Un grupo de travestis se guarecen en esta casa, aquí son
enteramente libres del escrutinio público, del rechazo, de la contención, les
enseñan a ser mujeres, y muchos visitantes del lugar los ven así, como otro
prototipo de mujer. Pueden contar historias, cambiarse el nombre, hacerse
seducir, mostrar engreimiento, inventar un disfraz. Por esa noche que se hallan
en el lugar son como parte de una película dirigidas al placer de ellas. Es lo
mismo que hace la directora chilena Camila José Donoso en su segunda película,
ahora en solitario, embelesada con su tipo de vida e idiosincrasia. Entabla una
comunicación con los transexuales, donde abren su mundo al espectador, no sólo
sus frustraciones y miedos, también sus fantasías.
Roshell Terranova es la dueña del lugar, una pionera de
estos nightclubs gays en México (tiene 51 años), señora de una guarida y escuela,
una respetada casa de diversiones para cortejar y acostarse con los travestis, llevarlos
a un cuarto oscuro al que no llegaremos a entrar. Hay que recordar que se busca
en una medida lo estético y cuidado, lo simpático, no lo vulgar. No obstante no
sin veracidad y autenticidad. La casa no es muy fastuosa, yace más oscurecida
en sus detalles, vemos sobre todo rincones, espacios reducidos. Sin embargo antes
de ir al cuarto oscuro fingen ser seductoras y provocativas damas en algún
lugar exótico en medio del planteamiento de un romance pasajero. No falta un
halo de irrealidad, de adaptación imaginaria, pero al mismo tiempo de
convencimiento. Los invitados o clientes hacen de caballeros, algunos se
consideran aun heterosexuales, aclaran que tan solo están tras distinto tipo de
mujer, de otra forma de belleza y feminidad; otros son más llanos y realistas,
se confiesan bisexuales.
Vemos pocos hombres en el lugar, algunos clientes también
son en otros lados travestis o tienen doble vida. El filme muestra el hábitat,
su lugar de confort, Roshell es como una maestra, en sí el lugar es un
espacio de aprendizaje, de aceptación, de ilusión, de creación. Pasar de la T a
la X. Es dejar atrás con trucos el cuerpo masculino para convertirse en la
fantasía e ilusión de ser mujeres. Muchos travestis son poco agraciados a la
vista, son los tímidos, tienen una vida afuera que los intimida, o esa es una
de las historias tipo de la casa, quizá simplemente interpretada para la
cámara. Roshell y su séquito enseñan seguridad, a sacar de adentro de ellos belleza.
Al inicio del filme vemos toda la operación física, el largo trabajo de pasar
de hombre a mujer. Maquillaje, peluca, vestuario, fajas, zapatos altos,
adornos, etc. El rostro duro, rudo y áspero pronto se torna en la gran sonrisa,
los mimos, los gestos exagerados femeninos y la coquetería. La casa Roshell propone adoctrinamiento
político, talleres de personalidad, aderezado con comedia, un decálogo dentro
de un stand up comedy, y musicales con playback, además. Casa Roshell fue parte
de la sección Forum, del festival de cine de Berlín 2017.