El director coreano Hong Sang-soo saltó de ser un pequeño
cineasta a un cineasta muy popular para la cinefilia hardcore. Ya en la cima de
la aclamación por ésta cinefilia todo lo que hace es reverenciado. Ésta
película es una pequeña obra, un filme sencillito, austero o de bajo
presupuesto, como todos los suyos. Se mueve con tan sólo 5 personajes, un padre
de cierta edad y sus dos hijos “maduros”; y una pareja de amigas, dos chinitas
guapas. El padre parece que tiene una enfermedad terminal o habla así, como si
algo le fuera a suceder, es medio extraño, incluso puede sufrir de locura, como
se deja escapar sutilmente. Las amigas paran durmiendo juntas en una pequeña
cama de cuarto de hotel, y se percibe como un homoerotismo lésbico entre ellas,
aunque no pasan de conversar, abrazarse y mostrarse afecto muy respetuoso. Una de
ellas (Kim Min-hee) está triste porque se ha separado de su pareja, no se
especifica mucho al respecto, salvo el sentimiento que la envuelve y ciertos
comentarios hacia la ruptura en sí, no algo detallado. Hong Sang soo ausculta
las separaciones de pareja, al tiempo que parece algo auto-analítico, el padre también
está separado y hay en él una cierta definición de mujeriego o womanizer aunque
más platónico porque supone un hombre de edad o quizá un caballero a fin de
cuentas. En ese ámbito, un hotel, van paseando
los 5 personajes, interactuando un poco entre todos. El padre es poeta y uno de
sus hijos es director de cine, y se da sin exagerar lo de ser famoso y que la gente
se te acerque admirativa, mientras ellos están en su planeta, son gente humilde.
El poeta incluso llena de piropos a sus dos fans féminas, aunque luego les lee un
poema igual de extraño que él. Así también hay un dialogo entre naif, con
peluches de por medio, y algo medio místico y estrafalario entre padre e hijos,
hijos que ya están en los 40s pero se comportan a ratos infantiles, engreídos. No
pasa mucho entre un padre (Gi Ju-bong) que deambula en sus últimos días sin
pompa de por medio, dos jóvenes simples y bellas en plan lamento y consolación
como fantasía sexual velada, y 2 hijos que quieren acercarse a su padre pero están
en cierta forma perdidos, se les para escabullendo, y es una propuesta de ese
tipo, de estar ahí sin más, con los problemas en fuera de campo, pero a cuestas,
lidiando con lo ejecutado o cantado –la muerte en general, la separación
paterna, la separación de pareja-, con la tensión tras bambalinas, en el que es
un retrato común y no tan común al mismo tiempo.