lunes, 20 de agosto de 2018

Harold y Maude


Ésta es una película trasgresora aunque amable, con humor. Le pertenece a Hal Ashby. La trasgresión está en el enamoramiento de un muchacho en los 20, Harold (Bud Cort), de una mujer a punto de cumplir 80, Maude (Ruth Gordon). El filme no es realista, tiene un tono más de simpatía, más de diversión, más hippie como lo conocían al director. La relación amorosa es más propia de la amistad y de la reunión de dos personas extravagantes, en las orillas opuestas de la existencia, uno en la efervescencia de la vida y otra en el ocaso de la suya pero tan iguales en sus locuras y en la felicidad y empatía que sienten de estar uno cerca del otro.

Harold es un muchacho hijo de una familia millonaria que quiere que el chico deje de ser un freak y se adapte socialmente, para ello su madre, la sra. Chasen (Vivian Pickles), le prepara citas para que pueda elegir una esposa. Cada reunión con una chica especialmente estudiada termina mal, producto de que Harold tiene una fijación con la muerte, el suicidio, y suele aparecer muerto en su propia escenificación de efectos especiales. Inicialmente, en la apertura del filme, esto resulta impactante, ver a un chiquillo suicidarse con pelos y señales, ahorcarse, el tener una imagen creíble ante nuestros ojos, muy fuerte. Pero enseguida se explica que esto es parte de la personalidad del muchacho protagonista y pasa a ser un juego de la película, presenciar suicidios más vistosos que otros.

Maude no se queda atrás, también es muy excéntrica, justamente conoce a Harold en un entierro, ambos suelen ir –sin conocer de quien se trata- y al verse tanto se hacen amigos, comparten el mismo pasatiempo. Maude también es de espíritu hippie, ama el medio ambiente en particular. Tiene un lado criminal pero tomado como jocoso, suele robar autos, no se dice cómo pero igual se los lleva, y se burla de paso de la policía, algo muy hippie. La relación de Maude y Harold es sorprenderse mutuamente, simplemente divertirse. El filme a ese respecto se dedica a poner locura tras locura, es una película muy libre, casi sin narrativa. Lo que trata es de lo extravagante que son sus protagonistas y celebrar su rareza.

Harold va al psiquiatra, aparece conversando con él en varias ocasiones, hay un empeño en que sea convencional, normal, pero lo que vemos es que se acepta tal cual, como un freak. Maude es más una reacción, como víctima del Holocausto. Hay una escena que se asume el fin de un coito, pero no tiene nada de impúdica visualmente, es más ocurrente que otra cosa. Maude a pesar de que es muy vieja nunca es ridícula, punto a favor del filme en su buen manejo del personaje. Ruth Gordon yace en estado de iluminación, y Bud Cort físicamente está perfecto en el papel. También como buen filme hippie hay una ironía hacia la guerra representado en el tío Víctor (Charles Tyner), amante del ejército.