En adelante Ricardo queda traumatizado con el accidente y su
falta de escrúpulos, verá unas manchas de sangre imaginarias en su auto a cada
rato. A esto se suma otra pequeña fijación y
misterio, el regalo de unas flores amarillas de un anónimo admirador
hacia su esposa. Para sumar algo más, Ricardo tiene una bella amante, María (May
Heatherly). Éste es un filme muy básico, que toma una pequeña parte de Muerte
de un ciclista (1955) para hacer una nueva película –con la misma actriz-, que
es cine de género, pero que tiene muy poco de terror, es muy tenue. El tema del
filme realmente no es nada del otro mundo, pero resulta coherente al ser capaz
de destruir a alguien al obsesionarse y entrar en el ámbito de la
locura.
El filme es entretenido, genera atención, aun moviéndose por
muy pocos elementos y sin mayores sustos, tanto como por un eje magro. Cierto que
la muerte de alguien puede trastocarnos –sobre todo al incluir a un menor-,
además de que estaba en nuestras manos salvarles, pero como dice un diálogo del filme, muchos hubieran hecho lo mismo, a ese punto llega nuestra
banalidad e indiferencia como humanidad. No obstante María más sensible se pone del lado de entender el
desequilibrio de Ricardo. Como sea, se engrandece ese motivo.
Lo que Mercero agrega con las flores puede entenderse como parte de la
ambigüedad sexual que circunda por toda la propuesta, pero que no tiene mayor
importancia, no mucho por nuestro actual tiempo, aunque para la época pudo sonar más
audaz. Igualmente los momentos de miedo propuestos por el viento y la lluvia o la noche en
el local con las antigüedades se perciben vacíos, meros efectismos sin profundidad
alguna. El filme tiene mucho dramatismo psicológico que avanzado el metraje puede
llegar a agotar por su simplicidad y redundancia. Pero esto algo se matiza con la
relación sensual con María. Se deja en el aire que Ricardo es una mala persona,
un cínico, representando a muchos, pero su consciencia desmiente un poco esto,
aunque se le siente indolente en su infidelidad, con una persona que parece
contradictoriamente una buena mujer, en comparación a una Eva más superficial,
más depredadora.