lunes, 13 de diciembre de 2021
The power of the dog
The power of the dog (2021), de la neozelandesa Jane Campion, es una película imponente (sin que tampoco recurra a muchos elementos visuales), una de las sensaciones de la temporada previa a los Oscars 2022, producida por Netflix. Mereció mejor director en el festival de Venecia 2021. Es una obra notable, pero no una obra maestra, porque es demasiado clara, tanto que hasta casi te deja ciego, tiene partes subrayadas, deja todo muy a la vista, como para que no hagas ningún esfuerzo de comprensión; éste exceso de explicación hace que deje una cierta sensación de ociosidad en uno, le quita magia al juego con el cine. Se extraña un poco de sutileza, espolvorearla aquí y allá, esto la hubiera convertido en una obra perfecta. No obstante tenemos entre manos una gran historia, super interesante, además de original, es un western gay, un western sin disparar una sola bala, con una temática labrada en profundidad, con mucha sustancia. Es como la continuación de una Brokekack Mountain (2005) dentro de una versión perversa. Un hombre menciona constantemente a alguien muerto hace más de 20 años, quien le enseñó a ser quien es, a Bronco Henry. Phil (Benedict Cumberbatch) dice que apesta, pero le gusta ser así. Bronco Henry le enseñó un disfraz, que en un mundo como el que vive, un western, donde se remarca el machismo y la masculinidad y la bravura y la tosquedad lo empuja a ser agresivo. Phil yace enfundado en la ira, lleno de miedo. Ha decidido apestar, esto lo lleva a ser una mala persona, un peligro y una peste para una mujer en particular, la madre de Peter (Kodi Smit-McPhee), interpretada por Kirsten Dunst, Rose. Habrá que enfrentar esa amenaza, ese gen de desequilibrio emocional, de destrucción de la paz, victima del mundo también. Rose sufrirá y como dice la voz en off en la apertura, habrá una prioridad, eso hace del filme algo rico. Cumberbatch domina la pantalla, hasta muestra escenas sensuales, éste es el único lugar donde el filme de Campion deja de ser clásico, excesivamente clásico (hasta alejarse un poco de esa gloria de antaño). Es una propuesta que nunca es vulgar, dice las cosas con gran nivel y no es elitista. Una sutileza, una elipsis, es la primera experiencia sexual de Peter, donde Peter finalmente es como dice él mismo, es alguien duro, aunque le digan afeminado, fue quien encontró ahorcado a su padre. Dunst siempre tiene cara de ansiedad, se redunda en ello pero es vital. Otra elipsis, hay algunas, es la ausencia del hermano y marido, que no lo juzgan, pero tiene culpa. Phil trata mal a su hermano, pero en el fondo no puede ni quiere vivir sin éste. Es claro que por ello odia a Rose. Phil muestra matices, es tremendo personaje, domina la obra, llega a mostrar humanidad al verse como en un espejo, el mundo tiende a repetirse. No será un western por las balaceras, pero hay gente igual de dura, digna de esos contextos, sólo que más allá de las apariencias, de las primeras impresiones, inclusive de los lugares comunes y los menosprecios. Phil apesta, pero como dice el gobernador, es una suciedad bien ganada, al ser ganadero, y le es efectivo, aunque como dice un famoso microcuento, al levantarse el dinosaurio seguirá ahí, todos los dolorosos problemas existenciales. Phil es mala persona, se burla del alcoholismo y la autodestrucción por dar una mención, pero en ésta inteligente historia él es más que eso y eso es notable en un filme, tallada su persona minuciosamente eso sí. Es un western clásico en sentido de que se repele la debilidad, pero la pregunta salta a la vista, ¿a qué costo?, de ahí salen mil respuestas y un estudio glorioso, como varios eventos claves.