lunes, 30 de diciembre de 2019
Historia de un matrimonio
Ésta película empieza cuando una pareja están en el proceso por separarse, aunque él aun no está tan al tanto o no lo cree del todo, mientras ella está muy segura de querer estar separada. Ella inicialmente luce como una bitch resentida, producto del machismo y liderazgo de su futuro ex marido, hombre que no logró ver su egoísmo y egocentrismo, poder dejar que otros brillen y no sólo él, quien permitía que su mujer sea actriz de teatro, pero bajo su control, genio y mando. Ella señala en una apertura de sus frustraciones matrimoniales que Charlie (Adam Driver), su ahora ex marido, no la dejaba liderar nada. Por ello un acto simbólico es aquel de querer mudarse a LA, y fastidiarle por completo la vida a Charlie, acostumbrado a controlarlo todo. El hijo está en el medio, pero el niño está muy tranquilo, no se apela al sentimentalismo a través de su persona, aun cuando es lo que más duele, el alejamiento, y por lo que el hombre, siempre punto débil aquí, debe luchar. Esto hace que el filme sea más suave de lo imaginado y bien por esto. A medida que avanza el filme de Noah Baumbach, ella, Nicole (Scarlett Johansson), se va volviendo más tranquila, más simpática, ahora es él quien se exalta, quien queda mal, como en la pelea en la sala. Luego la cosa se suaviza nuevamente con Charlie, es ahí donde Driver brilla en grande, se gana toda nominación que vendrá, incluida seguramente la del Oscar. Driver canta una canción sensible e inteligente, se desahoga con sus amigos y compañeros de trabajo. En otro brillante momento Charlie no sabe como ocultar que ve que las cosas están en su contra, tiene miedo, fabrica un solo de performance -a lo cine mudo, pero con su añadido toque moderno- donde termina cortándose y desmayándose. El filme también es una notable exhibición del mundo sucio y despiadado de los abogados, gente que no tiene corazón ni escrúpulos para ganar un caso. Brillan en estos papeles Laura Dern y Ray Liotta, ella una sofisticada arpía, él su par masculino (Alan Alda será el abogado soft, también notable, aunque Dern es la estrella). Es una película que por su parte se da el tiempo para imponer moda y personalidad, como cuando Nicole se disfraza de David Bowie en halloween. Muchos hallan el filme lacrimógeno, les produce pena dicen, en lo personal no lo hallé mucho así, creo que a los dos personajes se les da temple y no se manipula al niño, con lo que el filme huye quebrar o aplastar al espectador. Charlie también tiene una salvedad, no sabia que oprimía a su mujer, no estaba del todo al tanto de esto, ella también pecó siempre de tímida y dócil. Nicole finalmente logra una revancha haciéndolo sufrir, quitándole el poder, pero a medida que se percata que Charlie no era un abusivo ni una mala persona, solo alguien distraído y vanidoso (aunque talentoso), se sensibiliza con él, de esto vemos la escena hermosa de atarle los zapatos, o presenciar como él llora con unos halagos escritos de ella. Solo aquí Baumbach hace sentir pena por Charlie, mientras Nicole siempre ha sido el llamado del feminismo y la libertad de éxito. Al final parece que se separan por una tontería, aunque todo se centra en la falta de comunicación, culpa de ella también. Lo que pide la mujer luce ligero, pero esto imprime un relajo a favor del filme -aunque en la realidad suene horrible-, en una propuesta que no es pesada ni cómica por ninguna parte, ni siquiera en el ingenioso gag de Driver cortándose. Baumbach recuerda a Woody Allen, pero es más estilizado que Allen, más high and fresh life, o lo actualiza, y así gusta y disgusta, aunque mayormente se le celebra. Ésta puede ser la oportunidad de que Baumbach sea finalmente apreciado por los representantes del Oscar, tiene todo lo que les gusta, respaldo de publico, sofisticación de filme inteligente y sencillez de visionado entretenido.
sábado, 28 de diciembre de 2019
Las mejores películas del 2019
La primera es la mejor película del 2019. El resto no tiene orden alguno.
1. Il traditore (Marco Bellocchio)
2. Muere, monstruo, muere (Alejandro Fadel)
3. Joker (Todd Phillips)
4. Did you wonder who fired the gun? (Travis Wilkerson)
5. Parasite (Bong Joon-ho)
6. Dragged across concrete (S. Craig Zahler)
7. El Angel (Luis Ortega)
8. Border (Ali Abbasi)
9. Dogman (Matteo Garrone)
10. Lazzaro felice (Alice Rohrwacher)
11. Shoplifters (Hirokazu Koreeda)
12. La favorita (Yorgos Lanthimos)
13. El peral silvestre (Nuri Bilge Ceylan)
14. Burning (Lee Chang-dong)
15. La mula (Clint Eastwood)
16. Apuntes para una película de atracos (León Siminiani)
17. Los sueños del castillo (René Ballesteros)
18. Historia de un matrimonio (Noah Baumbach)
19. High life (Claire Denis)
1. Il traditore (Marco Bellocchio)
2. Muere, monstruo, muere (Alejandro Fadel)
3. Joker (Todd Phillips)
4. Did you wonder who fired the gun? (Travis Wilkerson)
5. Parasite (Bong Joon-ho)
6. Dragged across concrete (S. Craig Zahler)
7. El Angel (Luis Ortega)
8. Border (Ali Abbasi)
9. Dogman (Matteo Garrone)
10. Lazzaro felice (Alice Rohrwacher)
11. Shoplifters (Hirokazu Koreeda)
12. La favorita (Yorgos Lanthimos)
13. El peral silvestre (Nuri Bilge Ceylan)
14. Burning (Lee Chang-dong)
15. La mula (Clint Eastwood)
16. Apuntes para una película de atracos (León Siminiani)
17. Los sueños del castillo (René Ballesteros)
18. Historia de un matrimonio (Noah Baumbach)
19. High life (Claire Denis)
viernes, 15 de noviembre de 2019
Muere, monstruo, muere
Es una película un poco criptica, se entiende que hay un
monstruo asesinando mujeres, decapitándolas y abusando sexualmente de ellas, en
las montañas de Mendoza, Argentina, pero se culpa al marido loco de una de las
mujeres halladas muertas. La mujer muerta del sospechoso era amante de un policía,
Cruz (Victor Lopez), que investiga el caso. Como es lógico no se piensa en algo
sobrenatural como caso policial, entonces es analizado un tipo como posible
culpable, éste tipo tiene visiones y escucha una frase en su cabeza, muere,
monstruo muere. Lo que el sospechoso suele hablar de los crímenes en relación
al monstruo suena siempre extraño y bastante indescifrable con la narración de
los sucesos, pero se entiende que hay una cierta confabulación, una corrupción cómplice,
con el monstruo, con otra gente que no está del todo consciente de ello, a ese
respecto tienen que ver el lenguaje y cierta telepatía. No se entiende bien
esto, pero lo importante es que hay un monstruo asesinando mujeres. A éste monstruo
se le ve por completo, nítidamente, hay un excelente efecto especial en la
hechura de su presencia, con su boca dentada puntiaguda que parece una vagina,
con sus cachetes que dominan su rostro que lucen semejantes a dos testículos gigantes
caídos, con su cuerpo voluminoso y guatón y su cola como extremidad de pulpo. Éste
monstruo es todo un show de terror, del cine fantástico. El final pone a la
boca-vagina en movimiento como un animal salvaje suelto a sus anchas. El filme
tiene algunos diálogos que pueden sonar estúpidos, muchos salidos de la boca
del capitán de la policía, aunque con una excelente actuación del argentino
Jorge Prado. También hay una canción recurrente, “Te irás, me iré”, de Sergio
Denis, que en la película suena extravagante cuando Cruz de cuerpo robusto y
rostro avejentado, poco agraciado, rudo, se pone a bailar en buena parte
ridículo, pero Cruz se salta su imagen, es un tipo suave en el filme, de
expresión triste, es un tipo de pocas palabras, dentro de un comportamiento
primario. Victor Lopez es un buen actor, lo que hace el director Alejandro
Fadel con él es notable, es un protagonista raro, pero también original, quien le
da personalidad al filme; igualmente su amante, que hace la actriz Tania
Casciani, quien se parece a Frida Kahlo. Ellos tres –agregando a Jorge Prado- junto
al sospechoso, David, que interpreta Esteban Bigliardi, entregan actuaciones
estupendas que realzan el filme en su misterio y escenificación extraña en
medio del campo, un escenario atractivo y novedoso, que curiosamente recuerda algo
a la obra maestra Érase una vez en Anatolia (2011), cuando transportan al
sospechoso por la zona de los cadáveres. Bigliardi hace de un sujeto algo
retardado y enfermo que está bastante golpeado por la presencia física y mental
en su existencia del monstruo, con una parte enigmática y otra emocional y
psicosomática. Éste filme de terror de Alejandro Fadel es imperfecto, pero de
la misma forma muy curioso, valioso. Tiene además escenas de terror muy
potentes, como cuando Cruz se topa finalmente con el monstruo, así también cómo
se ven los cuerpos descompuestos. La escena cuando Casciani, de Francisca, se
arrastra agredida por un tentáculo en el cuello con la cámara retrocediendo y
ella yendo a toma próxima al son de su rostro es una gran secuencia; lo mismo
el realismo de las cabezas decapitadas. Muere, monstruo, muere (2018) tiene distinción,
tiene presencia, pudo ser mejor sí –sobre todo argumentalmente-, pero los
filmes son aventuras, apuestas, riesgos, cuando se intenta hacer algo propio, y
todo eso lo tiene a favor, es una película interesante.
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Alejandro Fadel,
cine latinoamericano,
crítica,
séptimo arte,
terror
miércoles, 13 de noviembre de 2019
Wik
La película nacional Wik (2016), de Rodrigo Moreno del Valle,
es una digna película del cine indie, del que sea en ese tipo, en especial
emulando por ratos al cine argentino, al buen cine argentino, aunque muy de
bajo presupuesto, pero bien hecho, con la austeridad de la mano pero con un
buen nivel estético –mil veces mejor que el cine indie primerizo en Perú-. Lima
parece una ciudad de película, una Lima en parte subterránea, pero no de fea
apariencia aun así; asoma medio escondida entre destellos y reflejos o globos de
luz. Lima es punto de existencia de jóvenes slackers, muchachos en tránsito
pero aun desorientados, que entregan volantes para chambear en algo y tener un
dinerito o luego poder vislumbrar el futuro. Otros viven precarios, pero
independientes, aun cuando tienen familia con poder adquisitivo. Son tres
muchachos mejores amigos, dos de ellos, una chica y un chico, tienen
relaciones, pero él no se manda a llamarla su flaca, su novia, pero es con el
hacer de un video porno que valorará el sentimiento que esconde por ella. Es un
filme con poca narrativa, más es la presentación de los personajes vagabundeando,
metidos en una piscina abandonada, apedreando las botellas vacías de cerveza. No
obstante el filme tiene un buen quehacer narrativo, fluido y atrapante, aunque
ligero y relajado, creíble. Los diálogos no son pesados, aunque tampoco
demasiado inspirados. Hay una buena relación entre los tres amigos principales,
solvente, que es el centro del filme. Se suman otros como atracción de
conflicto –la chica salida de internet está muy bien como personaje y manejo- y
pasa uno de esos secundarios que intentan ser graciosos –un chiquillo místico
pastrulo light- pero que es muy poco original y simplón. Wik, debut de Moreno
del Valle, no solo es una película de juventud sin hacer nada, va armando una pequeña
narrativa con el porno y el romance a lo moderno, pega un pequeño salto de
pretender la vida como un eterno domingo. Es una semana viendo como la juventud
padece de cierta manera, padres separados y lejanos, tíos haciendo de padres
que joden todo el día, padres a los que no les importa sus hijos, también padres
humildes preocupados en sobrevivir, es decir padres poco paternales y nada familiares,
con hijos a la deriva, abandonados en gran parte, marginados, con la luz al
fondo del túnel brillando por el cambio de edad, a la llegada de la madurez, y
ésta se refleja en algo mínimo y sutil –entre comillas- como definir una
relación afectiva, en un mundo donde parece costar querer –reflejado en cuidar-
y esto parte de otro tipo de amor, la amistad.
jueves, 7 de noviembre de 2019
Aj Zombies
Un apocalipsis de zombies en Lima en clave de comedia tiene
su curiosidad y originalidad en la historia del cine nacional, aunque a la hora
de visionarla no haya mucha originalidad con lo que vemos en realidad. No
obstante el filme no es de mala calidad, tiene efectos especiales competentes,
no impresionantes, pero si eficientes al menos. Además es una comedia que funciona,
da risa por momentos, aunque también hay momentos obvios, planos, simplones,
mucho lugar común en sus bromas y en lo que cuenta su narrativa, como el enamoramiento
entre el hijo de una empleada del hogar, Felipe (Emilram Cossio), y la hija de
una familia adinerada limeña, Claudia (Anahí de Cárdenas). Felipe muere por ésta
niña pituca que interpreta por millonésima vez Anahí de Cárdenas y le queda
como anillo al dedo aunque con una actuación propia de televisión. Felipe sueña
con estar con Claudia, que a pesar de su diferencias sociales fueron muy amigos
de niños y comparten cierta complicidad, que se plantea tipo Chavo del ocho con
un tira y afloja romántico, sin beso de por medio, apenas una recostadita en un
hombro, con final melancólico por un lado y rapero y burlón pajero por otro. Junto a
ellos en las correrías y escapes de los zombies están 2 tipos “curiosos”, un guachimán
híper marcial (Cesar Ritter), y un borracho salsero (Miguel Iza); tanto Iza
como Ritter son buenos actores y ofrecen varias risas, y hasta Iza lo conjuga con buenos lugares dramáticos haciendo muy bien de borracho, atrayendo lo popular en especial, sobre todo con la música (la salsa), pero sin exagerar, sin jalar a todo el barrio encima, como suele
hacer la mayoría cuando piensan en hacer algo peruano. La energía de Ritter en
su papel también es de destacar. Éste filme sabe usar y mezclar muy bien lo
popular con lo pituco, y no cae tampoco en el golpe bajo, ni en el criollismo
vulgar y feo. Emilram Cossio tiene carisma, aunque simple, y Anahí de Cárdenas
es una buena compañera de mataperradas e ilusiones amorosas. La música
mayormente es en inglés y cada canción que acompaña tiene sentido con lo que
vemos, aunque suena un poco incongruente con el cine latino, hubiera sido más
audaz aunque más difícil hacer algo notable ponerle música en el mismo idioma. Aj Zombies, perteneciente a Daniel Martín Rodríguez, parece q no tuviera rumbo, es
más un par de chistes lights pasables o decentes que otra cosa; no será plus
ultra, pero películas como éstas deben hacerse.
martes, 5 de noviembre de 2019
Mi desnudez no significa nada (Ma nudité ne sert à rien)
Docuficción de la francesa Marina de Van, directora de cine
de películas de terror que aquí se anima a hacer algo bastante íntimo, más
personal en apariencia, pero que contiene su toque de espectáculo –aunque atípico
a lo general-, y de narradora de historias. En principio es algo chocante la
figura que vemos, presenciamos a una mujer solitaria y triste que anda mucho
tiempo desnuda –el desnudo como búsqueda de despojo de la opresión del sufrimiento,
más que de erotismo-, la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación con
su gato. Solitaria en los 40 y pico –edad que hace de sutil mortificación- busca
hallar pareja en citas que pacta online, pero cuando concreta encuentros hay
algo en su personalidad, en su abulia, y cierta depresión en general, que la
hace rechazar a cada pareja que en principio le interesa. Así observamos como
un tipo se resiste a no parar de tener relaciones con ella, de lo que asoma una
posible violación y termina en frustración existencial. La cámara aparece en
los lugares más complicados de filmar lo que da a entender que no todo es real,
que hay ficción presente, como con el momento que Marina irrumpe en un cuarto
de hotel, además de que las reacciones de la pareja sorprendida denotan
actuación. El final también lo deja más que claro en aquella sonrisa naif. No
obstante el filme coge un sentimiento, una cierta verdad expositiva, revelando
algo muy personal de ésta directora, una psicología, un anhelo y sufrimiento,
en esto la directora es vanguardista y audaz, aunque también se percibe un tono
de cierta fealdad, de cierto patetismo, que la directora no rehúye, más bien lo
busca con ahínco, y es algo duro de ver, aunque finalmente el filme se revela
como un artificio en parte. Ahí anida el vanguardismo de la propuesta, la
intrepidez de concretar éste retrato de apertura emocional. El filme sigue un
guion, éste guion se percibe que tiene de cierto, pero se nota que hay
construcción (que falta espontaneidad), que no todo es solo posar la cámara.
Pero a un punto contiene realidad y es eficaz, la de la soledad, el desgano y
la melancolía de Marina, la del retrato poco bello, el que toca el ridículo con
la imitación de la admiración por Flashdance (1983). Hay un ánimo de revelarse
poco agraciado, imperfecto física y emocionalmente, al tiempo que Marina está osadamente desnuda ante la
cámara en varios sentidos, y esto tiene interés a la vez que rechazo, por dar a
notar amar el patetismo. Es un filme poco comercial, curioso, imperfecto como
el cuerpo que exhibe, tan semejante al de “todos”, al de la mayoría, y ahí hay atracción para con
el espectador, aun cuando también germina una distancia producto de una transparencia
tan abierta e incómoda por momentos. Es en su primera parte casi un callejón
sin salida, y se hace fuerte de ver, pero la imagen general va soltándose, relajándose,
al pasar del metraje. La protagonista va siendo cada vez más racional, apoyada
siempre en su voz en off que hace de diario de cotidianidad en soledad, en
gestos tristes. Luego se ve a la familia de la directora –madre y hermanos- que
es una familia convencional, tranquila, feliz y sencilla, lo que contrasta con
la esencia de rareza que exuda Marina de Van, digna artífice de su cine de
terror.
Labels:
cine documental,
cine europeo,
crítica,
Marina de Van,
séptimo arte
lunes, 4 de noviembre de 2019
Joker
Hay muchas películas de superhéroes actualmente, están de
moda, y esa gran cantidad hace que salgan novedades, una de éstas es la
presente, que imita el realismo de la trilogía de Batman de Christopher Nolan. Arthur
Fleck (Joaquin Phoenix) es quien será el joker, uno de los mejores personajes
que ha dado algo enorme como el cómic, y uno de los malvados más perversos y fantásticos
que existen en el arte. El filme de Todd Phillips hace que Fleck sea golpeado
por la vida inmisericordemente, todo es malo en su existencia, la vida le pega
una y otra vez hasta que se harta y se convierte en un símbolo social y un tipo
malvado, valga la curiosidad de definiciones. Fleck trabaja de payaso pero todo
le sale mal, también quiere ser cómico de stand up. El filme es como la vida y
el mundo cruel crea al Joker. El filme trasuda lucha de clases, hay los pobres
y perdedores, y los yuppies, empresarios y los Thomas Wayne que menosprecian a
la mayoría perdedora, les llama payasos. De esto que violencia y abuso surgido
en un metro con unos yuppies se convierta en una pequeña revolución. Joker
lidera a los payasos, es decir a los perdedores, a los olvidados, a los oprimidos,
a los pobres. Es una historia que convierte al Joker en un (anti)héroe, como el
Travis Bickle de Taxi Driver (1976), tipos a los que se les escurre la
felicidad y el éxito –y peor para Fleck, que no para de ser agredido por todo a
su alrededor-, y de manera violenta y reprochable hallan el éxito, se vuelven líderes
o héroes de masas, del bajo mundo digamos o, de la presente, del pueblo. La idea
de un brote de ratas en la ciudad es que la pobreza está en todas partes y hay
descontento, así surgen rebeliones, disturbios, crisis. De éste modo el crimen
se vuelve un lugar de restitución, el Joker logra su identidad de esa manera,
lo cual suena inteligente y perverso al mismo tiempo, toda su definición moral,
aunque en el asesinato. Fleck toma 7 pastillas, es un tipo controlando su
desequilibrio, tratando de encajar en el sistema, y termina libre y feliz finalmente
en su locura, que curiosamente parece sanar en el extremo de la violencia,
tomando fuerza en la brutalidad. Su depresión lo lleva a meterse en el refrigerador
en una gran escena salida de una película de terror. Baila danza clásica cuando
fluye por su cuerpo la libertad, la locura se podría decir, en lo literal es el
asesinato, que significa su restitución de dignidad, que es a donde apunta el
filme, la de los humillados, la de los maltratados, la de los dejados de lado
por la ayuda social. Fleck fantasea con una vecina afroamericana –la señal con
los dedos de una pistola en la sien es parte audaz de su insania- , con ser
visto como un hijo por quien quisiera sea su mentor, un comediante de programa
de entrevistas, y ahí entra a tallar otro filme, El rey de la comedia (1982), donde
ahora Robert De Niro es el hombre en lo alto del podio, y Fleck tendrá que
matar al padre exitoso para renacer del fango -convertido en el Joker-. También a Thomas Wayne, símbolo de
la opresión social. Joaquin Phoenix está grandioso, ésta vez debe merecer el
Oscar, es tremendo actor y aquí lo demuestra con creces, es una de las mejores
actuaciones de toda su potente carrera, como cuando Fleck está de pie frente al archivero en el asilo de locos escuchando la lectura del archivo de su madre, y oye de su
terrible niñez, crecimiento, y el comienzo, creación y desarrollo de sus trastornos,
como con su risa compulsiva e incontrolable frente a cuando se halla tenso. Phillips cambia algunas cosas conocidas como con el nacimiento de
Batman en aquella calle saliendo del cine y con la sonrisa del Joker que apunta
a lo natural -con la sangre, con los dedos, a la incontinencia-, y todo suena perfecto, glorioso. Éste filme ganó el león de oro del
festival de Venecia 2019 y es un gran ganador, una gran película, que
engrandece y profundiza la visión del personaje del Joker para verlo plenamente
justificado.
domingo, 27 de octubre de 2019
Apuntes para una película de atracos
Documental perteneciente al español León Siminiani. Es un
filme simpático, que se disfruta, es ágil
e interesante a la vez. Tiene como protagonista a un atracador de bancos que
yace preso pero como no usó violencia explícita está condenado a menos de 10 años,
y tiene permisos. El atracador conversa con el director, hay un vínculo entre
Siminani y su mujer y el atracador y su propia mujer. Interactúan los 4 –aunque
una a través de los otros-, incluso sus hijos chicos aparecen paseando juntos.
La esposa del atracador no quiere que lo filmen, porque su hijo puede sufrir de
lo que ha hecho puesto a la vista de todo el mundo, por eso el atracador, a
quien el director apoda el flaco, no muestra su rostro, siempre lleva una máscara.
El filme tiene sus pequeñas audacias, como en el caso donde se pierde una conversación
presencial –no se graba- con la mujer del atracador –a la que nunca se le ve en
el documental- y Siminiani y su mujer, Ainhoa, recrean toda la escena con
bastante soltura, fuerza y naturalidad, al tiempo que analizan el estigma público
de cometer un gran delito. La propuesta busca o promete poner a actuar al
atracador, pero es muy poco lo que finalmente actúa, es él mismo en realidad,
no obstante es interesante cuando se le coloca un micrófono y el atracador
habla con total libertad, como medio dueño del documental, y esa libertad hace
que la película se movilice a dos bandas (complementarias), con el director por
una parte y el atracador contando cosas por otra, hermanados, mostrando una
fuerte amistad, que se luce transparente, cálida y genuina. El documental es
honesto en todo momento, y haciendo un balance mantiene una media interesante, aunque
bien avanzado el filme decae un poco el interés, pero es porque no se fuerzan
cosas, falsedades o efectismos. Se llega a alucinar un final de eso épicos,
pero queda en comentario curioso solamente, y mejor así, porque el filme
trasmite realismo, es esa clase de filme, verídico, pero entretenido. Por la
película pasan menciones de alguna que otra gran película de atracos, corre buena
cinefilia. Lo que ha hecho específicamente éste atracador español es además
curioso, tiene originalidad y personalidad, aunque desdeñable por ser un delito.
El atracador es súper sencillo y se nota muy amable, bastante tranquilo, y se
entiende la empatía que genera no solo hacia el director. El filme también
articula el espejo en ciertos momentos, Siminiani debe lidiar con el nacimiento
de su hijo y querer hacer el documental, su mujer no lo molesta felizmente, lo
apoya, pero queda esa idea en el aire, lo que si le pasa –aunque suena lógico que
así sea- al atracador con su hijo y su mujer, sobre todo por haber seguido el
ejemplo paterno –igual el tipo se las arregla para hacer lo que quiere, y hay
final feliz para todos- . Es un buen documental, se ve bien, tiene recursos inteligentes
en la austeridad, apreciando que está muy bien hecho, tiene muy buena presencia
y dominio todo el tiempo.
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cine español,
cine europeo,
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León Siminiani,
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sábado, 26 de octubre de 2019
Hotel by the river
El director coreano Hong Sang-soo saltó de ser un pequeño
cineasta a un cineasta muy popular para la cinefilia hardcore. Ya en la cima de
la aclamación por ésta cinefilia todo lo que hace es reverenciado. Ésta
película es una pequeña obra, un filme sencillito, austero o de bajo
presupuesto, como todos los suyos. Se mueve con tan sólo 5 personajes, un padre
de cierta edad y sus dos hijos “maduros”; y una pareja de amigas, dos chinitas
guapas. El padre parece que tiene una enfermedad terminal o habla así, como si
algo le fuera a suceder, es medio extraño, incluso puede sufrir de locura, como
se deja escapar sutilmente. Las amigas paran durmiendo juntas en una pequeña
cama de cuarto de hotel, y se percibe como un homoerotismo lésbico entre ellas,
aunque no pasan de conversar, abrazarse y mostrarse afecto muy respetuoso. Una de
ellas (Kim Min-hee) está triste porque se ha separado de su pareja, no se
especifica mucho al respecto, salvo el sentimiento que la envuelve y ciertos
comentarios hacia la ruptura en sí, no algo detallado. Hong Sang soo ausculta
las separaciones de pareja, al tiempo que parece algo auto-analítico, el padre también
está separado y hay en él una cierta definición de mujeriego o womanizer aunque
más platónico porque supone un hombre de edad o quizá un caballero a fin de
cuentas. En ese ámbito, un hotel, van paseando
los 5 personajes, interactuando un poco entre todos. El padre es poeta y uno de
sus hijos es director de cine, y se da sin exagerar lo de ser famoso y que la gente
se te acerque admirativa, mientras ellos están en su planeta, son gente humilde.
El poeta incluso llena de piropos a sus dos fans féminas, aunque luego les lee un
poema igual de extraño que él. Así también hay un dialogo entre naif, con
peluches de por medio, y algo medio místico y estrafalario entre padre e hijos,
hijos que ya están en los 40s pero se comportan a ratos infantiles, engreídos. No
pasa mucho entre un padre (Gi Ju-bong) que deambula en sus últimos días sin
pompa de por medio, dos jóvenes simples y bellas en plan lamento y consolación
como fantasía sexual velada, y 2 hijos que quieren acercarse a su padre pero están
en cierta forma perdidos, se les para escabullendo, y es una propuesta de ese
tipo, de estar ahí sin más, con los problemas en fuera de campo, pero a cuestas,
lidiando con lo ejecutado o cantado –la muerte en general, la separación
paterna, la separación de pareja-, con la tensión tras bambalinas, en el que es
un retrato común y no tan común al mismo tiempo.
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crítica,
Hong Sang-soo,
Kim Min-hee,
séptimo arte
lunes, 21 de octubre de 2019
Construcciones
Perteneciente a Fernado Restelli, director cordobés que con
éste filme hace su debut. Es un filme sencillo sobre la vida de un padre y su
pequeño hijo, en su cotidianidad. Es una propuesta que deja apreciar una vida
humilde, es un filme social que contiene sensibilidad hacia quienes muestra, y
quienes yacen naturales, como cuando Pedro, el padre, un hombre de la
construcción y vigilante nocturno, se saca la sandalia y le llama la atención a
su travieso, intenso y tierno hijo, no le pega pero lo asusta. Esto muestra que
no se trata de quedar bien ante la cámara, sino de la honestidad del retrato
humano, porque puede ser criticable una cierta violencia latente, pero más yace
una imagen amorosa de padre e hijo, que comparten muchos momentos dulces. El
padre baña a su hijo, come con él, lo viste, leen juntos, le habla y le cuenta
cosas interesantes. Llegan hasta enseñarnos sus días de campamento juntos, y es
un filme casi de 2 protagonistas, sumando a quienes los alojan, a una mujer
robusta y su joven pareja, pero padre e hijo son el centro de la película.
Pedro escucha solitario en su trabajo las noticias económicas y políticas
argentinas, sin decir una palabra, es lo social al pie del cañón también. En un
momento Pedro se acuesta con una mujer, quizá una prostituta, y se oye de fondo
un tango cargado de vida social con la cámara encuadrando sólo el rostro de
Pedro durmiendo, relajado, es la vida en sus distintas facetas, es el hombre a
quien el ojo cinematográfico mira con complicidad y afecto, una mirada humana,
horizontal y respetuosa en todo momento. En ese trayecto Pedro mira hacia la
ciudad pensativo, silencioso, tranquilo, siempre entero a pesar de todo, con su
toque de personalidad.
domingo, 20 de octubre de 2019
Jeannette, la infancia de Juana de Arco (Jeannette, l'enfance de Jeanne d'Arc)
Juana de Arco es para Francia como Santa Rosa de Lima para
nosotros los peruanos, su máximo ídolo religioso -que incluye la particularidad
del feminismo y la guerra- y se han hecho varios filmes notables, por tanto
medio que no cabía repetir lo “convencional” cuando ya antes se ha hecho y muy
bien. A ese respecto tenemos La passion de Jeanne d'Arc (1928), de Carl Theodor
Dreyer, y Procès de Jeanne d'Arc (1962), de Robert Bresson. Bruno Dumont tiene
sentido del humor -quien lo diría-, le gusta la comedia, como lo dicen sus trabajos
últimos. Ahí tenemos a su Juana de Arco haciendo headbanging a cada rato o
realizando el ejercicio atlético de una araña con total naturalidad. Es un filme
curioso y se ve bien. Jeannette l'enfance de Jeanne d'Arc (2017) tiene la
originalidad de que también es un musical, y la música tiene personalidad. El
soundtrack de Jeannette es una fusión de músicas, el galo Igorrr es el
encargado de la banda sonora, su música tiene de todo, tiene pop, no soy fan de
éste estilo, pero si del hip hop, la música electrónica y el heavy metal que le
ha puesto al filme. Ésta propuesta tiene un escenario austero, su puesta en
escena es mínima, la presente obra es de una sencillez formal, mientras
discurre una narración histórica interesante y seria –verdadera- en cierta
medida, su mitología acompañada de humor, pero sin que sea una comedia. El
escenario es siempre el campo, con ovejas, tierra por doquier y algo de
vegetación, en el centro Jeannette mueve la cabeza y dice sus párrafos, interpretada
por dos personas, una niña y una joven, Lucile Gauthier y Victoria Lefebvre,
como con la monja en la obra de unas gemelas. Es un filme que es austero por donde
se le mire, pero entretiene, no cansa, pero a muchos les puede parecer demasiado
sencillo y algo repetitivo. La música no es mala tampoco, aunque hay quienes
seguramente les puede parecer chocante, pero es una ocurrencia irreverente toda
la película, parte de la modernidad del cine que tiene ya mucha agua bajo el
río.
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séptimo arte
jueves, 10 de octubre de 2019
Ginger snaps
Ginger Snaps (2000), la dirige un hombre, John Fawcett, pero
el guion lo escribe Karen Walton, y se nota la mirada femenina en la película,
con los trances y traumas que pasan las mujeres en la adolescencia. Incluso llega
hasta la adultez femenina, poco más de la mediana edad; hay una línea que
señala que de todo se culpa a las mujeres, con la madre de las hermanas protagonistas
sintiéndose maltratada por éste lugar común. Ginger snaps emparenta la
transformación en hombre lobo –mujer lobo- con éste trance difícil de la
feminidad. Brigitte (Emily Perkins) y
Ginger (Katharine Isabelle) son éstas hermanas adolescentes que son marginadas
en sociedad, son outsiders, vistas como freaks, y suelen pegarse a hacer sangrientas
escenografías amateurs de asesinatos con ellas mismas, sueñan con el escapismo
del suicidio. Pero una vez que Ginger es atacada por un hombre lobo y se
empieza a convertir en uno, el meollo del filme, las hermanas quedan separadas.
Brigitte ya no querrá morir y Ginger se volverá violenta, cada vez más salvaje
traducido a cierta maldad o una transformación que no le deja salida con sus
instintos animales, con una sed de sangre, y excitación que parte de lo sexual.
En adelante hay un festín gore, de terror, donde se nota ahora sí mucho más la
mano de Fawcett, una mirada mayormente masculina, más intensa, pero propia no
del movimiento sino del fotograma artístico, del acomodo para la imagen estática,
pero llena de vida, impactante, clásica del cine de género. Pero también hay
grandes secuencias, como la del final con el hombre lobo –una bestia, un
monstruo- asechando la casa de las hermanas, o la del ataque relámpago y
frenético que transforma a Brigitte. Además sobresale en la memoria la audacia
de hacer heroico a un dealer, aunque anclado a la adolescencia, al relajo de la
imagen, a la despreocupación y a cierta simpatía. Éste filme es canadiense y es
un muy buen filme de terror, tiene sustancia y potencia. Ginger
Snaps 2: Unleashed (2004) en cambio no es buena, suena bien en el papel, pero
verla es hasta aburrido, es casi el opuesto total malo de la primera.
domingo, 29 de septiembre de 2019
Did You Wonder Who Fired the Gun?
Lo que más llama la atención de éste documental es que sus imágenes
son lo más simples, humildes y austeras que uno puede imaginar, lo que va
mostrando mientras nos relata cosas. Esto es tremenda curiosidad cuando se
supone que el cine son imágenes, pero también es curioso notar que el filme es
muy interesante por lo que va contando, como va ramificando un caso de racismo.
Al final la atención que genera ir escuchando –o leyendo, por subtítulos- lo
que tiene que contar, lo que investiga, sus revelaciones, hace olvidar que son
las imágenes más llanas del universo las que van acompañando la propuesta. Se
ve una carretera, se oye una canción folk tradicional, salen unas letras y
nombres moviéndose como en ritmo hip hop. Vemos pasajes que resplandecen como electrificados,
puestos en sombras, manipulada la realidad de estas imágenes secundarias. Es un
documental que pudo ir por lugares vistosos, pero opta por una construcción artística
de lo mínimo, de lo carente de espectáculo, de lo que puede pasar por simplón. Pero
no obstante la investigación es audaz, te atrapa, va hilando e hilando, te va
metiendo en su denuncia del racismo en general que se vive en Estados Unidos,
partiendo del sur, estudiando el caso de un familiar del propio director, director
que hace de guía todoterreno y mostrando que su trabajo es algo muy personal y
chiquito. Es un filme de investigadores. Lo que cuenta es interesante, aunque haya
que leer dos cartas de gente cercana que trata de revelar quien fue el
bisabuelo de Travis Wilkerson, del director del filme. La película trata de
como S.E. Branch, un caucásico dueño de una pequeña tienda de comestibles, asesinó
de 2 disparos a sangre fría a un
afroamericano, a Bill Spann, alegándose defensa personal (Spann llevaba un
cuchillo). Branch fue declarado muy fácilmente inocente y siguió su vida de
manera normal. Pero Wilkerson deja en claro que su bisabuelo era una mala
persona y duda de como sucedió la muerte de Spann, quien casi es un NN, un anónimo.
Esto va creciendo y se va tornando una denuncia grande sobre el aún vigente
racismo americano. Se oye de otros casos similares, hablan activistas de los
derechos civiles de los afroamericanos. Se menciona gente emblemática al
respecto. El documental intenta resolver un caso que queda lejano y oscuro, lo
de Spann sucedió en los 40s. Wilkerson falla quizá en resolver el caso, en sus
pesquisas, pero deja muy potente su denuncia general, sobrevuela la impunidad
del racismo. Es un filme que en conjunto satisface, que llega a superar sus
carencias, sus imágenes humildes, su falta de precisión, su falta de concretar
el caso específico. Argumenta bien mientras honra la muerte de Bill Spann.
viernes, 20 de septiembre de 2019
Funeral siniestro
Ésta es la mejor película catalogada del colombiano Jairo
Pinilla. En una primera parte una niña sufre de maltratos por una malvada
madrastra que se queda a cuidarla en una finca en el campo. En la segunda parte
la niña asiste al funeral de la madrasta en su misma casa. La primera parte
muestra a una mujer mayor diabólica, practicante de brujería y hasta homicida.
La segunda todo el odio que anidaba en la madrastra le crea enorme pavor a la
niña que se queda sola a velarla. Pinilla en la parte del funeral hace uso del
suspenso, ¿qué pasará?, te preguntas, pero Pinilla opta por lo básico, como
refleja su cine, carente de mayor originalidad e imaginación, busca ser lo más
correcto posible, y eso le juega bien en el aspecto técnico y estético, pero en
la historia, en el atrevimiento, en la distinción, en la novedad el aporte es
ínfimo, casi nulo, con lo que tenemos entre manos un filme medio soso. No
obstante la niña protagonista actúa muy bien, y esto le da dimensión a la
propuesta siendo ella lo más trascedente del filme, frente a padecer a la
madrastra en dos ámbitos, tenerle miedo a razón de la violencia física y en la
posibilidad de lo sobrenatural. El filme es súper simple, de narrativa escueta,
centrado en un par de actos, otorgando prioridad al miedo como meollo del sufrimiento
de la niña protagonista. Es una historia de abuso, ahí está el terror, es una
película realista, con tintes de excepcionalidad imaginaria, en la brujería y
en lo fantasmal. El filme decide ser sencillo, es cine austero, pero estético,
bien narrado, con ritmo, pero exento de fiesta, de locura. Es un cine
convencional, clásico, humilde, ligero, amable y formal. Tiene algo de gracia,
aunque sea poco. No es una propuesta revolucionaria, ni muy original, pero
Jairo Pinilla debuto con éste filme, consagrándose como pionero del cine de terror
en Colombia. Tiene un aire leve a realismo social, con la ambición de dinero
fácil como leitmotiv, pero con mayor amabilidad y soltura.
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terror
Alita: Battle Angel
Llevar animes a real action siempre es complicado, es un
trabajo arduo lograr concretar una buena película de éste tipo, digna de su
magma. Robert Rodriguez hace una muy buena película, con algunos defectos
mínimos, pero una obra muy entretenida. El guion es de James Cameron y Laeta
Kalogridis y está muy bien contado. Lo que dejaba de incógnita el anime de 1993
el filme de Rodriguez lo responde, y cumple. Alita (Rosa Salazar) tiene una
historia rica. La acción del filme también es bastante efectiva. Lo fantástico
luce real durante 2 horas, hay unos efectos digitales impresionantes, no hay
ninguna fisura ahí. Alita es el eje y
mantiene el interés todo el tiempo. Zapan (Ed Skrein) y Grewiska (Jackie Earle
Haley) son dos enemigos formidables, prácticos, recurrentes y poderosos en
cámara como entretenidos. Mahershala Ali tiene un papel feo, pareciera que es
el líder de los antagonistas pero es solo un intermediario. Nova (Edward Norton)
es el verdadero jefe, que vive en la ciudad flotante de Zalem. Alita tiene una
historia sólida y peleas espectaculares. Lo de los patines y las peleas de cyborgs
recuerda el ascenso social tras el deporte brutal de The blood of Heroes (1989).
Ésta semejanza hace más genial la película. En Alita hay varias historias
alrededor de la protagonista y todas están bien desplegadas y resueltas. Jennifer
Connelly tiene un personaje sexy e inteligente a la vez. Alita es mucho más
entretenimiento que feminismo o mensaje social. Ed Skrein sobresale del grupo
en especial. El filme es muy cool, Rodriguez sabe bien hacer un filme así, ya
lo había demostrado con Sin City (2005). Hay solo unas pocas partes que no
llegan al mismo nivel, pero es porque la vaya está muy alta. Los actores se
visten muy bien de los personajes. Alita con esos enormes ojos también es
notable, da distinción, como característica del manga. Hay también romance, hay
química con Keean Johnson. Éste filme es hedonismo puro. Las coreografías de
combate de Alita, de físico pequeño, son impresionantes y se ven realistas, aun
cuando sus rivales son gigantescos. Skrein tiene un papel perverso, lo cual lo
hace muy atractivo. Ali en cambio tiene un papel muy débil, rastrero, pero sin
genialidad. Christoph Waltz como el Dr. Ido es la nobleza andando y no logra un
papel tan llamativo. Éste filme tiene hartos fuegos artificiales, está hecho
para ser tremendo espectáculo. Alita deja claramente abierta la puerta para una
secuela. Como todo el filme tiene lo mejor del anime de 1993 es una gran
incógnita como será ésta secuela, esperemos sea tan buena como la presente
película.
jueves, 19 de septiembre de 2019
Il traditore
Il traditore (2019), de Marco Bellocchio, es una gran
película, una película en grande, una fiesta cinéfila, con un tipo que destruyó
la Cosa Nostra o le dio un potente golpe que la dejó muy distinta a antaño, llamado
Tommaso Buscetta (Pierfrancesco Favino), quien delató a todos su compañeros y
jefes mafiosos, que terminaron encerrados. Pero antes la mafia se encargó de
matarle montón de familiares. Buscetta decía que si moría en su cama de viejo
iba a ser un triunfo para él. Favino hace de un mafioso corpulento, de
protagonista, poco típico al uso cinematográfico por su apariencia física, aunque
él es un soldado, no un jefe mafioso. Favino tampoco es una cara conocida o
popular en el séptimo arte, pero tiene una trayectoria larga. Lo que brinda es
algo bastante bueno, aunque el filme vale mucho más por su historia y sus
formas. En la parte de los juicios hay bulla, desorden, hay cine arte, hay
excentricidad. Bellocchio tiene de extravagante pero en su punto, ducho en el
cine no quiere vacíos o posturas efectistas, prefiere ser fiel a un cine auténtico,
destinado a la “formalidad” –en cierta medida-, pero también al cine moderno
donde cabe cierto aspecto freak, irreverente, osado, distintivo, arty. Pero lo
hace en una medida que hay balance con la seriedad general, con los hechos
reales. No se excita demasiado con el cine moderno, deja espacio para hacer
cine amable. Éste es un cine entretenido, un espectáculo sublime, también
impactante, muy violento, observando a Buscetta padecer por la mafia, desde su
escape a Brasil donde es torturado arriba en el aire en un helicóptero por la policía
brasileña, o intentando suicidarse con veneno pasando por epiléptico, mientras
en pantalla vemos morir a sus hijos y gente próxima, a alguien le cortan un
brazo antes de darle un tiro. Pero Buscetta a pesar de todo también ríe, canta, pasea en bicicleta, se acuesta con mujeres, contraataca. Los mafiosos gigantescos quedan
empequeñecidos frente a su voz en los juicios. El filme habla de valentía por
su parte, con el fiscal investigador que apoya las declaraciones del traidor.
Bellocchio hace un filme que trata de tumbarse abajo la leyenda de la Cosa
Nostra, y deja a un último hombre mítico en su lugar, a un tipo muy humano,
pero también bastante fuerte y decidido, a un hombre que llora ante verse inútil
frente a la muerte de sus seres queridos, y que declara firme enardeciendo al
gallinero, a unos jefes mafiosos como animales salvajes tras los barrotes, pero
perdidos.
domingo, 15 de septiembre de 2019
Desaparecido (Missing)
El presente filme ganó la palma de oro. Costa-Gavras hace un
retrato contundente del inicio del gobierno militar de Pinochet. El retrato de
las calles es de un estado terrible de inseguridad, muerte y terror, que aunque
exagera un poco es un retrato artístico solvente y de los más potentes que se
han hecho del gobierno de Pinochet. El filme habla de la desaparición de un
americano socialista, idealista y pequeño activista en manos de las tantas que
ocurrieron durante el régimen dictatorial. Jack Lemmon y Sissy Spacek hacen del
padre y la esposa de éste americano que buscan hallarlo frente a un estado latino
que aliado de EE.UU. no pretendía hacerles daño a ninguno de los ciudadanos
americanos, pero como había tanta libertad de abuso y homicidio nos muestra el
filme hacían excepciones con todo tipo de opositores. El filme revela el apoyo
americano a la dictadura de Pinochet como una gran revelación de su año de
filmación, 1982. Pero en general luce un filme sencillo. Lo mejor de la propuesta
es el retrato visual que hace de las calles, de la inseguridad y la muerte.
Pone un buen suspenso en ésta inseguridad, proponiendo a un Lemmon valiente, muy
seguro de sí, hasta osado, pero pequeño frente a la gran maquinaria militar del
gobierno chileno de Pinochet. Es un filme que se centra en la desaparición de
un tal Charles Horman, un hombre común como persona pero excepcional al ser
extranjero, quien representa a muchos hermanados por la desaparición
extrajudicial, en un retrato humanista más que político, aunque queda bastante claro
que se trata de una dictadura y los buenos son socialistas, que dibujan como gente
pequeña que lucha contra un gran poder representado en un tremendo libertinaje
de violencia. Es como tener entre manos una causa perdida, una causa noble,
frente a un gran monstruo destructor, sanguinario y omnipotente. En ello el
filme es sólido, bueno, políticamente ya es secundario, aunque Gavras es de
política de izquierda. Lo que duele no es una ideología específica poderosa
–aunque hay de esto-, sino mucho más matar tan fácilmente seres humanos, como
lo que significa ese estadio lleno de cadáveres, clásico de las dictaduras. La
trama vale por una crítica general, de ello que aunque se identifica
rápidamente que se trata del gobierno de Pinochet no se menciona directamente,
pero es obvio, claro, al ubicarlo también en Chile. Horman es un tipo común al
punto que su padre lo cree un perdedor, pero ésta percepción cambiará cuando
vea que defendía ideas propias y planteaba la ayuda social y del prójimo. Para
ello Lemmon hace de un hombre capitalista y metido en sus asuntos, pero llegará
a valorar y comprender a su hijo, más allá de la sangre, porque inicialmente
–como muchos podemos pensar- lo cree medio absurdo y torpe, a lo que el estado americano
en un contundente monólogo agregará entrometido en asuntos que no le competen y
de un final más que lógico, comparándolo –irónicamente- con meterse con la
mafia. El filme no obstante es endeble cuando critica a los americanos y a la
derecha por buscar resguardar el tipo de vida americana y capitalista que los
identifica. También transmite muy poco en su hacer sentir la gloria de ser
socialista en lugar de capitalista, no propone ningún gran argumento en ello.
Pero lo deleznable a todas luces es el método, el verdadero talón de Aquiles,
el asesinato, la desaparición forzada, incluso de gente como Horman que puede
pasar hasta por un poco idiota. En esto se centra el poder del filme, en su
recreación de terror extremo, de grandilocuencia sobre la muerte. También
Gavras es entretenido, hila bien la dictadura a través de la historia de
Charles Horman. Tampoco tiene una estructura del todo convencional narrando los
sucesos. Hay creatividad estructural, pero dentro de la total claridad, sin
recurrir a lo paranoico, lo que hace del filme uno más notable. Con muy pocos
personajes enemigos el filme deja una figura muy precisa y firme global, gracias
a que en lo práctico el retrato posee tanto vuelo, proponiendo cine, un buen
relato, emociones, al tiempo que conocemos sobre una realidad histórica que
Gavras acomete con total fuerza.
sábado, 14 de septiembre de 2019
La venganza de Jairo
Jairo Pinilla es un cineasta colombiano de 75 años, pionero
del cine de terror en su país (en los años 70s) quien por deudas y derechos de
autor terminó condenado al ostracismo, al olvido. Casi 20 años después intenta
en éste documental, de Simón Hernández, dejar constatación de la que ha llamado
su última película, de su realización, como
también de su historia, legado y su cinefilia. El documental de Hernández es
interesante porque Jairo es un personaje bastante rico, con harta verdadera
cinefilia, quien es un fan acérrimo del cine de terror. Es un cineasta que hace
de todo en producción y no cuenta con grandes sumas de dinero, pero intenta
hacer algo muy personal con el cine de género. Nos dice que no escogió el cine
que hace por fácil, como muchos pueden creer –en lugar de cine arte- o menosprecian,
porque él nos da a entender que lo aborda con complejidad, involucrándose en
cada detalle y, a su ver, haciendo algo especial. Vemos partes de sus filmes,
algunas partes son muy buenas, otras lucen re-baratas y terribles. De esto
pende que el cineasta y su compatriota Luis Ospina lo llame maestro y lo señale
como un hit de popularidad en la historia del cine colombiano, una recepción de
taquilla que pocos han llegado a tener agrega Ospina, llegando incluso a mencionarse
lejano humildemente. Pero a la vez la crítica dominante de su tiempo y país lo
consideraba el Ed Wood nacional. El director colombiano Ciro Guerra también habla
con admiración de Jairo Pinilla, aunque lo que dice suena mucho menos
interesante que lo que dice Ospina, comparando a Jairo con Orson Welles. El
documental tiene unas partes burocráticas que son bastante sosas, pero la
historia de Jairo, quien es, que ama, su lucha, su pasión, hacen del presente
documental uno valioso. A Jairo se le menospreciaba diciéndole que sus películas
estaban en la línea de las de Superman que en las de Bergman. Pero Jairo
menciona que siempre buscaba retarse (en lo que amaba), frente a inventar
recursos y ser original en lo suyo. La venganza de Jairo (2019) es un buen
documental para descubrir a un cinéfilo autentico, ultra fan del cine de terror
-que muchos amamos y disfrutamos- y alguien importante en la historia del cine
colombiano y en el séptimo arte de género hecho en Latinoamérica, es una buena oportunidad
y llamado para recuperarlo.
lunes, 9 de septiembre de 2019
La caja de música (Music Box)
Se han hecho muchos filmes sobre el Holocausto, hay muchos
filmes muy buenos, y Costa-Gavras pertenece a ese grupo, con una película
poderosa, interesante, ágil y entretenida. Un hombre de nacionalidad húngara (Armin
Mueller-Stahl) nacionalizado americano es acusado de ser un nazi, un asesino,
en su país de origen, le espera la perdida de la nacionalidad americana y la extradición,
pero recurre a su hija, una prestigiosa abogada, Ann Talbot (Jessica Lange),
asegurando que es inocente, que el que buscan es otro hombre. Ann tiene una
imagen radicalmente distinta del hombre que piden por criminal de guerra, ama a
su padre y éste la ama, tienen un fuerte vínculo. El hombre ha sido intachable
en lo que recuerda su hija. Pero un juez acusador, Jack Burke (Frederic Forrest),
está empecinado en llevar al padre de Ann, a Mike Laszlo, a prisión. Está completamente
seguro que es el hombre que buscan. En esto Costa Gavras fija su atención y su
quehacer cinematográfico, en ésta dicotomía de un posible mismo sujeto, en un
hombre que es un desgraciado, asesino frio y sumamente cruel, asesino de
mujeres y de niños; y un hombre que es noble como padre y cariñoso como abuelo.
Un hombre excepcional, gigantescamente perverso; y uno sencillo, pacífico,
amable y común. Gavras propone mantener la duda hasta el final, pero manipulando
varios indicios de culpabilidad –como con pequeñas semejanzas salidas de la
actualidad-, contrastado siempre con la imagen que tiene Ann y su relación
presente, que vamos viendo. Va sembrando ambigüedad y posibilidad, es un filme muy
rico a esa vera. Mientras tanto uno piensa que duro debe ser descubrir a alguien
tan amado como un tipo tan ruin, que terrible posibilidad, hay un interesante
quehacer emocional. Ann, una espléndida Lange, va sintiendo la pegada de los
descubrimientos de lo hecho por el nazi buscado, a través de un juicio, que
nunca es pesado para el espectador. Ann es justa y moral, cree en la imagen de un
padre noble. Pero el fiscal va sembrando la posibilidad de la hipocresía y
maldad máxima en él. Armin Mueller-Stahl luce como un buen hombre, su cara muestra
seguridad. No obstante siente también la pegada. El filme es muy astuto con los
detalles, con éste tira y afloja continuo de culpabilidad. Al final saca un as
bajo la manga, una audacia de cine comercial, pero un recurso muy eficiente y
simpático como séptimo arte, aunque simple, por medio de una visita y un marco. El filme propone la culpabilidad en
mayor parte, sin cerrar la imagen de una protagonista fuerte y su gran inteligencia para
defender a su padre, con una Ann que es una idealista, una humanista, muy
presente en las aguas húngaras de la perfidia. Madre e hija cariñosa; divorciada,
pero con la sutil chance de retornar con el ex marido; mezcla que apoya la ambigüedad general, en
éste justo merecedor del oso de oro de 1990.
viernes, 6 de septiembre de 2019
Z
Costa-Gavras hace una película política entretenida, que
tiene arte. Es una película de 1969 y se ve todo lo clásico que hay en una
película de su tipo, pero es porque la presente película sentó bases en el cine
político. Me hizo recordar un filme posterior, The Act of Killing (2012); un
genial Marcel Bozzuffi me trajo a la memoria a Anwar Congo, como un matón
paramilitar ejecutor de izquierdistas. Yves Montand es un senador izquierdista
que los de derecha quieren destruir por sus aspiraciones políticas e ideología.
Finalmente lo asesinan, y empieza una pequeña investigación o exposición del
complot homicida que es toda la película. Gavras no hace una película
paranoica, sino una película directa, clara y realista, con toques de cine
arte, como con el propio asesinato del senador que es con un mazo y mediante una
camioneta en movimiento. Jean-Louis Trintignant hace del juez investigador,
tiene una postura elegante e inteligente, que contrasta un poco –para bien- con
la frescura de la narrativa. Es una película seria pero entretenida, porque es
suelta, no es demasiado formal. Irene Papas aporta muy poco en su actuación y
personaje. Es un filme fácil de ver, pero bien ejecutado, que aunque es cine
político no agota, es muy ágil y con personalidad. Están todos los lugares
comunes del cine político y las ideologías, está la imagen por antonomasia,
pero porque es un precursor, pero aun así no molesta ni es un filme de mala
calidad en absoluto. Es una propuesta que reúne todas las de su tipo, es ver la
eterna lucha esencial entre derecha e izquierda, militares y activistas. Ganó
el Oscar, por tanto es un filme comercial, popular y masivo, amable y
hedonista. Gavras es bueno en el cine político, con miras a un gran público,
pero con arte, no es panfletario ni cansino. El filme tiene elegancia, pero
también su audaz toque de relajo. Inclusive los matones paramilitares pueden
ser un poco infantiles, o los eventos alrededor del golpe en la cabeza de un héroe sencillo y delator es retratado como algo campechano.
viernes, 30 de agosto de 2019
Parasite
Fue la ganadora de la palma de oro 2019. El coreano Bong
Joon-ho se coronó en popularidad en el cine arte, siendo muy querido por la
cinefilia internacional. Le faltaría sólo un cupo al Oscar a película
extranjera para completar toda popularidad. Bong ha hecho cine social
inteligente y de cine arte. Aunque su mejor película sigue siendo Madeo (2009)
y la más aclamada Memories of murder (2003), Parasite es una muy buena
película. Bong no es críptico, pero sí muy inteligente con ésta propuesta. Es
cine social con arte en mayúsculas. El filme no necesita de montón de rareza
para ser bueno, tiene solo una cierta cuota por el final. No obstante todo el
filme es una construcción artística. Al mismo tiempo es una obra seductora, que
se ve muy bien, que entretiene bastante, que mantiene el interés y la sorpresa.
Es un filme que medio que dispone todo para el final, con esos remates
poderosos del séptimo arte. Es cine social efectivo e inteligente, como no lo
era Snowpiercer (2013). La sátira o el humor negro que ven muchos lo veo en un
inicio mostrando la pobreza de los protagonistas. Pero va menguando. La
narrativa lleva cierta calma hasta el final explosivo. Por el final se vuelve
brutal, híper violenta y gore, donde la lectura social está más diluida, es más
metafórica y más complicada de entender por mayor impacto y hedonismo. Es una
historia de estafadores, pero sin subrayarlos, dándoles humanidad y algo de
discreción. Es la historia de unos arribistas, que luego por un lado se enfrentan
a la consciencia. Pero que buscan escapar de ella. El primer suspenso surge
cuando sus planes ya están ejecutados, cuando los lugares de trabajo están
ocupados y reemplazados, es ahí que vemos tocar el timbre a la antigua ama de
llaves. De esto se desprenden dos líneas de pobreza. No veo tanta lucha de
clases, de ideología, aunque si deja qué pensar. Bong es más sutil que esto,
piensa en hacer cine. En un momento la esposa compara al marido (el genial Song
Kang-ho) con una cucaracha, y en ese momento anida el meollo del filme, el
marido atisba violencia frente al menosprecio. Todo ello se manejará en la relación
de la clase alta con la clase baja, entre servidumbre y patrones. El detonante
es algo nimio, pero que hiere el amor propio, se manipula a través del olor, aunque
en realidad es el olor del desprecio, del menoscabo, más que de algo físico u
olfateable. El chofer entra por tanto en depresión silenciosa, le molesta el
vender su alma por dinero, el humillarse, pero su realidad lo empuja a obedecer.
De no ser así le espera un borracho meando por su ventana (la sátira), o un
electrocutamiento tras una inundación (el drama). Nuevamente Bong se muestra
inteligente, lo hace de algo aparentemente insignificante, hacer que el chofer
se disfrace de indio para alegrar la fijación del hijo del dueño. La explosión
de violencia surge por dos vertientes, por medio del desprecio y la venganza.
El hijo del chofer, pobre, duda y pregunta si puede encajar en la clase alta a
la hija de la familia privilegiada que enamora, él cree que no, al ver tanto
goce. Su padre antes le dice que no hay que tener plan porque la vida se ríe de
los planes. Pero el hijo no hace caso de nada y propone un plan y buscar el
dinero como solución de todo. El filme vuelve al ciclo de destrucción que nos
ha mostrado previamente. O quizá no, habrá éxito, y es porque ahora es
distinto, al ejecutarse por el buen camino. De todas formas queda todo como una
cierta ilusión. El problema es que como dice el padre la vida no permite que
exista un plan efectivo a lo que uno tanto delinea, y se habla de pesimismo o del
realismo de la frustración. Puede también que la salida venga de lo improbable,
ese es el mensaje, el llamado de la eterna sorpresa, como la violencia del
filme.
domingo, 18 de agosto de 2019
Homeland (Iraq Year Zero)
Éste documental del iraquí Abbas Fahdel está dividido en 2
partes, antes y después de la ocupación americana de Irak. En la primera parte muestra
la vida familiar de su país tomando de retrato a su propia familia, hermanos,
sobrinos y cuñados. El filme muestra a ésta familia iraquí y todos sus miembros
hasta los más pequeños se ven educados, dóciles, coherentes y se muestran siempre
afecto entre sí. Los iraquíes a través de ésta familia modelo se ven
tradicionales, pero entendibles, un poco cercanos a todos, no hay tampoco cosas
muy extrañas o distintas, pero igual se siente que no son idénticos a
occidente, y se ven diferentes en sus costumbres y eso los hace un poco curiosos
y a la vez marca un poco de distancia, pero no resta humanidad, producen
emociones y sensibilidades. No se percibe odio, hablan con naturalidad y hasta
sabiduría, incluso el niño protagonista que tiene 12 años de edad, al que se le
oye bastante conocimiento político y coraje para hablarlo. El documental muestra
al pueblo, a la gente humilde, con la familia modelo de clase media o culta de guía.
Se ve la calle, el campo, lo pobre, lo social, la denuncia, el fastidio ante la
necesidad. La primera parte empieza en febrero del 2002. Sadam Husein aparece
haciendo mucha propaganda política en la tv., propaganda que la familia de Fahdel
simplemente observa y luego sabremos que callan por intimidación, miedo a represalias,
y que luego se mostraran contra él en la segunda aparte -al estar derrocado-,
por muchos abusos, diferencias sociales y asesinatos que le señalan. El
documental es nacionalista, hay mucho amor por el país y por el pueblo, pero no
está a favor de Husein, al que critican abiertamente más tarde, pero tampoco están
a favor de la ocupación americana a quienes también critican y hasta tachan de inútiles
por no darle calidad de vida al pueblo iraquí en la remodelación de la sociedad
que ellos han prometido en democracia. Hay una fuerte militarización en las calles,
están llenas de vehículos del ejército americano. Fahdel tiene un sistema de
documentación muy dotado, él filma valientemente absolutamente todo, hasta sale
a filmar disparos en la calle, mientras sus familiares hablan, hacen
comentarios inteligentes o entrevistan a mucha gente en sitios claves de
destrucción y padecimiento. Los familiares de Fahdel hacen de analistas políticos,
sociales y de periodistas. En el filme se exhibe gente que ha dejado voluntariamente
el judaísmo por el islam y se han integrado pacíficamente. Esto señala un
fuerte nacionalismo en el documental. Hay mucha novedad en el filme, hay
escenas emblemáticas, dotadas de cotidianidad. El filme defiende el respeto por
el país y aunque no comparte afinidad con Husein si de que los invasores son un
problema. En un momento una niña habla de la justicia mediante un libro de filosofía
y hace hincapié en que debería estar de lado de los iraquíes. En una escena
tradicional y potentemente religiosa un hombre viejo y ciego canta típicamente en
un mercado mientras la cámara muestra a iraquíes sonriendo. El documental
plasma que los iraquíes anhelan la tranquilidad, la cotidianidad y simpleza de
antaño, paseando por un museo de la vida clásica del país. Vemos también a un actor iraquí
de cierta edad y de poder adquisitivo hablando sabiamente, y celebrando la boda
de su hija, aquí podemos cotejar sensibilidad, sobrevivencia, modernidad y
costumbre. La propuesta da cabida a lo intelectual, junto a lo diáfano,
sencillo y claro. Se hace llamado a la cultura, al arte, y al respeto por ello.
La segunda parte empieza en abril del 2003. Un vendedor de armas pro guerrilla
amante de Husein debate con el niño protagonista, de quien en un inicio sabremos
morirá después, en medio de la inseguridad de ladrones y asesinos iraquíes sueltos
en plaza. Produce tristeza ésta muerte en especial, de un niño tan inteligente,
valiente y afectivo. La segunda parte merma un poco ante la primera maravillosa,
pero el conjunto es sólido. En la segunda parte se ve la destrucción de muchos lugares,
lo terriblemente peligroso de las calles, la militarización americana, la queja
del pueblo, todo muy bien explicado. Es un gran documental, para conocer la
mirada del que tiene poca visibilidad, el punto de vista complementario,
humano, no violento, porque finalmente el planeta es uno solo.
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domingo, 21 de julio de 2019
El discreto encanto de la burguesía
El discreto encanto de la burguesía (1972), de Luis Buñuel,
es una película celebrada por la puerta grande, incluso ganó el Oscar a mejor película
extranjera, pero parece algo un poco desproporcionado, no parece una película de
las más grandes –no de las que generan entusiasmo rabioso y hedonista-, aunque
es una película más que decente. Es una película rara, pero entendible. Buñuel
hacia cine amable al 85% más o menos, mostrando al mismo tiempo una autoría mayúscula,
un estilo, personalidad y originalidad.
Ésta película son como viñetas de sucesos extravagantes, no una narrativa
convencional con presentación, conflicto, drama y desenlace, tiene una unión
general tenue, con 6 personas que se suelen reunir a comer y siempre terminan
sorprendidos por algún hecho fuera de lo común. Buñuel es ingenioso en presentar
montón de sucesos, con un toque surrealista, onírico, social, político, jugando
a desmenuzar a la burguesía en un tono inteligente y suavemente irónico. Hay muchas
pesadillas de por medio, incluso encadenamientos de sueños. Con esto Buñuel se
permite hacer lo que le place con sus personajes. La sátira va audaz en ésta
condición, pero hay que ser perspicaz para coger toda la ironía. También es un
filme entretenido, donde hay mucho suceso impactante e interesante así a secas.
Buñuel es inteligente, y en ese trayecto es un director claro. Su sapiencia
para hacer cine es cosa de autores excepcionales. Estamos frente a una comedia,
pero antes cine arte. El reparto de los 6 protagonistas centrales también es privilegiado,
con Fernando Rey como un embajador de un país latino imaginario y quien es
narcotraficante como hobby; Paul Frankeur y la bella Delphine Seyrig son el
matrimonio Thévenot con la infidelidad de la mujer con el embajador de Miranda;
Bulle Ogier hace de la hermana de Seyrig; la sexy Stéphane Audran y Jean-Pierre
Cassel son el matrimonio Sénéchal. Estos 6 burgueses pasaran mil aventuras en
cada comida en que se plantean juntarse, donde se incluyen militares, la
iglesia, comerciantes difuntos, policías fantasmagóricos y violentos, la
inmersión entera en un teatro, historias de terror y venganza y cosas bastante curiosas.
Todos sueñan, todos dejan volar su imaginación, hay hasta terroristas y hartos homicidios.
Es un filme raro, aun siendo comedia, único de cierta manera, pero no es un
filme hedonista en toda magnitud, es más para pensarlo, aunque pueda no parecer
así por sus viñetas de sorpresas. Es un filme que tiene cierta seriedad, no es
una comedia tradicional, un simple divertimento superficial, Buñuel es más
inteligente que eso, aunque siempre diáfano. Buñuel es igual de franco y
directo que la empleada que sirve la comida en la casa de los Sénéchal, sin embargo se te escaparan cosas porque el nivel intelectual también es alto. Aun
así el filme mantiene su humildad con los Sénéchal corriendo al jardín a
tirarse un polvo tras ponerse calenturientos poco antes de que lleguen sus visitas
y puedan notarlos por la costumbre de gritar al excitarse la mujer; igualmente
con el embajador deshaciéndose de una bella joven terrorista. Lo sueños aportan
la cualidad de cuentacuentos de Buñuel, su calidad de entretener. El filme
posee dos lecturas, una intelectual e irónica de lo social y político, y otra
de aventura y novedad. El filme nunca es vulgar, barato o facilista como comedia.
No obstante puede ser sencillo.
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miércoles, 17 de julio de 2019
Ensayo de un crimen
Un niño recibe una cajita de música y oye una historia con
ella que lo define durante su existencia. La cajita dicen tiene un poder, ésta
mata a los enemigos de uno. Archibaldo de la Cruz (Ernesto Alonso) crece con la
seducción de su infancia, con la idea de esa cajita de música, es decir, del
asesinato. Durante su adultez planea matar a alguien, a una mujer, pero nunca
puede llegar a ser el autor de ningún crimen, hay una suerte de destino de esquivar
que lo lleve a cabo; sucede, pero nunca es por su mano. Archibaldo parece una
buena persona, es rico, refinado, simpático y muy educado, pero esconde esa
perversidad, quiere ser un asesino. Luis Buñuel perpetra ésta maravilla de
película, con ésta ironía como leitmotiv. Hay una escena donde Archibaldo
muestra su maldad en toda potencia, quema un maniquí doble de una persona que
quiere matar, vemos todo como una escena de terror. Observamos el plan
siniestro que quería llevar a cabo y, como siempre, quedó frustrado. Archibaldo
es un seductor, aunque no es un tipo tan atractivo. Pero su verdadera
motivación es perpetrar un homicidio. La bella Rita Macedo hace tremendo papel,
como Patricia Terrazas, una mujer desenfadada, sexual, avispada, una mujer promiscua
en plan de juego, aunque finalmente fiel. Tiene una escena fetichista con sus
tacos altos en un casino que la dibuja de cuerpo entero como una bomba sexy. Carlota,
otra mujer en la vida de Archibaldo, se pliega lúdica también a la dualidad y a
la corrupción, es una mujer que aparenta ser devota católica pero anda con un hombre
casado. Archibaldo se enamora de ella, quiere casarse, pero termina queriendo
matarla tras descubrir su affaire. El filme como con la monja repite la ironía
del esquive de la calidad de asesino de Archibaldo, hombre sofisticado y perverso,
como el filme de Buñuel.
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martes, 16 de julio de 2019
The Ox-Bow Incident
Éste filme tiene un arranque fenomenal, con un Henry Fonda
buscando entusiasmo en peleas de bar, para terminar desmayado por un botellazo
del cantinero. Todo en son familiar por más extraño que suene. Así se presenta
el filme, nos habla de un pueblo donde todos son como una gran familia que deliberan
y debaten juntos, aunque tengan diferencias y rencillas de paso. El debate
central y meollo del filme lo ocasiona la muerte de un ganadero, un hombre
ejemplar y muy querido, ha sido robado su ganado y asesinado. El pueblo, los
amigos, los compañeros, los vecinos, la comunidad, enardece, quieren venganza,
quieren hacerse cargo de los asesinos, para eso quieren ir a buscarlos,
atraparlos y lincharlos, ahorcarlos. El debate surge porque antes algunos pretenden
que se les arreste y pasen por un juicio, pero la mayoría no quiere tanto
tramite, están furiosos, quieren el linchamiento. Deliberan rápidamente, y
salen en busca de los asesinos, la gran escena se muestra con montón de jinetes
cabalgando. El filme se define por la justicia en manos de la gente contra la
de la ley. La consciencia viene más tarde con un toque sentimental, con una
declaración de por medio. El filme tiene un mensaje claro y muy certero. Es
también una propuesta entretenida, muy ágil, muy simpática, aun cuando acción
no es que abunde, es más un drama, una película para pensar dígase aunque no sea
para nada compleja de ver. Como uno de los bandoleros está Anthony Quinn aunque
como secundario. The Ox-Box Incident (1942), de William A. Wellman, es un filme
en su punto de tiempo, dura menos de hora y media, y es muy potente.
jueves, 11 de julio de 2019
La muerte en este jardín (La mort en ce jardín)
Luis Buñuel hace una película de aventuras, con un país
equis en América latina que está gobernando por militares y que un día prohíben
a los extranjeros extraer diamantes. Esto genera el choque entre los
extranjeros y el gobierno dictatorial. Así comienzan las persecuciones, se forma
un grupo que quiere escapar, se van rumbo a la selva del Brasil. Un extractor
de diamantes, Castin (Charles Vanel), quiere casarse con la prostituta local,
con Djin (Simone Signoret), ella lo considera viejo, pero por interés acepta.
De esto saldrá una pequeña aventura sorpresa más adelante, con francotirador
incluido. El héroe es un tipo corrupto en varios sentidos, un tipo violento con
las mujeres, Shark (Georges Marchal), un ladrón que simplemente sobrevive como
puede y se une al grupo de la fuga. Michel Piccoli es el padre Lizardi, un tipo
común, curiosamente una rara avis de Piccoli que en el cine hace de mucho
hombre extraño y extravagante. Junto a ellos la hija sordomuda de Castin (la
hermosa Michèle Girardon). El filme recuerda el cine de aventuras de John
Huston, pero con un toque de personalidad propia. Buñuel es más bruto para escenificar
los comportamientos. El filme es bastante práctico, tiene buen ritmo. Está
explicado con suma facilidad, pretende la movilidad. No hay grandes
protagonistas, están a media caña, les falta grandeza, por más que se intenta,
pero se distinguen, no son personajes planos. Las acciones son decentes e interesantes,
pero muchas muy simples, aunque es un filme que escapa del rótulo final de típico.
Shark es un tipo bastante rudo y aporta cierto realismo, aunque carece de
carisma. La mort en ce jardin (1956) es una película entretenida, pero no una
gran película. Esta propuesta es una mezcla mexicana con francesa. Un nado
entre europeo y latino. Sobresale la actuación de Piccoli.
jueves, 4 de julio de 2019
Ferat Vampire (Upír z Feratu)
Que un auto sea un vampiro suena híper extravagante y
original, pero el resultado es un filme extraño para el cine de terror, pero
interesante aun así. El auto en cuestión tiene un desenvolvimiento más discreto
que algo potente y terrorífico, el terror es más anexo por otras cosas que por
el propio auto; el auto vampiro, el ferat, más bien tiene una especie de
investigación, comprobación, de que en efecto es un vampiro, y el trabajo en
ello parte de un tipo que es freak y cuenta esto a un doctor (Jirí Menzel), el
doctor se convence porque el ferat implica a una mujer que él ama, una enfermera, Mima (Dagmar Havlová). El filme
gira en base a un rally, el ferat va a competir en éste rally. Mima va a
conducir el auto, ya que la anterior piloto murió, supuestamente chupada su
sangre por el ferat. En el filme hay un juego del doble con ésta mujer, Luisa (Jana
Brezková) y su hermana Clara (la misma Jana), presentándose como una
alucinación, un juego de terror, donde muchas mujeres quedan confundidas. Esta
propuesta tiene su complejidad, es algo intrincada de entender. Mima y Luisa
tienen sus vidas vinculadas, la morgue las espera. El doctor Marek es el
padrote, las seduce a ambas, aun cuando tiene la pinta de nerd. Ferat Vampire (1982)
es un poco seria con su investigación de hacer ver al ferat como un vampiro,
esto se dilucida al final finalmente, antes todo busca comprobar los supuestos disparates
de un tipo. Esto del ferat vampiro hace percibir al filme raro, porque no busca
hacer terror barato, terror básico o intenso, es algo más sutil, el auto chupa
la sangre por el pedal, hay una adicción y dependencia ahí, esto se conjuga con
la pasión por el automovilismo y el deseo de éxito y reconocimiento. Mima ama
el automovilismo, igualmente como Luisa lo amaba, ambas están dispuestas a morir
por ello. También tiene influencia que un vampiro chupa la sangre a alguien y
la vuelve dependiente de su hechizo, es como una esclavitud la que genera, hipnotiza
a la persona, roba el alma. Ambas cosas van de la mano, la pasión por el
automovilismo y el vampirismo, hay una fusión sólida en esto en la presente
propuesta. Luego veremos hasta el rally en acción. Aparte el checo Juraj Herz
espolvorea terror en el filme, pequeños sustos, pero también coloca una
pesadilla potente con el ferat a lo Cronenberg, con un auto latiendo como la
carne, lleno de sangre. El rally que es auténtico está bien inmerso en el filme.
La compañía Ferat tiene una administración y directores que da a entender a un
capitalismo violento, un capitalismo depredador y corrupto. El filme tiene su
erotismo, pero nunca deja de lado su historia. La escena con las botellas en la
cama es chocante, pero el filme da una explicación freak, así se ve un poco el
filme. Es un cine de terror raro, particular, cine de autor con su roce con el ridículo
en el que nunca cae. Ferat vampire no será una obra maestra, pero es una
película bastante curiosa.
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Vampire doll
Un hombre llega excitado en taxi bajo una intensa lluvia en
busca de su novia a un lugar apartado en el campo, y se da con la sorpresa de que
está muerta, la ha dejado de ver 6 meses y se iba a casar con ella. Se queda a pasar
la noche en la casa de la madre de quien iba a ser su futura esposa, de pronto
ve pasear por fuera a la joven, sale corriendo a buscarla. Afuera está su
tumba, bien a la japonesa, de pronto la tiene muy cerca, ella llora y le dice
que la mate. Enseguida él promete curarla, en eso a la mujer le brillan los
ojos de amarillo y abre grande la boca, muestra dientes afilados, el sujeto en
cuestión va a morir. El hombre desaparece –como en un sueño- y su hermana va en
su búsqueda. Así empieza la película, y tiene una buena consistencia, como
cuando el visitante despierta por el ruido, ve por la cerradura de la puerta y
ve a alguien mecerse en una mecedora, luego ya no hay nadie, y se pregunta si
era ella, Yuko, su novia, la muerta. Una muñeca cae al piso y se rompe en
pedazos; por la ventana ha pasado un fantasma. El filme tiene encanto, así de terrorífica
y clásica es. Michio Yamamoto hace su primera película de una trilogía (The
Bloodthirsty Trilogy), con una mujer bella vampiro. El filme anexará mucha
historia, con el pasado de la familia de Yuko. En la casa gótica donde caen las
victimas espera la señora misteriosa de la madre de Yuko y su sirviente
jorobado, chato, grueso y retardado. El sirviente quiere matar al novio de
Keiko, la hermana del hombre muerto de la apertura. Esto da cierta risa, porque
el sirviente retardado se mueve autómata a ayudar a la familia a quien sirve,
siempre está al acecho de saltarle encima al novio, mientras éste esquiva
hachas y armas como puede para sobrevivir. Keiko también pasa las de Caín en la
casa, es sedada, secuestrada, encerrada se topa con la vampiro. Hay momentos
así de buenos, de convincente suspenso. La mujer vampiro es efectiva y se suman
historias. El campo como contexto es fértil en sustos. La casa señorial brilla
como punto de terror en medio de la inmensidad. Los pasajes de la casa se
prestan para el miedo, para el sobresalto, en cualquier momento puede salir la
vampiro, que ronda. En medio de todo Keiko y su novio sospechan, escuchan
llorar a alguien, van a ver. La madre de Yuko se mantiene seria, vestida bien
japonesa, su seriedad se percibe de demencia, se mantiene fría. Es una película
que gira en torno de la casa señorial y su imponente soledad, donde se guardan
secretos tétricos, salvajes. Las posibles víctimas solo son Keiko y su novio, pero
se dan muchos sustos con ellos, se proyecta bastante el peligro aun así. A
ratos aparece la vampiro. El sirviente también como asesino propone su cuota de
terror y muerte, aunque haga escapar algunas risas. El filme no se oye perfecto
con la ensanchada historia familiar, pero tiene buenos sustos.
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miércoles, 3 de julio de 2019
Lake of Dracula
No es muy común ver un Drácula japonés, y eso es lo que nos
trae Michio Yamamoto. El filme es muy práctico y lleno de momentos de terror,
de sustos, de suspenso. Uno de los buenos es con una paciente de hospital infectada
por el monstruo. Akiko Kashiwagi tuvo un encuentro con Drácula a la edad de 5
años y creció con esa visión que ella creía un sueño. Pero Drácula la
perseguirá hasta su casa del lago. El ataúd llega así en una camioneta de lo
más simple. Drácula se dedica a convertir en no muertos a quienes se cruza. Akiko
y su novio, el Dr. Takashi Saeki, investigan la situación. Es un filme
entretenido, pero no plus ultra, aunque tiene su pequeña originalidad con la
aclimatación de Drácula a un japonés, pero en general parece una película
europea, la propuesta está bien occidentalizada, y esa es la curiosidad que
quería ofrecerle Michio a la gente de su país. Todo es clásico del mundo vampírico,
se ha respetado bastante la leyenda occidental. Es un filme algo lento, con su
melodrama con el miedo que siente Akiko. Es un Drácula más de terror que sensual. Tiene una atmosfera clásica, gótica, exhibe un toque a añejo, a nocturno, a frío.
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domingo, 30 de junio de 2019
Falbalas
Ésta película es una genialidad del director francés Jacques
Becker y del séptimo arte. Falbalas (1945) tiene de protagonista a un modisto
de alta moda, Philippe Clarence (Raymond Rouleau), que suele enamorar a mujeres,
pero solo como juego, aquí le dicen como comedia, como aventura pasajera sexual
y no formalizar con ninguna, para luego abandonarlas sin miramientos ni
concesiones, esperando ellas un trato distinto. Cuando conoce a la novia de su
mejor amigo, a Micheline Lafaurie (Micheline Presle), de lo más fresco busca
hacer lo mismo, y lo consigue, logra acostarse con ella, un poco forzándola con
su imponente seducción al estar medio reacia a ser infiel –pero se siente
fuertemente atraída-.
No obstante al proponer el juego, la comedia, con ella, inesperadamente
Clarence siente algo excepcional por ésta mujer, queda flechado por primera vez
en su existencia. Sin embargo la historia terminará como todo un melodrama, muy
triste. Pero viendo más atrás, la seducción es atractiva, efectiva, rápida, como
toda la película, ella luce hermosa con la cámara posándose rendida a sus pies sobre
su rostro atractivo, brillando la fémina bajo una luz santificadora, endiosándola,
aunque Clarence se porte inicialmente como un perro con ella, donde la
personalidad del protagonista será un duro golpe de realidad.
Clarence es alguien que nada en la imperfección, tiene bastante
de recriminable y así lo toma la película, no es para nada un héroe. No
obstante Clarence es un hombre de éxito en muchos campos, un tipo seguro de sí,
pero ciertamente se perpetra cruel al pasar por encima de su mejor amigo sin ninguna
pena, que lo hace desde el principio y éste -una persona de abierta nobleza y
lealtad- ni cuenta se da. También hay una historia extra con una mujer del
trabajo de la moda que yace enamorada locamente de Clarence, que fue una
antigua pareja de estas pasajeras que él tiene, pero quedó prendada ciega por
él, continuando asediándolo, esperanzada, ahí Clarence se notará insensible en
más de una oportunidad, comparando ambos devenires y volviendo a ser atacada el
aura de múltiple éxito del protagonista.
La película que nos convoca ahora fácilmente ha debido
inspirar a Paul Thomas Anderson para hacer Phantom Thread (2017). Falbalas es
maravillosa, algo terrorífica en un comienzo, y así de la misma manera termina,
con el delirio de Clarence sobre un objeto inanimado. El mundo de la moda está
retratado con maestría, no apunta a ser dominantemente femenino por convención
natural sino se percibe universal, y ni se siente, parece un contexto como
cualquier otro, aunque muy bien representado.
El filme de Becker traiciona a Clarence tanto igual que él
lo hace con la buena fe de las mujeres. Hay que notar que aunque Clarence se luce
como un galán o un romántico es un tipo aprovechado por costumbre, juega con
los sentimientos de las damas, las utiliza y las bota, aquí las mujeres no son
liberales, buscan sexo con amor. Por todo esto Becker finalmente se pone del
lado de las mujeres, y Micheline se vuelve heroica como ave fénix, aunque Clarence
termina dando pena a último minuto, pagando por sus actos sin oportunidad de
redención.
Daniel Rousseau (Jean Chevrier), el novio de Micheline,
inicialmente da la impresión con su pinta de ser un gángster italiano, pero es
más dócil que el pan, muy controlado, pero bien trabajado, aunque atípico al
uso cinematográfico. Se suele ver a su tipo de personaje más desaforado, más
torpe. Notable también que Falbalas no haga uso de un exceso de sutileza, sino
es una propuesta muy clara, evita los eufemismos, aunque es delicada como cine
clásico, nunca será vulgar. No necesitamos ver dormir juntos a Clarence y
Micheline para saber que han tenido un encuentro sexual. Pero las cosas se dicen
por su nombre, y así funciona ejemplarmente, para sorpresa de muchos. Falbalas guarda
unos minutos finales llenos de suspenso, minutos finales gloriosos para el
cine.
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