Es una historia de mentor y alumno entre Morgan Hickman (Henry
Fonda), un ex sheriff convertido en cazarecompensas, y un reciente sheriff, Ben
Owens (Anthony Perkins). Owens es un tipo valiente, terco y muy ético, pero aun
inexperto y por ello está expuesto a un oeste salvaje que puede quitarle la
vida por su torpeza. Cuando Hickman lleva un cadáver en busca de su recompensa
conoce a Owens y pronto entablan un vínculo que termina en la enseñanza de
Hickman para que Owens sea mejor sheriff, no pierda la vida.
En el pueblo de Owens hay muchos personajes interesantes. El
antagonista es el robusto Bart Bogardus (Neville Brand), un pistolero rudo que
no respeta la ley y por lo mismo tampoco a Owens, tal como un caso de bullying
en que Owens que no le teme debe finalmente vencerlo. Bogardus es una mala
semilla, una mala influencia para el pueblo. Entre lo atractivo de la hechura
del pueblo está que convive gente salvaje, propensa a la violencia que no
necesariamente son tipos unidimensionales, son sólo gente común, con personas
muy queridas, como el doctor Joe McCord (John McIntire).
El filme opta por un movimiento original, no se encasilla
con Bogardus sino lo complementa con 2 asaltantes de caminos, independientes de
su criminalidad, Zeke McGaffey (Peter Baldwin) y Ed McGaffey (Lee Van Cleef).
También en el filme hay 2 héroes, mentor y alumno. Como mentor, Hickman, es
repudiado en el pueblo por ser cazarecompensas, por preferir matar a quienes
persigue. La línea entre el orden y el pecado por llamarlo así es muy tenue,
pero el idealista Owens querrá definir la situación en su pueblo.
Tanto mentor como alumno se nutren mutuamente. Hickman le
habla mucho a Owens sobre cómo ser un sheriff capaz, lo que suele decir es
coherente, inteligente, pero hay una sobreexposición de sabiduría, se siente
que hay muchas palabras en el ambiente. Hickman también está dibujado como un
tipo desilusionado de la gente, pero tampoco lo hacen muy difícil, rápidamente
se encariña con un niño, Kip Mayfield (Michel Ray), que hay que mencionar que
es muy carismático. Por ahí pasa una línea de no odiar a los indios ni a los
extranjeros. Nada del otro mundo, pero vale su inclusión. La madre de Kip es la
actriz Betsy Palmer que todo amante del terror conoce, como la madre de Jason Voorhees.
Ésta propuesta de Anthony Mann tiene 2 líneas narrativas centrales
dadas por los héroes. Owens tiene todo para ser un héroe, pero le faltan
algunos tips, a ratos es demasiado ingenuo. Es algo gracioso cuando se
sorprende de que un criminal le dispare cuando trata de arrestarlo
pacíficamente, aun cuando está mostrando bondad como sheriff. Pero, claro,
nadie quiere que lo ahorquen o ir a la cárcel. De todas maneras es notable que
a Owens se le de mérito, aun son épocas no tan cínicas o pesimistas. El filme
tiene la magia del cine clásico, es de 1957.
Hickman no se cansa de decirle a Owens de que lo mataran
como sheriff por cómo ve el mundo y se comporta, y Owens no se cansa de
entregarle una estrella de la ley a Hickman, con lo cual es interesante notar
que lo heroico no remite al más dotado, y que se aprecia a la juventud, capaz
de influir en un viejo ducho, conviviendo dos mundos. El mensaje es bastante sano,
ser apto parte de la convicción, de creer en uno, aunque detrás, perfilando lo
que será la maravillosa The Man Who Shot Liberty Valance (1962), está Morgan Hickman,
de manera menos trágica y más participativa de Owens en el terreno de lo
salvaje.