Dos hermanas de mediana edad tienen un hospedaje en una zona
rural. Marta (Aurora Bautista), la hermana mayor, es una mujer reprimida, muy
devota, tiene muy presente la moral y detesta el libertinaje que trae las
nuevas épocas y en especial la gente de las grandes ciudades que vienen a
vacacionar. Cuando ella ve a una turista rubia posando al sol con los senos
descubiertos se vuelve loca y la increpa furiosa.
La empuja y termina matándola de casualidad contra un vitral,
pero ella lo atribuye a un designio divino al ver el pedazo de vidrio que la mata
con la ilustración de una espada celestial. No siente remordimiento ni temor de
represalias, cree que es justo que muera por sucia, por forajida. Verónica (Esperanza
Roy), la hermana menor es más tolerante, pero se ve influenciada por su hermana,
a quien teme, además de que la apoya en todo por amor a ella, trata de salvarla
y termina delinquiendo a su lado una y otra vez.
Éste filme de Eugenio Martín es otra película de esa gran
época del cine de género español, con la muestra de cómo los cambios a las
libertades sexuales chocan contra las dictaduras morales, aun cuando éstas 2
hermanas tienen también un alto libido y más bien están haciendo un esfuerzo
por no seguir la tendencia de todo el mundo. Marta en un momento ve chiquillos
desnudos y se excita. Para detener su desenfreno sexual corre contra unas
plantas cortándose con ellas como un flagelo religioso mientras yace encendida
en sensualidad. Verónica por su parte tiene un affaire con un muchacho, veinte
años menor que ella.
Las hermanas se dedican en doble moral, represión y
complicidad a juzgar a las turistas que creen desinhibidas o forajidas que se
alojan en su pequeño hostal y a asesinarlas de la peor manera, con gran cálculo
de deshacerse de sus cuerpos. Todo tipo de arma punzocortante les sirve para sus
crímenes, junto con grandes toneles de vino y hornos para ocultar o destruir los
cadáveres. El filme es un poco monotemático, pero funciona bien, con estas
hermanas que creen que hacen justicia, mostrando un tipo de locura. El filme en
ese sentido exagera un poco, pero estamos frente a una película de terror, y
una buena.
La trama hace de un sitio rural acogedor, de tipo clásico, tranquilo,
una trampa para turistas que vienen con todas las ganas de aventuras sexuales y
diversión. Hay también muchos desnudos, bonitas tetas como las de Esperanza Roy,
o la exhibición de unas nalgas de algún cuerpo caído por un cuchillo, abundan
como típica película española, siendo menos clásica que otras propias de su
época. El filme aborda un tema bien español, la libertad sexual, el
libertinaje, las dictaduras, mediante un uso moderno del género, con llanos y
directos asesinatos, cero sobrenaturalidad. Judy Geeson hace de investigadora y
le aporta un cierto toque de cine B, mientras Lone Fleming, la esposa del director,
se exhibe con desparpajo como turista hedonista. Aurora Bautista y Esperanza
Roy son un gran dúo terrorífico.