lunes, 28 de febrero de 2022

Hellbender


Hellbender (2021) es una película de terror producida y dirigida por una familia, por John Adams (el padre), Toby Poser (la madre) y Zelda Adams (la hija joven) y es notable lo que han hecho con mucha creatividad, profesionalismo y pocos recursos. El festival de cine de Mar del Plata 2021 la tuvo en su competencia principal y Zelda Adams ganó el premio de mejor actriz. Es una película con una buena historia, con un buen guion. Tiene también sus pequeños pero muy efectivos y variados efectos especiales. Así vemos una cena caníbal con un tórax desmembrado mientras la victima moribunda llora, sangra y grita sobre una mesa como camilla de hospital a lo Hannibal Lecter. Éste filme está repleto de ideas de terror, desde sueños compartidos, y visiones futuristas y esotéricas, hasta una mítica audaz de unos monstruos llamados Hellbenders, mezcla de bruja, demonio y bestia depredadora (monstruos que veremos en el final; esto complementa un uso logrado del fuera de campo previo, de ambigüedad). La propuesta gira principalmente sobre la brujería y la descendencia, sobre la relación madre e hija (interpretadas por las mismas Toby Poser y Zelda Adams). Hay mucho juego con magia (efectos especiales austeros pero sólidos) donde madre e hija comparten enseñanzas y afectos. Es una relación de cuidado de parte de la madre y de descubrimiento de la hija, que está apartada de la gente, por la salud de la muchacha y por ser la joven peligrosa sin saberlo; la madre quiere que la hija evolucione en su linaje y rechace su naturaleza de maldad, pero entra a tallar la perversidad de su naturaleza, propia también de la efervescencia de la juventud. La película está acompañada de mucha música, también a cargo -escrita y musicalizada- por ésta familia de cinéfilos bravos -que hasta ello lo han compenetrado en varias formas-; la música se ve desde una banda llamada también Hellbender, grupo compuesto sólo por madre e hija (hay explicación de porqué el padre no figura en la trama y es creativa, aunque John Adams interpreta otro papel, chico). Su sonido varía, es de rock pesado, también de grunge y algo de pop. No todas las letras están iluminadas, pero en grande parte está bastante bien, aun cuando provocan sus momentos cursis, o amables si se quiere ver de esa manera. Lo saludable es que las buenas y las no tan buenas canciones duran poco tiempo, son como unas especies de intro a momentos particulares. La obra mezcla cotidianidad juvenil, cool, interactuando con cierta inocencia, con terror original si se quiere. El bosque y el simbolismo recuerda a la bruja de Blair (1999), le siguen los pasos en varias cosas como alumnos dotados, pero ostentando su propia personalidad. Es indiscutible que éste es un filme a aplaudir, aun cuando por ratos luce muy austero, pero suele revitalizarse enseguida porque está cargado de novedades y mucho ingenio. El final con el túnel orgánico a lo Cronenberg es un alarde de imaginación, con una escena en tinieblas tratada con muy buen suspenso. También no le falta sensibilidad familiar, aunque no todo sea notable de ello. Tiene a su vez su comedia ligera, su toque cool es intergeneracional, hay un vinculo potente por donde se vea entre madre e hija, es una construcción abundante, de pies a cabeza. La película habla también de ser outsider y alguien especial sin ínfulas, desde lo de a pie, con una sutil mención a lo freak sin exaltarlo, más bien a lo excepcional, a lo que se atreve a romper el molde y cualquier limitación, social o artística; introduce aquí un poco de metacine y una auscultación personal de la identidad. Es un filme que puede tener imperfecciones, pero lo que ha hecho es notable y muy rico. Hay producciones que tienen tremendos presupuestos y hacen cosas muy malas; además el género de terror es muy nutrido, la competencia es brava, y ser original no es fácil, todo lo que hace de Hellbender algo más grande, una cruzada familiar por el arte y encima se siente pasión y que se lo pasan genial haciendo lo que les gusta.