Lewis Jackson dirige y escribe éste filme sobre un Papa Noel
asesino. Pero ésta película no es tan simple y práctica como Silent Night,
Deadly Night (1984), es más elaborada, con una trama y estructura de mayor
exigencia. El protagonista, Harry Stadling (Brandon Maggart), es un hombre que
es difícil de definir de a qué se debe exactamente su locura, pero aun así es
un filme coherente, mostrando una personalidad algo compleja, superando con el
pasar del metraje la imagen austera –sensual y banal- que abre la propuesta y
su fijación.
Pero también Harry es un tipo solitario e inseguro, el filme
propone que Harry quiere definir el bien y el mal en el mundo a través de Papa
Noel. Finalmente es un argumento simple. Pero el filme tiene bastante trama y
no todo es asesinato, más bien hay pocos homicidios y se entienden en la locura
del protagonista, como producto de la burla y el aprovechamiento del débil, de
una buena persona digamos.
El filme muestra bastante de la fijación de Harry con la noche
de navidad y lo hace con creatividad, desde poder convertirse en Papa Noel con
una barba postiza y que no sea tan fácil de quitar y la pruebe y sienta regocijo
o por su gusto a ver desfiles navideños por la televisión. Otro punto que se pliega
muy bien a la trama es que Harry trabaja en una fábrica de juguetes.
Christmas Evil (1980) es el perfecto complemento de Silent
Night, Deadly Night, como películas de terror sobre navidad, con Silent Night,
deadly Night muy de acción con excelentes escenas al respecto y Christmas Evil
de narrativa pero con escenas de muerte sorpresivas decentes siempre trabajadas
al son de una argumentación con su fijación. Christmas Evil en un momento
convierte a Harry en el monstruo de Frankenstein, dando cierta pena aun cuando
es un asesino, siendo perseguido hasta con antorchas.
La relación entre hermanos es también sólida y aporta a la
locura; hay cierta nostalgia por no tener la familia perfecta del hermano –que hasta se luce haciendo ejercicio y teniendo
sexo con su bella mujer (Dianne Hull)- , como el hecho de que Harry quiere ser
exitoso a los ojos de su hermano, Philip (Jeffrey DeMunn), cosa que es
discutible porque es promovido en el trabajo, pero como es algo mayor y vive
solo y no es muy sociable lo pintan de perdedor.
No obstante Harry pretende en su delirio enfocarlo todo a
ser un Papa Noel que puede manejar el bien y el mal del planeta, en pos del bienestar
de los niños, y no suena ridículo, por como lo expone el filme. Pero se
entiende por imposible y fantasioso, claro está, pero es en ese lugar que el
filme apunta a la locura del aislamiento social, producto a su vez de cierto misterio
en su personalidad –Papa Noel es Dios para el protagonista, su modelo en todo
sentido-, más que a una sobredimensión en consecuencia a la vera de algo mínimo.
Se habla en realidad de bullying, cosa que pudo haberse profundizado más. La
ira que siente un amable y delicado Harry de ser menospreciado y abusado es finalmente
el detonante.