Una The Thing (1982) hecha diez años antes por el director
español Eugenio Martín con Christopher Lee y Peter Cushing como un científico y
un doctor respectivamente que estudian un fósil que en realidad como enemigo no
tiene forma, es una energía extraterrestre que invade cuerpos –los mata y se
apodera de ellos-, roba mentes y vive desde antes de los dinosaurios en la
tierra. Mata con los ojos enrojecidos y parece un Pie Grande en una de sus
principales formas. Todo desde un tren, el transiberiano, con chinos, rusos,
polacos e ingleses en el mismo paquete. Su muestra de terror es una genialidad
revelando desde el principio cómo será el filme, a toda vista del espectador.
Se suma por el final la participación de Telly Savalas como un rudo soldado
ruso. El monstruo ataca a oscuras y a veces frontalmente como cuando enfrenta a
un grupo de soldados. Hay una pequeña investigación en curso de dónde puede
ocultarse el ente y lo sabemos y eso lo hace más divertido, a lo Hitchcock y
una mano simiesca que ocultar; encima hay un cura loco tipo Rasputín que
termina alabando al demonio. El ente es inteligente, quiere sobrevivir y crecer
mentalmente, pero también es visto como diabólico. El arranque con la enorme
caja encadenada y el chino ladrón es una gran apertura. Estar en un tren
también hace todo más genial, atrapados todos con algo sobrenatural matando
gente, de ahí el pánico del título, aunque el ente más que algo brutal tiene
cierta lógica. El actor español Julio Peña hace un gran papel junto a los
íconos del terror Cushing y Lee. Savalas hace de matón pícaro, breve pero
contundente. Un paraje frío, un fósil asesino y dos investigadores de primera
construyen una buena película de terror.