Spaghetti western perteneciente a Tonino Valerii, con Lee
Van Cleef como un pistolero sin ley, llamado Frank Talby, que ve por sí mismo
únicamente. Lo mejor del filme, donde yace su originalidad, es el paso de tipo noble
a tipo despreciable de Talby. Se debe mucho a un código de vida que tiene y que
se lo enseña a su pupilo, Scott Mary (Giuliano Gemma).
Scott es un tipo huérfano de padre e hijo de una prostituta
que por esto es maltratado por todos en el pueblo, es despreciado además por
ser un tipo que se encarga de la limpieza. Ésta parte está muy subrayada y no
es lo mejor del filme, pero queda clara la condición del protagonista que ve en
Talby un ídolo, un maestro. Scott no aprende a disparar por Talby, sino por el
humilde Murph (Walter Rilla) que fue sheriff, pero Talby le da el carácter
suficiente para convertirse en un pistolero respetado como él.
Ésta propuesta tiene una primera parte muy dramática,
bastante telenovelera, donde se repite el maltrato de casi todos los pobladores
a Scott, que incluso los padres de las hijas deseadas lo menosprecian, lo
llaman bastardo. Esto no obstante puede verse también algo ingenioso, porque el
rechazo es gigantesco a algo no tan serio aunque propio de los tiempos más
clásicos, donde la pertenencia al hogar era muy importante.
Le caen a golpes siempre y éste aguanta sin responder. Scott
debe ser el tipo más golpeado y humillado en la historia del spaghetti western.
Luego llega Talby, le invita su primer whisky y mata a un tipo que quiere
humillar a Scott. A razón de esto Scott lo sigue fielmente y Talby le indica su
código de vida, le da sus lecciones, que en el último duelo Scott ducho las
pondrá todas en práctica, hasta las más salvajes, propias del western.
En su segunda parte el filme mejora notablemente, Talby va
en busca de dinero y se hace cargo de mucha gente, tanto de pistoleros como de empresarios
corruptos, banqueros, dueños de bares, jueces y sheriffs. En esta parte hay muy
buena acción, más viaje e imponente paisaje, hasta un toque de cine sucio,
barato, que no desestimo, como aquella golpiza del cowboy deudor en un bar. En
sí el filme tiene varias escenas austeras pero efectivas.
La tercera parte es la mejor con un Talby poderoso y temido
por medio mundo, habiendo tenido varias escenas gloriosas, como aquella en que
Scott lo ayuda y se vuelve un pistolero. También es estupenda la escena del
duelo de Talby con un asesino a sueldo montados a caballo y con escopetas. Muchos
quieren deshacerse de él y hay un escenario de lograda ambigüedad, ya no se
sabe bien quienes son los malos y los buenos, todos tienen algo reprochable.
Surgen varias muertes y las escenas se llenan de más elementos, de abundancia.
El filme toma un rumbo impredecible, aunque el protagonista
es Scott, al que se le quiere poner la mítica de Doc Holliday. Es notable la
explicación sobre el uso de las pistolas para tomar ventaja en duelos. Es un Spaghetti
western interesante, lleno de muchos momentos, giros, mucha trama que no opta
por lo sencillo y una argumentación sobre la violencia y lo bruto en el oeste.
Finalmente Scott se pega a lo simple, pero con el respeto de su lado.