martes, 13 de febrero de 2018

El loco del pelo rojo (Lust for Life)


Película de Vincente Minnelli, sobre la vida de Vincent van Gogh (Kirk Douglas). Douglas le da mucha dignidad a un personaje que aunque fue un genio de la pintura en vida fue más bien un perdedor, además de un tipo considerado desequilibrado. En la película dicen de él los pobladores que es el loco del barrio, pero Minnelli muestra toda la complejidad de van Gogh. Se menciona que sus cartas estaban repletas de pasión, emoción y una sensibilidad muy grande, como también que van Gogh se dedicó a predicar la palabra de Dios en la zona más marginal, y vivía con los mineros más pobres de la misma manera, sin ninguna ventaja o privilegio.

El van Gogh de Minnelli es un genio atormentado, no se percibe que dude de su arte, sino que vive de epifanías y apasionamientos, los cuales lo conducen a una crisis y a un empeoramiento de su salud mental, que tiene como uno de sus puntos picos el famoso cerceno de su oreja, lo cual tiene de discutible y misterioso en la vida real. Aquí en la película se atribuye a la versión más típica, que fue producto de un arrebato del propio van Gogh.

El personaje de Paul Gauguin (Anthony Quinn, que ganó el Oscar) da momentos muy ricos de interacción, no es muy extensa su participación, pero provoca mucha intensidad, se le pinta de un tipo salvaje (lo admite y se vanagloria), solitario, frío, duro, rudo y hasta antisocial y mal padre (de todo esto demás no quiere hablar), lo cual hacen ver a van Gogh más normal de alguna forma. Deja duda de que pudo ocasionarle en una pelea la extirpación de su oreja, por como es el personaje de Gauguin en el filme que por lo que vemos del hecho en sí, que queda precisado en el propio acto loco, desesperado y crítico de van Gogh ante la lejanía del amigo y ser admirado. También la interacción con el temperamento de Gauguin provoca un diálogo analítico sobre la violencia en la existencia de van Gogh, que es un tema interesante, visto que el pintor holandés tendía también a enojarse, a gritar y a discutir. Mucha gente lo marginaba por ello, aunque se ve en gran parte que el van Gogh de Kirk Douglas no deja de tener una clásica empatía y simpatía propia de la mayoría de los protagonistas.

Minnelli aunque le otorga dignidad a van Gogh, y Kirk Douglas lo realza en mucho, tampoco evita mostrar el lado perdedor y derrotado que siempre acompañó a éste genio de la pintura, como cuando van Gogh pretende a su bella y joven prima viuda y ésta lo repudia. Finalmente van Gogh termina teniendo por pareja a una sencilla lavandera madre soltera. El filme muestra la obsesión de van Gogh por la pintura, en esto no caben dudas, van Gogh se esfuerza, vive cada motivo de su obra, se ve como surgen sus epifanías y entusiasmos, se entiende qué lo mueve, y se explica un poco su estilo y búsquedas. El filme propaga y enaltece el lado genio de van Gogh, haciendo un contraste que tiene de real, y que justifica la dignidad que presenta.

El trato con su hermano Theo (James Donald) no puede faltar, queda también muy delineado el amor y la paciencia que le tenía Theo, su ayuda y respeto. En esto Minnelli muestra todo puro e ideal, Theo es un gran hermano, y van Gogh lo ama y muestra agradecimiento. El filme exhibe una relación muy limpia y natural. Pero no se magnifica tampoco la ayuda. Van Gogh demuestra que puede manejarse, aunque su apasionamiento le cobra factura. En todo el filme hay una línea que habla de los tantos defectos del pintor holandés, pero no  se hace escarnio de ello, siempre hay respeto, sensibilidad, tino y humanidad. Minnelli no necesita del golpe bajo ni de la exageración, hay clímax sí, pero efectismos baratos no. Hay delicadeza, pero también franqueza en mostrar a van Gogh, en un tono clásico, inteligente y amable.