miércoles, 2 de febrero de 2022

Festival de Rotterdam 2022: Neptune Frost


Éste es un filme curioso, por donde se le mire. Es un musical instalado en Ruanda basado en el álbum de rap del director del filme, el americano Saul Williams, que codirige con la ruandesa Anisia Uzeyman. También es una versión de Matrix (1999) a la africana, aunque más light. Así mismo lleva bastante encima el folclore africano, mucha música tradicional igualmente, música que aparece en todas partes, hasta en lugares que no suelen parecernos acordes o momentos poco asociados con la música tan festiva que es la africana, algo como cuando en Perú se despiden en el cementerio como dentro de una fiesta, honrando a los muertos. Tenemos a un Neo africano en la piel de un transexual, pero aquí es primero interpretado por un hombre, y luego por una mujer de nacimiento físico. En el filme tratan de no hacer diferencias sexuales, lo ponen muy natural, aunque el uso es muy cuidado, bastante fácil de sobrellevar. En el momento del cambio sexual se hace uso de la idea de Matrix a través de algo muy sencillo y sugerente, el protagonista extrae unos zapatos de mujer y se los pone; uno hubiera pensando que se los iba a dar de regalo y seducción a una bella mujer que lo miraba en el lugar en que se estaban transportando, pero sale esto sorprendiendo. Éste es un filme de bajo presupuesto, ubicado en el campo, tan propio de África, otra curiosidad, cuando Matrix suele ser asociada con lo urbano. Es un filme futurista humilde, pero competente, usa bien los argumentos originales para sí mismo. Argumenta un poco sobre la realidad africana, la minusvaloración del africano en el mundo. Asume por una parte la condición de cine social, aunque creativo y diverso, pero lo hace proclamando una revolución poética, intelectual, a partir de obreros con pintas de punks amantes de la tecnología. En la trama existe más de un héroe, se escuchan varios líderes, hay un aire de comunidad pensante. Una curiosidad más en un filme hiper curioso es que los policías usan polos rosados, se usa la palabra autoridad como enemigo. Es una propuesta que musicalmente es buena, no fastidia nunca al oído, aun manejando singularidad.