Éste es el segundo spaghetti western que hizo el italiano Sergio
Sollima y está interpretado por Tomas Milian como el bandido Solomon Bennet y
por otro ícono del western italiano, por Gian Maria Volonte, como el profesor Brad
Fletcher. Fletcher es un intelectual y un hombre alejado de toda forma de
violencia propia, mientras Solomon es un pistolero famoso. Pero el filme se
basa en que ambos cambiaran de comportamiento y de filosofía de vida. Pronto
Fletcher se irá corrompiendo, atrayéndole más y más la fuerza bruta, y Solomon
se impregnará del idealismo inicial del profesor y su amigo.
El filme tiene a Solomon tratando de escapar de la ley y
queriendo formar nuevamente su pandilla de asaltantes, y en ese trayecto
Fletcher irá enamorándose de la esencia del western. Solomon es muy respetado y
buscado, y aunque suene extraño querido por muchos, a pesar de que no duda en
matar. La amistad que forma con el profesor lo ablanda. Es el aprendizaje de la
vida ajena a la vera de mucha acción. Hay un pueblo llamado Purgatorio y en
éste Solomon sólo enfrenta a muchos pistoleros. También hay un refugio de
maleantes y mercenarios donde se cobija Solomon y su gente.
A la par hay un cowboy espía enviado por una agencia
histórica famosa de ley privada, la agencia Pinkerton, con William Berger como Siringo,
el héroe, aunque yace medio opacado por el mal, representado por Solomon y
Fletcher. Éste mal no es completo, está matizado con algunas acciones nobles y
palabras, como salvar al pueblo Purgatorio del poder abusivo, aunque a cambio
de dinero. Hay un cierto heroísmo y popularidad que enaltece criminales.
También es irrefutable la simpatía que brota de Milian. Suma igualmente vivir
en un mundo salvaje, donde matar es algo normal y hay mucho hombre ambicioso.
Volonte hace un gran papel, primero se le ve muy débil, y
luego es creíble como matón. El cambio de cada uno es progresivo, pero Sollima
denota mayor justificación con Volonte que con Millian. Volonte es un tipo que
habla de hacer historia en un inicio y se ve minimizado por el mundo que lo
rodea y es que hay curiosamente más oportunidades para el salvaje que para el
intelectual, es un mundo bárbaro. Milian es más un ave libre sin demasiada
profundidad, y como que da a entender un cansancio de vacío, de inconciencia.
Uno quiere más, y el otro menos, menos acción. Pareciera un
relevo, pero es más la lucha del bien contra el mal, que al final cohabitan en
un contexto de corrupción en que el ideal surge como ave fénix, para imponerse.
Es una cuestión de liderazgo en muchos sentidos. En todo éste despliegue de
filosofía de a pie surge un western emocionante, entretenido.