El presente documental found footage o de metraje
encontrado, del director ruso Dmitrii Kalashnikov, recurre a las Dashcams, una pequeña
cámara de parabrisas o de tablero de carro, las que están muy difundidas en su
país, como medio de que el ciudadano común pueda filmar alguna posible extorsión
policial o deslindar culpabilidad por un accidente automovilístico. El joven director
Kalashnikov (1986) recopila cantidad de estas filmaciones y muestra el espectáculo
en ellas. El documental como conjunto tiene mucha vitalidad, frescura,
intensidad y simpatía, distribuye muy bien las distintas posibilidades o sucesos.
No solo ves accidentes impresionantes, que sería lo esperado
(como peleas en la calle por desavenencias de conducción), tiene una variedad
decente, como ver un tremendo despliegue de seguridad policial contra un
vehículo particular con dashcam, una despistada echando gasolina e incendiando
su auto, una chica a la que un taxista le roba la maleta de la manera más tonta,
o un tipo con problemas mentales trepándose de pronto a un capó, en fin, un
montón de situaciones que hacen muy entretenido este documental, donde a veces
esperas que pase algo y no pasa nada, o lo que es más recurrente, pasa algo espectacular.
El filme expresa matices, puede ser algo pequeño, muy
sencillo, algo mediano y seco, o algo sorprendente. No faltan los choques
poderosos, par con alguna tormenta, o accidentes que se sienten muy próximos,
como terminar escuchando el dolor de unas personas tras un impacto. El filme
también muestra su cuota de humor sin perder tampoco la cabeza, no obstante
tratamos con entretenimiento puro y duro, y aunque no se trata de ningún
estudio social de Rusia funciona en general, vemos brutos, indiferentes, pendencieros,
otros dispuestos a ayudar inmediatamente o hasta preocupados por los animales; personas
inocentes, despiertas o lentas; juerga, insensatez y ocurrencia.
Este documental no es nada extraordinario como séptimo arte,
es una idea de lo más común, pero tiene una selección, edición y composición que
hablan de un director que sabe aprovechar el found footage, aunque no se trate
de un uso vanguardista o experimental de la técnica, pero que maneja
decentemente la rutina de la concepción formal, otorgando timing, un balance
expresivo o picos de entusiasmo, dentro de la exhibición breve, y aunque se
presta mucho para lo abrupto -y especial de alguna forma- también tiene ratos
de suspenso, simplicidad, tontería o risa llana, y además hay poco relleno.