían bastante. Es una secuela de Puss in boots (2011) y ha logrado incluso ser mucho mejor que la primera. Ésta película de 2 directores, Joel Crawford y Januel Mercado, no conocidos por el gran publico es tremenda carta de presentación para ambos y perfectamente nominada a los premios Oscar 2023, hecha a computadora por DreamWorks Animation. La animación en lo visual ha sido una delicia, intachable. Así mismo el filme tenía ideas inteligentes expuestas con notable claridad. Se ha tratado con la idea -madura y atípica- de tener una sola vida y no temer a la muerte por ello, porque la muerte siempre acecha de cierta manera, pero no se puede vivir con miedo, puesto que el heroísmo (o la vitalidad, la personalidad y la autoconfianza) no es un lugar nunca de confort, un lugar banal, sino un acto de valentía y naturalidad. No es que el miedo no deba existir o no lo tengamos presente, siendo incluso necesario pues nos alerta del peligro y nos inflige cuidado y atención por nuestra seguridad, y sobrevivencia, y hasta calidad de vida, pero hay que saber manejarlo y superarlo o atenderlo sin que nos quite la normal existencia o hasta mejor. El gato con botas (la magnífica representativa voz de Antonio Banderas en todas las versiones) es un héroe que pelea con gigantes, un héroe popular que ama ser famoso y admirado por el pueblo, por la gente, aun cuando es un especie de Robin Hood, tiene en su haber un precio para ser atrapado por la ley, pero es full bondad y reflexión, aun cuando puede ser demasiado pícaro y manejar defectos, como cualquiera. Un día se entera que le queda una sola vida, 8 ya las ha perdido, y ya no será lo mismo. Él suele ser atrevido y torpe por ello, pero ahora debe tener mucho cuidado. Es entonces que entra a tallar tremendo personaje, un cazarrecompensas que es al mismo tiempo la muerte, un enorme y fiero lobo que silva su llegada y carga un par de hoces, adaptando éste cuento de hadas al western, no solo a la fantasía. Ese tono que gana con el western es un gran acierto, uno de varios tonos y varios aciertos. El relato hace un poco la relectura del cowboy jubilado que debe volver a cabalgar. El filme también trabaja en equipo y en grupos, hay varios grupos, hay un grupo de cazarrecompensas que por el doblaje toma la identidad argentina y es ganancia para el conjunto. El gato con botas no solo tiene un reto que vencer en la muerte sino con el Gran Jack Horner, el gigante malvado, y quien tiene un background político y folclórico interesante. La participación del chihuahua sufrido pero libre de perturbación, inocente, positivo, también es una curiosidad que con el trajín o percepción de la existencia da mucho más que el libro de autoayuda y es una buena reinvención de como ver las cosas con optimismo enfrentando lo cursi para proclamarlo una vez más, como uno más de mil aciertos en un filme bastante destacable como película para niños. Es una propuesta que entretiene de principio a fin, que tiene humor bueno y sano, que le da nueva dimensión a lo que conocemos, que moderniza el cuento infantil con creatividad y gusta a todo el mundo.