Secuela que está a la altura de la primera que estuvo
genial; dirige nuevamente Brad Bird, quien también se encarga en solitario del
guion. Los superhéroes son ilegales y unos ricos empresarios, Winston Deavor (Bob
Odenkirk) y Evelyn Deavor (Catherine Keener), dos hermanos, quieren volverlos
legales, para lo que contratan a Elastigirl (Holly Hunter) para con ella hacer
una buena publicidad y lograr revertir la imagen pública de los superhéroes. Mientras
su súperesposa está afuera Mr. Incredible (Craig T. Nelson) se encarga del
hogar, de cuidar a sus tres hijos, que incluye a un bebé con 17 súperpoderes.
Es un filme familiar, muy entretenido, con sus buenas escenas
de acción y su humor por todas partes, pero que deja ver una historia, que no es
una comedia. Hay mucha aventura. El malvado Screenslaver tiene una excelente
escena de acción enfrentando a Elastigirl, que no tiene nada que envidiar a una
cinta live action; es más, parece que la copia al milímetro, así igualmente el
filme tiene muchas escenas serias y típicas del cine americano, emula muy bien
la realidad. También hay ternura en los personajes de la familia, que le da un
plus al producto.
Es un filme que tiende a lo cotidiano, aun cuando hay cosas
extraordinarias, como súperpoderes y peleas con harta destrucción de
infraestructura –asunto por el cual escogen a Elastigirl en lugar de Mr.
Incredible-. Esto es lo mejor del filme, ese gran convivir con lo común, con el
padre cuidando de su hijos; con una hija enfrentando la adolescencia, el querer
tener un novio; con un padre que demuestra no ser machista y cuida de su hogar,
mientras su mujer es la heroína y tiene el trabajo que él tanto ama. Se nota la
unidad familiar en los protagonistas, haciendo todo por el beneficio mutuo, por
amor, aun cuando hallan enojos. Es un filme que así trasmite harta empatía y
tiene una buena historia.
El filme es un poco como The Dark Knight (2008) en su
argumentación contra el sistema aunque con su propio discurso –alrededor de la
flojera, pasividad y falta de emprendimiento de la gente-, que tiene una simple
refutación, que la familia Parr o Increíble son pura bondad y ven desinteresados
por el bien de los demás, aman cuidar de la gente, aman servir, aman ser
superhéroes, aun cuando saben que su familia es importante y tienen que
cuidarse –ver por los pequeños- o que lo común pueda verse afectado, pero su
naturaleza altruista los moviliza y ahí forman su unidad familiar. Mr.
Incredible es un poco un niño grande y así es el filme también, como con el auto
deportivo del superhéroe. Pero a la par vemos la moto de Elastigirl; en ambos
géneros hay una personalidad potente. También la animación es muy carismática.