Un niño recibe un arma de un amigo de su edad que le dice
que la guarde, pero está pronto a salir de la cárcel el asesino de su padre.
Hay una influencia social criminal que pasa de entre hermanos a entre los niños
y mejores amigos. Tenemos una situación de cierta precariedad económica. El corte
de pelo como identidad popular, los niños jugando en grupo, las bicicletas y el
fútbol, el fervor deportivo, la reunión tras la parrilla y el alcohol en la
comunidad. Tomás (Facundo Underwood) es indisciplinado, pero no es un mal niño,
trasmite sensibilidad aunque se comporta rebelde -rayando el carro, escupiendo
del puente, fumando-, yace descuidado por su madre y tiene un abuelo mecánico
distante. Tomás tiene como eje el arma que carga a todas partes en su pesada
mochila, va mientras tanto preguntando cómo lo veían a su padre, cómo era, cómo
fueron sus últimos días. Tiene una presión, cree entender que el mundo parece
empujarlo a vengar a su padre, pero él tiene sus dudas y miedos, no quiere hacerlo,
aunque algo también en su interior se lo exige. En el filme del cordobés Darío
Mascambroni existe poca información alrededor de la muerte del padre. Los
adultos rehúyen explicar que sucedió. El filme mantiene el arma palpitando. Se
mueve en base al suspenso y la intriga, ¿qué va a suceder?, Tomás es sólo un
niño de 12 años y tiene un gran peso encima, aunque es un niño que está muy
libre en la vida. El filme tiene su emotividad, sobre todo porque el centro de
la propuesta yace en el amor familiar, hacia los padres, hacia las ausencias. En un
momento Tomás utiliza un golpe que recibió en la cara para generar la atención
de su madre, es un niño en busca de afectos. El padre es un elemento de
admiración, también de oscuridad, no lo conoce exactamente, de ahí tantas
preguntas. La situación crece en alcance por pequeños indicios y sugerencias.
Es un discurrir hacia una hora señalada. Éste filme argentino apenas dura una hora y unos
minutos, pero tiene tiempo suficiente para producir un panorama completo, el
niño y sus andanzas, hacia el colegio, amigos, conocidos y familiares, su
barrio, momentos en que departe con todos ellos bajo la sombra del padre, al
que imaginamos en diferentes personalidades o en un mix, bajo distintos
recuerdos. Un gran movimiento de lo mínimo.