miércoles, 23 de enero de 2019

The Gold-Laden Sheep & the Sacred Mountain


Un avión –que se menciona bastante, pero que no se ve el accidente- cae en una montaña sagrada en el Himalaya y esto despierta la codicia de los lugareños, habiendo una recompensa por recuperar al piloto y mucho oro en la zona, aun cuando dicen que entrar a la montaña es ir contra lo místico del lugar y la montaña te traga prácticamente. La naturaleza toma mucha injerencia en el relato, imponiéndose, prologándose el misterio y el suspenso en el vagabundeo (y sobrevivencia) de tres grupos. Entre ellos está un pastor viejo ducho conocedor del lugar, que aunque de trato rústico y campechano le lleva ventaja al resto, además de que es un sujeto muy dinámico. Otro grupo lo forman unos exploradores muy jóvenes; y por último el criado del pastor cae por torpeza en la zona prohibida. Sin embargo aunque se trata de seducir a la montaña, convencerla, nadie está libre de perecer, por lo que es una hazaña cruzar hacia allá. Frente a fogatas de estética plomiza los lugareños y el pastor conversan sobre el oro y la montaña, folclore que se emparenta con el Perú en la adoración a la tierra. Todos yacen entusiasmados por obtener riqueza, lo piensan bastante que olvidan el respeto por la montaña sagrada. De eso va el relato, de profanación y respeto a lo místico, a la tradición. El Himalaya luce maravilloso a la vista, con grandes picos de altura, abismos, vegetación, nieve y lo salvaje. El pastoreo de ovejas, mostradas hasta el más mínimo, el detallismo en los animales, cuidados y organizados, moviéndose en grandes grupos, es algo también bello de ver. Ésta propuesta de Ridham Janve no parece muy común en el cine de India, es más cine arte minoritario, a ratos contemplativo, bastante lento y con muy poca narrativa, repitiendo y futurizando escenas, yendo mucho a mostrar estar atrapados en la naturaleza, manteniendo la expectativa de lo imprevisible, que caigan en la red de lo fantástico, visto con austeridad, sutileza y humildad. Es el trabajo de lo mínimo, aunque India es un país filosófico, ultra místico y religioso y aquí se puede ver toda esa devoción y la fuerza del territorio enfrentados a la ambición natural de los hombres.