domingo, 21 de octubre de 2018

Sweet Movie


Sweet Movie (1974) es una película híper excesiva de Dusan Makavejev, donde supone burlarse de todo. Tiene a 2 mujeres como protagonistas en dos historias independientes, pero muy bien mezcladas en lo visual, sabiendo que Makavejev es un genio del mix.

Miss Canadá (Carole Laure) gana un concurso de belleza en el que se busca la virgen más gloriosa y para ello un ginecólogo revisa la composición y estética de sus vaginas, con el fin de que la ganadora se case con un millonario de la leche, El Señor Kapital (John Vernon). Pero tras una fallida noche de bodas producto de una sorpresa Miss Canadá termina enviada a París metida en una maleta por un culturista negro que antes tratará de violarla tras ocultarla en una botella de leche gigante publicitaria.

La locura y extravagancia de éste filme no es poca cosa, lo cual llegará a su apoteosis cuando una catatónica Miss Canadá sea parte de una comunidad anárquica donde vomitar desenfrenadamente y competir por producir la mejor caca sean los momentos de felicidad máxima orgiástica de éste grupo. Miss Canadá despertará finalmente –cosa de nada- tras sobar su rostro con un genital masculino a vista y paciencia del mundo.

El sexo es algo que a éstas alturas no presenta ningún tabú para Makavejev y lo explota en total desparpajo, frescura, sinvergüencería si se quiere, no como algo necesariamente pornográfico, sino algo extremo, irónico, extravagante, revolucionario para los estándares convencionales del séptimo arte; es el cine moderno en pleno momentum, aunque no sea un filme a llamar de demasiado estupendo, pero tampoco malo.

En una historia predomina el sexo, veremos la filmación erótica y la fantasía de tener a una mujer desnuda lúdica bañada en chocolate, con su pubis manchado sobresaliendo en la toma. Esto se mezcla con el humor sarcástico, como ver a un macho latino, a un francés (Sami Frey), pegado con alguien como si fueran perros en celo. Lo kinky (fetichista, “pervertido”) hace gala cuando un hombre es tratado como un bebé, un juego erótico extravagante. Esto no es nada, el filme no teme tocar la línea hacia la peor corrupción, como vemos en la otra historia.

Parte de la esencia de la segunda protagonista es ser pedófila, a quien vemos seducir desnuda con dulces a niños sonriendo inocentemente, toda histriónica. Ésta historia aun así es más política que la otra. El dulce es la contradicción que acompaña la perversión de ésta mujer, la capitana Anna Planeta (Anna Prucnal), que tiene sexo en medio de mucha azúcar suelta –provocando una escena con sangre, bastante estética, bella en colores-.

Ésta trama utiliza a su vez violencia, tiene homicidios a su alrededor, yuxtaponiendo una parte documental, videos de archivo (pseudo) científicos de los nazis, y en especial una terrible matanza perpetrada por comunistas. En su trayecto se hace burla de un romance socialista con una navegante que lleva una proa con el rostro de Carl Marx y un marinero soviético sacado del acorazado Potemkin (Pierre Clémenti).

El filme no es sutil en su humor ni en su construcción crítica que incluye al capitalismo con Miss Canadá, busca ser la irreverencia absoluta, la novedad en estado demencial, y aunque hace pensar en un director como Alejandro Jodorowsky a Makavejev se le entiende mejor. No obstante de que tiene mucho mal gusto eso es indiscutible. También que entretiene, como anuncia su título, con una comedia insolente.