Película de Steven Soderbergh grabada con un iPhone 7 Plus,
cosa que no se nota mucho, parece un filme común y corriente americano, es
decir con una estética de nivel o al menos decente a estándares cinematográficos,
aunque inicialmente se ve muy simple, muy austero. Soderbergh crea 50 primeros minutos
de mucha intriga, sobre si está o no cuerda la protagonista, Sawyer Valentini (Claire
Foy), genial nombre. Lo atractivo del filme es que poco a poco de torpeza en
torpeza, de amarre en amarre, Sawyer queda recluida hasta una semana en un
centro psiquiátrico cuando ella deseaba una simple consulta psicológica y
volver a su vida ordinaria. Luego se mete un tema al filme, el acoso. Sawyer ve
a un antiguo acosador vestido de enfermero. Esto fácilmente puede pasar por la
locura de la protagonista y es manejado todo muy primariamente. Soderbergh
escoge el thriller y le queda un filme bueno, aunque sin tampoco fuegos
artificiales, e igualmente tiene su buena parte violenta y de horror. Claire
Foy hace de una mujer difícil, algo antipática y ella misma lo sabe, lo expresa.
Genera una gran actuación de una mujer de carácter. Soderbergh es plástico con
la perturbación, hay mucho maniático en sus manos, creando dos películas distintas.
Es notable la relación que se forma entre Sawyer con otro paciente,
interpretado por Jay Pharoah. El filme es muy lógico en cada paso que va dando,
en como Sawyer queda atrapada, en como todo parece muy normal, asunto que luego
girará en la total perturbación. Por el cierre se puede entender más de una
solución.