Éste documental del iraquí Abbas Fahdel está dividido en 2
partes, antes y después de la ocupación americana de Irak. En la primera parte muestra
la vida familiar de su país tomando de retrato a su propia familia, hermanos,
sobrinos y cuñados. El filme muestra a ésta familia iraquí y todos sus miembros
hasta los más pequeños se ven educados, dóciles, coherentes y se muestran siempre
afecto entre sí. Los iraquíes a través de ésta familia modelo se ven
tradicionales, pero entendibles, un poco cercanos a todos, no hay tampoco cosas
muy extrañas o distintas, pero igual se siente que no son idénticos a
occidente, y se ven diferentes en sus costumbres y eso los hace un poco curiosos
y a la vez marca un poco de distancia, pero no resta humanidad, producen
emociones y sensibilidades. No se percibe odio, hablan con naturalidad y hasta
sabiduría, incluso el niño protagonista que tiene 12 años de edad, al que se le
oye bastante conocimiento político y coraje para hablarlo. El documental muestra
al pueblo, a la gente humilde, con la familia modelo de clase media o culta de guía.
Se ve la calle, el campo, lo pobre, lo social, la denuncia, el fastidio ante la
necesidad. La primera parte empieza en febrero del 2002. Sadam Husein aparece
haciendo mucha propaganda política en la tv., propaganda que la familia de Fahdel
simplemente observa y luego sabremos que callan por intimidación, miedo a represalias,
y que luego se mostraran contra él en la segunda aparte -al estar derrocado-,
por muchos abusos, diferencias sociales y asesinatos que le señalan. El
documental es nacionalista, hay mucho amor por el país y por el pueblo, pero no
está a favor de Husein, al que critican abiertamente más tarde, pero tampoco están
a favor de la ocupación americana a quienes también critican y hasta tachan de inútiles
por no darle calidad de vida al pueblo iraquí en la remodelación de la sociedad
que ellos han prometido en democracia. Hay una fuerte militarización en las calles,
están llenas de vehículos del ejército americano. Fahdel tiene un sistema de
documentación muy dotado, él filma valientemente absolutamente todo, hasta sale
a filmar disparos en la calle, mientras sus familiares hablan, hacen
comentarios inteligentes o entrevistan a mucha gente en sitios claves de
destrucción y padecimiento. Los familiares de Fahdel hacen de analistas políticos,
sociales y de periodistas. En el filme se exhibe gente que ha dejado voluntariamente
el judaísmo por el islam y se han integrado pacíficamente. Esto señala un
fuerte nacionalismo en el documental. Hay mucha novedad en el filme, hay
escenas emblemáticas, dotadas de cotidianidad. El filme defiende el respeto por
el país y aunque no comparte afinidad con Husein si de que los invasores son un
problema. En un momento una niña habla de la justicia mediante un libro de filosofía
y hace hincapié en que debería estar de lado de los iraquíes. En una escena
tradicional y potentemente religiosa un hombre viejo y ciego canta típicamente en
un mercado mientras la cámara muestra a iraquíes sonriendo. El documental
plasma que los iraquíes anhelan la tranquilidad, la cotidianidad y simpleza de
antaño, paseando por un museo de la vida clásica del país. Vemos también a un actor iraquí
de cierta edad y de poder adquisitivo hablando sabiamente, y celebrando la boda
de su hija, aquí podemos cotejar sensibilidad, sobrevivencia, modernidad y
costumbre. La propuesta da cabida a lo intelectual, junto a lo diáfano,
sencillo y claro. Se hace llamado a la cultura, al arte, y al respeto por ello.
La segunda parte empieza en abril del 2003. Un vendedor de armas pro guerrilla
amante de Husein debate con el niño protagonista, de quien en un inicio sabremos
morirá después, en medio de la inseguridad de ladrones y asesinos iraquíes sueltos
en plaza. Produce tristeza ésta muerte en especial, de un niño tan inteligente,
valiente y afectivo. La segunda parte merma un poco ante la primera maravillosa,
pero el conjunto es sólido. En la segunda parte se ve la destrucción de muchos lugares,
lo terriblemente peligroso de las calles, la militarización americana, la queja
del pueblo, todo muy bien explicado. Es un gran documental, para conocer la
mirada del que tiene poca visibilidad, el punto de vista complementario,
humano, no violento, porque finalmente el planeta es uno solo.