miércoles, 5 de enero de 2022

El extraño viaje


El extraño viaje (1964), del director español Fernando Fernán Gómez, un famoso actor, es una película con su costumbrismo en un pueblo chico de provincia, similar a muchos otros, de esto que se plantee una auscultación de lo nacional instalada en una época en particular. Vemos que la gente del pueblo trabaja todo el tiempo y su diversión central y general es ir a una taberna y oír música en vivo, beber, comer y bailar. En ello una chica hermosa y coqueta baila para todos ellos, los provoca a todos, mientras las mujeres por lo clásico le miran con odio desde sus asientos (y altares de proclamada decencia), molestas porque sus maridos y suponen potenciales pretendientes yacen entusiasmados, excitados con el baile sensual de la joven moderna; la bella hembra sensual los llama burros a todos riendo desenfada, al tanto de que los emociona y se portan toscos, poco inteligentes apurados por el deseo carnal, de posesión. Éste es el ambiente en que se mueven los personaje, bien cimentado, con su buen toque de humor, de ironía. El meollo de la trama tiene a dos hermanos -hombres y mujer- medios tontos, retraídos, aislados en su hogar, dominados por otra hermana que parece una bruja y que Fernán Gómez la define con los gritos que lanza a cada rato y que pueden ser un poco molestos y demasiado repetitivos. Ésta bruja es Ignacia (Tota Alba) y es una fémina de falsas apariencias, tiene un gran secreto a cuestas y ahí ella es otra persona, de donde se desprende lo típico español, aun cuando puede tener cierto ridículo a cuestas. El filme se basa en un crimen entre hecho real e imaginado; por el final ésta propuesta decae porque se ponen a explicarlo todo, punto por punto, de la manera más poco creativa, plana y simplona, pero esto durará unos 20 minutos y lo demás ya ha cumplido con entregar algo bueno y se le puede perdonar. La obra de Fernán Gómez tiene a uno de los hermanos tontos interpretado por el director español de terror, cine B y trash Jesús Franco que dígase bien que no actúa mal y se puede ver aquí también que es un loco de los bravos, un tipo peculiar, quien curiosamente recuerda aunque levemente el rostro de Peter Lorre. Éste filme se basa en una idea de Luis García Berlanga, pero aquí la dirección es muy distinta a la de él. Tampoco se puede negar que la simplificación de lo costumbrista en Fernán Gómez es bastante notable y da los mejores momentos del conjunto, generando con la chica moderna bastantes destacables escenas. La relación amorosa entre el músico y la vendedora de ropa también da buen jugo.