jueves, 6 de abril de 2023
El método Tangalanga
El método Tangalanga (2022), del argentino Mateo Bendesky, es cine comercial, entretenimiento popular, es el cine que muchos buscan tener o producir, el que reditúa económicamente, el masivo, pero también El método Tangalanga es cine imperfecto, pero porque busca cierta distinción artística en el paquete, busca tener una historia y un magma original si se quiere, y pues todo esto es bueno, porque el cine requiere estar vivo, requiere alma, calidez, existencia, y no ser un cine mecánico, repetitivo, formulaico, simplón, anodino, metódico, excesivamente banal, ya que el cine (y la crítica de cine) debe buscar enamorar, entusiasmar, otorgar verdadera felicidad a la gente, al público, y al auténtico cinéfilo, y tener éste enamoramiento como un cortejo de cierta exigencia, mirando al objeto de seducción como alguien especial, a quien enamorar una y otra vez como con aquella película con Drew Barrymore y Adam Sandler, la buena Como si fuera la primera vez (2004). El método Tangalanga no es una película perfecta, incluso por ratos luce algo mecánica, pero también tiene su originalidad, como inspirarse en un famoso y popular comediante argentino que es considerado el mayor bromista de la historia de la comedia telefónica, conocido como el Dr. Tangalanga, nacido Julio Victorio de Rissio. Aportar una comedia inspirándote en tu propia gente o en en tus propias historias sin duda es un super plus, pues le da verdadera identidad a tu producto. El método Tangalanga es una comedia, pero es sobre todo entretenimiento en general, una historia simpática, más que un lugar de grandes risas. La presentación del protagonista, Jorge Rizzi (Martin Piroyansky), es bastante obvia y básica, cuando no puede hablar bien en público, pero en lo que se inspira y se convierte es mucho más audaz, es como un especie de superhéroe que simboliza llenarse de personalidad y ser de tímido a un gran extrovertido, incluso un ser atrevido, osado, de poco filtro. Es aunque un poco volverse algo vulgar, también es ser de hábil palabra, ser hábil socialmente, ese es el superpoder. Todo lleva la curiosidad que sucede ésta transformación por lo general, en un 80%, a través del teléfono. Es también un superhéroe porque se enfrenta a los malos, se burla de ellos, como de los estafadores y aprovechados, como frente a un stand up comedy. El Dr Tangalanga divierte a la gente literalmente, la hace reír, le otorga felicidad y vida, todos fundamentos del humor y del entretenimiento. Así mismo busca arreglar su propia vida, con su alter ego y superyo, buscándose finalmente una pareja, en la recepcionista que hace Julieta Zylberberg que denota vitalidad, seguridad y alegría. El jefe y amante de ella, interpretado por Rafael Ferro, es medio como un gángster italiano sutil, el villano de éste filme de superhéroes disimulado. Éste filme es imperfecto porque a ratos luce muy austero, cae también un poco en la ridiculez y tiene una ternura saludable pero también demasiado cándida a veces. El feeling está bastante trabajado, con el amigo que hace el carismático Alan Sabbagh, quien solventa tremenda amistad. La contextualización del filme a los 60s, y todo el marketeo del jabón tiene solidez, fluye natural y lo hace sin excesos. Al Dr. Tangalanga le falta el antifaz y la capa, pero en lugar lleva bigote falso, chivita, gorrita de vendedor y lentes gruesos cuadrados. El Dr. Tangalanga es también quien tiene calle, barrio, esquina, pero va anexado a que la gente lo estima, se ríe con él y tiene debajo la nobleza de Jorge Rizzi.