jueves, 29 de abril de 2021

Notre endroit silencieux y 1970

2 películas presentadas en estreno mundial en el festival Visions du réel 2021 (Suiza).                                                                      


Notre endroit silencieux (2021)

Dirigida por la búlgara Elitza Gueorguieva. Ésta película se presentó en la sección Burning Lights, la sección más experimental del festival si se quiere. Sigue a Aliona, una chica nacida en Bielorusia, de unos 30 y pico de años, contemporánea de Elitza. Ambas viven actualmente en Francia. Ambas comparten el amor por el arte, Aliona en especial por la escritura. Aliona quiere escribir un libro sobre su padre, que ella considera desaparecido, un cierto eufemismo y negación de lo que apunta todo a su deceso. El padre de Aliona desapareció en un viaje por mar en Turquía, cuando hacia de cierto mochilero. Aliona no recuerda a su padre en realidad, tiene muy poco en la memoria, pero intenta asirse a él con fuerza. Aliona era chica cuando desapareció. Se le siente con melancolía y admiración hacia su progenitor. Ella dice bromeando que era un gángster, palabra que en la jerga afroamericana quiere decir un tipo peculiar, con harta personalidad, que deja una fuerte impresión. Aliona habla también de su país, con el cual se siente mucho vinculo, siempre yace presente en su mundo interior, que es el que de cierta manera presenciamos. Ella -en medio de su pensamiento en constante libertad en pantalla- menciona que si Bielorrusia no hubiera sido comunista -fue de 1944 hasta 1991- seguro tendría a su lado a su padre, ya que éste no hubiera tenido que retirarse del país en busca de mejor vida, hubiera dejado de ser nómade. Su madre ya pasó la página, igual su hermana, han pasado más de 20 años de que no está a su lado, pero Aliona no puede hacerlo, y la hechura de su libro -donde vemos el proceso hasta su publicación- es el anhelo de perpetuarlo, de crearle una memoria y a ella misma. Somos participes del amor de una hija, de un amor que nos conmueve. 


1970 (2021)

Dirigida por el polaco Tomasz Wolski. Premio especial del jurado (segundo lugar). Vemos animación en stop motion que ilustran a los líderes de contención, de crisis, socialistas, frente a una huelga de obreros y estudiantes en Polonia, durante 1970, a 25 años de la implantación del comunismo en éste país. Polonia fue comunista hasta 1989. Ésta huelga fue pacífica de parte de obreros y estudiantes molestos con el alza desmedida de los precios de los alimentos de primera necesidad, la escasez de carne en particular y la existencia de sueldos magros como la afluencia de largas colas para acceder a los productos. El stop motion va de la mano de harto material de archivo, imágenes privilegiadas del estado de crisis y de la huelga, una huelga multitudinaria. Además se hace uso de las llamadas telefónicas de los mismos líderes del partido dirigente durante la coyuntura, grabadas durante ésta revolución del pueblo frente al mal manejo económico del país. El filme tiene información de primera mano, es muy minucioso, esas llamadas son oro puro para entender la mente del aparato comunista de la época. Primero los cabecillas socialistas se sorprenden, pero mantienen la calma, se preocupan hasta de tres huelguistas en peligro de morir quemados, pero luego disponen de mucha fuerza militar para detener a los huelguistas; despliegan gran cantidad de armamento de las fuerzas armadas, una fuerza abismal, hasta llegar a tirar a matar y ocasionar caídos y heridos. Se vuelven implacables, se ponen brutos. Los huelguistas son pacíficos, pero yacen decididos a protestar. El partido simplemente hace uso de violencia, celebrando tener a su diestra al poder militar. Se hace alusión en los medios a que los huelguistas son enemigos del régimen, y no se escatiman encarcelamientos, a gente muy joven, aun cuando los huelguistas son gran cantidad de personas, desesperadas. Se trata de gente humilde, gente común. Es una mirada al pensamiento dictatorial; las tantas llamadas muestran a los jefes de crisis actuando en total libertad, frialdad y alevosía. Las imágenes son impresionantes, son un material de archivo notable, muestran todo. Es bastante valioso el logro de retener el hecho histórico en el tiempo, y como el cine, el arte del documental, lo constituye de forma tan poderosa. Es un retrato intelectual muy claro y descarnado, en como la imagen en sí tiene tanta resonancia, tanta fuerza, como así lo que se dice de boca propia frente a la huelga y la crisis. Es ver y casi palpar la realidad, sin tanta vuelta que dar. Solamente la imagen en stop motion se toma algunas pequeñas libertades, como cereza del pastel u opiniones de asombro ante ver el poder dictatorial en acción, el abuso de poder y de violencia, sin rendir cuentas; es querer mantener el estado socialista todopoderoso, absoluto, extremo e irrefutable; es como se perpetra el oído sordo.