lunes, 26 de febrero de 2018

Last men in Aleppo


Éste documental es impactante y devastador, es terrible ver como sacan bajo los escombros bebés muertos, inertes, llenos de polvo, marcas de impacto, algo de sangre, fríos; la sensibilidad que te toca es alta, como humanidad esto no debería suceder, y lo peor que se repite en varias oportunidades en el filme y esto no es nada comparable a la cantidad total de muertos en el país, de gente que pierde en especial a su hijos pequeños, niños inocentes de todo conflicto, porque en Siria hay una guerra civil, con insurgentes que luchan contra el gobierno de Bashar al-Ásad que envía aviones a bombardear las ciudades ocupadas por el bando contrario, y caen muchos civiles muertos ante el ataque indiscriminado.

El documental de Feras Fayyad, ganador del máximo premio en el festival de Sundance 2017, no nos habla de las razones del conflicto, tampoco de porque el gobierno ataca Aleppo, sólo se señala odio hacia el presidente Bashar al-Ásad por sus acciones. El documental más que en bandos se enfoca en la parte humanitaria, en la destrucción de la ciudad, en los continuos e implacables ataque aéreos, de aviones rusos también, y en las muertes, en esa dureza que ocasiona desenterrar cadáveres cada poco tiempo tras un bombardeo, los que vemos de forma privilegiada desde que pasa el avión, deja caer las bombas y se ilumina la ciudad y se eleva el fuego, va quedando en ruinas.

Este documental es respetuoso de lo que muestra, es un documental muy serio, aunque de explicación elemental, se trata de la muerte de gente común, de niños y bebés, que vemos en toda explicites y crudeza, cuando son sacados sin vida de los edificios derribados. El documental es de una gran factura, estética, con una narrativa solvente y por su composición, no es un simple documental, tipo los reportajes televisivos periodísticos nacionales. Éste documental va directo al punto, pero está muy bien elaborado.

Se siente un poco como propaganda, cuando vemos arengas contra el presidente actual sirio, pero tiene una empatía humanitaria que está por encima de todo, esos niños muertos realmente duelen, es difícil ser indiferente. También resulta lógico por lo que vemos que sientan odio hacia Bashar al-Ásad por los ataques aéreos, sea la razón que tenga.

Last men in Aleppo (2017) sigue a los cascos blancos sirios, rescatistas voluntarios que buscan sobrevivientes tras los bombardeos, en particular a 2 cascos blancos. Uno es un jovencito soltero llamado Mahmoud, pero se enfoca más en Khaled Umar Harah, que siempre está positivo a pesar de todo, ama Aleppo y no quiere dejar la ciudad, por más que su esposa se lo pide y tiene hijos pequeños. Khaled es joven y una pizca de travieso, como cuando se pone a jugar futbol y un compañero le destruye la pelota. Los cascos blancos también son punto de los ataques aéreos, por ello el asunto y el voluntariado es serio.

Seguimos en toda la película el andar diario de ambos rescatistas. Mahmoud va a un matrimonio y nos dice como la gente sigue hacia adelante como sea mientras las muertes siguen acaeciendo. Todo esto le parece increíble, extraño, un mundo contradictorio, pero así es la humanidad. El presente documental te pone la piel como gallina hasta el último minuto.