Perteneciente a Fernado Restelli, director cordobés que con
éste filme hace su debut. Es un filme sencillo sobre la vida de un padre y su
pequeño hijo, en su cotidianidad. Es una propuesta que deja apreciar una vida
humilde, es un filme social que contiene sensibilidad hacia quienes muestra, y
quienes yacen naturales, como cuando Pedro, el padre, un hombre de la
construcción y vigilante nocturno, se saca la sandalia y le llama la atención a
su travieso, intenso y tierno hijo, no le pega pero lo asusta. Esto muestra que
no se trata de quedar bien ante la cámara, sino de la honestidad del retrato
humano, porque puede ser criticable una cierta violencia latente, pero más yace
una imagen amorosa de padre e hijo, que comparten muchos momentos dulces. El
padre baña a su hijo, come con él, lo viste, leen juntos, le habla y le cuenta
cosas interesantes. Llegan hasta enseñarnos sus días de campamento juntos, y es
un filme casi de 2 protagonistas, sumando a quienes los alojan, a una mujer
robusta y su joven pareja, pero padre e hijo son el centro de la película.
Pedro escucha solitario en su trabajo las noticias económicas y políticas
argentinas, sin decir una palabra, es lo social al pie del cañón también. En un
momento Pedro se acuesta con una mujer, quizá una prostituta, y se oye de fondo
un tango cargado de vida social con la cámara encuadrando sólo el rostro de
Pedro durmiendo, relajado, es la vida en sus distintas facetas, es el hombre a
quien el ojo cinematográfico mira con complicidad y afecto, una mirada humana,
horizontal y respetuosa en todo momento. En ese trayecto Pedro mira hacia la
ciudad pensativo, silencioso, tranquilo, siempre entero a pesar de todo, con su
toque de personalidad.