Podría ser un filme convencional, pero la construcción
narrativa de Dusan Makavejev hace volar su propuesta más alto, producto de su
notable noción del cine y de los temas que le interesan auscultar como las
ideologías o formas de gobierno y la sexualidad en especial, a lo que suma en
conjunto perpetrar un pequeño ensayo sobre criminología.
Todo parte de una relación amorosa de gente sencilla, una
empleada de teléfonos húngara de cabellos rubios, Izabela (Eva Ras), y un inspector
sanitario o exterminador de ratas musulmán, de ascendencia turca, Ahmed (Slobodan
Aligrudic). Vemos varios momentos de cómo es bella su relación, con escenas
caseras, humildes, de felicidad. En dichos momentos sobresale la imagen de Eva
Ras sonriente desnuda con el gato a la altura del trasero.
El inicio de la relación muestra como la pareja
protagonista comparten el televisor viendo lo que parecen escenas de un
gobierno totalitario. La observación de la subsiguiente ideología está en todo
el filme, habiendo un vínculo con la austeridad de sus vidas, ella cocina sobre
una plancha y usa un cuadro como bandeja. El filme también comparte escenas
documentales de destrucción de iglesias por parte del gobierno.
El filme tiene una parte que se basa en hechos reales, en
un caso policial, escuchando en una parte documental como explican el
comportamiento de los asesinos y cuán difícil es solucionar estos casos. La
propuesta de Makavejev hace uso de newsreels -noticieros documentales-. El
estilo documental, en éste hibrido de filme, nos lleva a oír de la
sobrevivencia de las ratas. Igualmente un sexólogo en varias oportunidades
explica sobre la trascendencia del sexo, poniendo de ejemplo en especial la
simplicidad con la que se ve algo tan maravilloso como es un huevo de gallina,
que señala mucho más que un alimento. Aquí Makavejev pone en la palestra la
importancia de los temas que le gustan y se fijaran en su filmografía.
El filme combina de manera notable exposiciones
documentales, explicaciones que realzan la historia que seguimos, que tiene una
belleza cinematográfica que es cosa aparte, lo que nos lleva a una traición
forzada y a cierta elipsis final en el pozo. Ésta película trata el medio
inexplicable e impredecible comportamiento del ser humano convertido en
asesino. El filme no se regodea en la sordidez aunque a ratos es duro de ver.
Se siente una propuesta muy libre, muy estética –detrás de su blanco y negro-,
muy de composición de arte, y también una obra científica. No un filme
intelectual de aquellos que provocan aburrimiento, sino un filme entretenido e
interesante al mismo tiempo.