El presente documental le pertenece a la francesa Marie Losier. En éste
conocemos a Cassandro, un hombre gay que es luchador de lucha libre mexicana profesional
hace muchos años, y se le dice exótico como eufemismo por su tendencia sexual,
tendencia que no vemos realmente con ninguna pareja sino a través de la
sutilidad, porque esto queda como complemento de su actividad que lo hace ver
un tipo también singular en esa amalgama. Los machistas pensaran ¿qué
hace un gay haciendo algo tan masculino?, y es que Cassandro aunque lo toma
como una actividad de entretenimiento y no de violencia hace algo propio de los
bravos digamos, y lo hace muy bien, es ágil, tiene gracia y da
la talla. Al mismo tiempo que Cassandro nos exhibe su pasión por la lucha,
como con incontables dolencias que lleva encima producto de su afición, nos muestra
que es un tipo agradable, simpático, educado y muy bien articulado y aunque es
un hombre sencillo en general luce también algo sofisticado. No es un tipo
vulgar, puede que porque el documental ya muestra a alguien maduro. Éste
documental es bastante simple, no hay rimbombancias por ninguna parte que no
sea parte de quien muestra, pero yace muy bien explicado y exhibido, y se basa
mucho en la personalidad de Cassandro que es un tipo especial, sin tampoco ser
efectista. Se ve tal cual. El filme recorre su vida, de manera que muestra a
alguien que lleva una existencia tranquila y humilde. Es una historia que vale porque
retrata la normalización de lo llamado exótico, que rompe con los lugares
comunes y con el rechazo que algunos pueden tener, y lo hace de manera
contundente, porque Cassandro cumple con los requisitos del buen luchador y
tiene una personalidad amable y cálida, y lo sexual
queda en segundo plano. Lo importante es que es una buena persona y puede hacer
todo igual que los demás. La lucha no es expresión de machos brutos,
tampoco es un cliché.