Ésta película marca claramente 2 lados. Uno es argumentar
como los padres quieren recuperar su personalidad, su propio espacio, el tiempo
“perdido”, producto en parte de la crisis de la mediana edad, al tiempo que los
hijos le quitan su identidad, su frescura, son absorbidos por ellos, además de
que la juventud suele ser rebelde y trasgresora y los niños juguetones,
curiosos y desordenados y por ello generan disgustos. La otra es hacer una
película de terror descabellada, llena de gore, de irreverencia, de cómo los
padres enloquecen al ritmo similar de un virus de tipo zombie donde estos
asesinan, así tal cual, a sus propios hijos, sin dudar, de manera fría y
absoluta. En esto tenemos más o menor empatía dependiendo de cada uno, pensemos
que cada etapa de la vida tiene sus pro y sus contra (como deja ver la lucha
con los abuelos también), los hijos no piden venir al mundo, también la
responsabilidad no anula la identidad ni la personalidad. Pero no deja de ser
jocoso ver como el director Brian Taylor nos presenta una liberación de
tensiones de ser (buenos) padres, y lo hace curiosamente de la manera menos
natural. Tomemos en cuenta que el filme es entretenimiento puro y duro, que es como
mejor le va que pensarlo más social. Mom and dad (2017) tiene a 2 actores
protagonistas muy buenos en acción, a Nicolas Cage y Selma Blair, que le dan
realce a toda la situación, a toda la locura, notando que éste es un filme de
bajo presupuesto, y en un inicio se nota mucho, donde hay menos creatividad
también. El filme tiene una última parte poderosa, contiene todo lo gore que
puede haber, no tiene límites. Ésta obra en un inicio resulta algo chocante, como
esa situación con el padre afroamericano alcohólico que suena seria y
desconcertante, aunque también en el arranque esta matizada con una puesta en
escena más sugerente que explicita, pero se pondrá muy extrema. Que padres
arrojen cochecitos infantiles contra autos en movimiento te deja pasmado, pero
esto es humor negro en toda libertad. La escena de una madre enloquecida con su
recién nacido con música de Roxette de fondo no es la más audaz, no surte el
efecto esperado, huele a bodrio, pero el filme tiene sus buenos momentos
también, sobre todo cuando cuaja y entras al juego. El filme está bastante definido,
tiene mucho atrevimiento, y esto juega para bien y para mal. Es un filme que
tiene su cuota de creatividad, sostiene una argumentación y es curioso.