Un avión –que se menciona bastante, pero que no se ve el
accidente- cae en una montaña sagrada en el Himalaya y esto despierta la
codicia de los lugareños, habiendo una recompensa por recuperar al piloto y mucho
oro en la zona, aun cuando dicen que entrar a la montaña es ir contra lo místico
del lugar y la montaña te traga prácticamente. La naturaleza toma mucha
injerencia en el relato, imponiéndose, prologándose el misterio y el suspenso
en el vagabundeo (y sobrevivencia) de tres grupos. Entre ellos está
un pastor viejo ducho conocedor del lugar, que aunque de trato rústico y
campechano le lleva ventaja al resto, además de que es un sujeto muy dinámico.
Otro grupo lo forman unos exploradores muy jóvenes; y por último el criado del
pastor cae por torpeza en la zona prohibida. Sin embargo aunque se trata de
seducir a la montaña, convencerla, nadie está libre de perecer, por lo que es
una hazaña cruzar hacia allá. Frente a fogatas de estética plomiza
los lugareños y el pastor conversan sobre el oro y la montaña, folclore que se
emparenta con el Perú en la adoración a la tierra. Todos yacen entusiasmados
por obtener riqueza, lo piensan bastante que olvidan el respeto por la montaña
sagrada. De eso va el relato, de profanación y respeto a lo místico, a la
tradición. El Himalaya luce maravilloso a la vista, con grandes picos de altura,
abismos, vegetación, nieve y lo salvaje. El pastoreo de ovejas, mostradas hasta
el más mínimo, el detallismo en los animales, cuidados y organizados, moviéndose
en grandes grupos, es algo también bello de ver. Ésta propuesta de Ridham Janve
no parece muy común en el cine de India, es más cine arte minoritario, a ratos
contemplativo, bastante lento y con muy poca narrativa, repitiendo y
futurizando escenas, yendo mucho a mostrar estar atrapados en la naturaleza, manteniendo
la expectativa de lo imprevisible, que caigan en la red de lo fantástico, visto
con austeridad, sutileza y humildad. Es el trabajo de lo mínimo, aunque India
es un país filosófico, ultra místico y religioso y aquí se puede ver toda esa
devoción y la fuerza del territorio enfrentados a la ambición natural de los hombres.