Western del francés Jacques Audiard con Joaquin Phoenix y John
C. Reilly como Charlie y Eli Sisters, dos pistoleros mercenarios que simplemente
siguen el dinero y a un jefe tras bambalinas, al Comodoro (Rutger Hauer). El
filme es duro, no es del tipo del western clásico, aquí no se pretende hacer de
los hermanos Sisters unos héroes modelo, son antihéroes en toda la palabra –con
humanidad, eso sí, aunque suene contradictorio-, pero con crueldad y barbarie
encima. No obstante aun así con cierta empatía para el público. Son los
protagonistas y pueden ser muy salvajes como con Mayfield (Rebecca Root), que
tiene de feminista.
Hay una línea narrativa que luego se reúne con los hermanos
Sisters, la forman el químico Hermann
Kermit Warm (un notable Riz Ahmed) y el buscavidas romántico John Morris (Jake
Gyllenhaal) que va en voz en off apuntando en su diario su discurrir por la
vida y es alguien que ha dejado una cierta buena vida atrás, pero quiere
hacerse su propio camino; lo mismo Warm que tiene una filosofía socialista,
medio utópica y filantrópica, en contraste con los Sisters, pero que en general
la apuesta es por una vida de paz en todo sentido. El filme tiene muchos
diálogos ricos, medio atípicos al western más puro, en especial entre Morris y
Warm, que profundizan sobre la existencia en el oeste, mientras entre Eli y
Charlie hay hasta humor.
La propuesta tiene intensas y muy veloces escenas de acción,
los tiroteos son secos, inmediatos, desde la aparición de los hermanos en una
misión a un granero, pero se da poca mítica antagonista –más son estos
accesorios- o muy poco tradicional –como con Mayfield-. Los hermanos Sisters se
roban toda la mítica, se trata de su historia, de ellos, en casi la totalidad. Pero
la llevan más relajada que antaño. Luce el filme fluir despreocupado en que
tenga o no leyenda sus protagonistas, aun cuando los hermanos Sisters si hacen
mención de su reputación, al menos a Charlie le interesa y tiene de vanidad y
matonería.
El filme tiene un estilo fuerte, rudo, que puede no agradar
y lo hace a un punto un western exigente, pero también tiene escenas sensibles
o de comedia ligera; la amistad y la hermandad están muy bien definidas, son
sólidas y aportan todo el tiempo, son un eje potente, brilla la lealtad a
prueba de todo, incluso contra poder sobrevivir, ponerse en riesgo o enfrentar
criminales y cazarecompensas inmisericordes. También el filme tiene muchas
cosas impensadas, como con la araña y la fiebre o el arrebato de ambición y
torpeza de Charlie que propone algo descomunal. Tiene la propuesta momentos de
creatividad visual, como con las persecuciones a los hermanos Sisters y su
reducción de acción y estructuración a esa vera.
El sueño del padre mutilado es también muy sugerente y
fuerte, y aunque deja abierta la descripción exacta, con esto basta y sobra
para más que entenderlo y dejar tremenda sensación y mezcla de sentimientos. El
dúo Phoenix y Reilly es logrado, son creíbles, cuando no todo el tiempo son
serios o tienen acuesta el humor en su carrera y pueden perder verosimilitud,
aun cuando son muy carismáticos como actores. También la vestimenta y la
actitud sobresalen en ellos; todo es bastante natural. El retorno de cuando Eli
le cubre la espalda a su hermano de sus ex compañeros es glorioso visualmente,
y maneja la elipsis.
Lo voluble en Charlie es coherente porque a
ratos se muestra inmaduro y lo mueve mucho el dinero y la
acción; no le falta la risa sarcástica de pasar todo por alto, de la mano de su
furia, egocentrismo y rebeldía. Su sonrisa de ambición, la mirada perdida, su
expresividad de tipo loco, es notable en Phoenix. Reilly es más el lado humano,
suave, familiar, como con la prostituta o el caballo, pero es un gran apoyo y es
ahí hacia donde finalmente se dirige la película, tras enfrentar la aventura
juvenil, lo efímero, lo atrevido, que termina en golpe existencial, en la
soledad y vacío del pistolero, en cierta derrota y en la naturaleza brutal del
western moderno.