Newton (2017), de Amit Masurkar, es una comedia india suave,
con Newton (Rajkummar Rao), un muchacho bastante estricto consigo mismo, pero
algo perdedor. Es alguien que es enviado a que voten en una población
peligrosa, por la proliferación de guerrilleros maoístas. Newton lo ve como
tremenda obligación y quiere hacer cumplir su deber al pie de la letra. En la
zona hay un jefe militar que es el típico militar canchero (un excelente Pankaj
Tripathi), quien será el antagonista de Newton, en justo lo contrario, hacer el
trabajo de la votación como sea.
En el filme se oponen, pero sin ningún tipo de violencia –que
no sea la propia presencia tacita-, ejército con personal de votación
encabezado por Newton –un tipo bravo y obsesivo hasta la locura-. Mientras los
militares que encabeza Aatma Singh (Tripathi) cogen a los votantes casi por la
fuerza y solo quieren quedar bien con sus superiores y estos con su imagen ante
el país, Newton es un idealista que raya lo tonto y quiere que pobladores bastante
humildes desligados de la votación entiendan qué es democracia, su derecho,
deber, la potencial oportunidad de cambio y bendición. Los militares los ven
como ganado a los pobladores y poco les interesa las formas, Newton no soporta
ese comportamiento, sufre existencialmente frente a ésta situación. De esto
salen chispas de comedia, de humor negro.
Los entretelones de la votación están perfectamente
desplegados, aunque con sencillez formal, pero contienen todo el escenario de éste
tipo de eventos. El filme llega hasta la confrontación abierta entre Aatma y
Newton, en ello, el pico de la propuesta, muestra humor exagerado, pero
efectivo. El resto es suave, discreto. Presenciamos el día “típico” de la labor
del personal de votación, más con un jefe estricto como Newton. Lo que hace
todo aún más curioso –aparte del protagonista- es que están en medio de lo
natural, de lo salvaje, de cierto atraso, y encima con
guerrilleros forzando que no se ejecuten las elecciones. Los maoístas hacen
simple presencia con un asesinato y de ahí en adelante la noción de su
presencia es perpetua, pero el verdadero contratiempo de Newton es Aatma, aun
cuando los militares están para protegerlo y apoyarlo.
Aatma es astuto, aunque desplegado con la misma
inocencia que Newton. Los baches que le pone el jefe militar es lo típico que
hacen los militares dictatoriales, y en esa dialéctica entre el ideal –Newton- y
la corrupción –Aatma- está lo más trascendente de la propuesta. Es un filme
creíble, a pesar del humor, pero muy simple, de narrativa austera. Pero entretiene
bastante. No es que invente nada, todo lo conocemos, pero está muy bien ejecutado,
con lo especial –si bien es idéntico a muchas realidades, incluyendo la peruana-
de un espacio indio de pueblo perdido y peligroso. Todo es fácil de
identificar. Newton tampoco está hecho de manera redundante o burda, aun cuando
es un tipo propio de lo muy estricto. Newton aunque tiene de loser, es un tipo
también con habilidades, coherencia y trato. Newton es un muy buen
protagonista, aunque Aatma es más divertido, sin mucho esfuerzo, está preciso.