Ceremonia sangrienta (1973) es un clásico del cine de terror español, dirigido por Jorge Grau, propio de la mejor época del cine de género de su país. Tiene varias ideas de terror en movimiento hasta converger en la leyenda de Erzebeth
Bathory, llamada La Condesa Sangrienta, que interpreta Lucia Bosé. Es un filme
que intenta hablar/mostrar lo sobrenatural, con el vampirismo, pero se trata en
la trama de supersticiones en realidad, tanto como de un asesino en serie. Es
un filme que tiene una gran atmósfera, visualmente cumple a la perfección, con
aldeanos enojados con antorchas, carruajes con hombres siniestros, juicios de
cacería de brujas, un castillo donde de un hueco del techo cae como ducha la
sangre de las víctimas o una ama de llaves tan sabandija como la de Rebecca (1940)
que le habla a la señora de la vida eterna, la belleza y la juventud, a través de
bañarse con la sangre de mujeres. Es una historia como de una banda criminal,
con gente influenciada por el entorno y por sus fuertes deseos, pero también de
gente con acercamiento natural a lo perverso sin razón alguna, como cuando una
vieja anuncia que tal persona es el demonio en persona. Lucia Bosé muestra
mucha seriedad, en un porte aristocrático, tiene una faceta dura, pero también
en otros ratos lucirá cabizbaja como con las visiones de las muertas, con lo
que le persigue la culpa. El final es brutal, desde ese pequeño rato glorioso del
terror con el aparato de tortura, tan minucioso, semejante al momento de la
quema de una cabeza humana hasta derretirla. Espartaco Santoni hace una escenificación
de culto, así mismo la bella Ewa Aulin como una aldeana y una fémina sadomasoquista
y ambiciosa debajo de su piel de cordero.