Con una estética de lujo y una producción de primera ésta obra india, mitad película de terror mitad película fantástica, tiene una
historia trepidante y muy entretenida, alrededor del folclore nacional siendo
India un territorio de grandes mitos, muchos dioses y misticismo. Ésta
propuesta tiene una potente parte visual de terror, primeramente con la
presencia de una abuela maldita encerrada en pasadizos lúgubres, que tiene un
aspecto de cadáver, de bruja y de monstruo, cuidada por su familia en una
mansión que guarda una gran historia que involucra a un demonio, un dios e hijo
maldito, rechazado, marginado, una cantidad inagotable de monedas de oro y contagios de maldiciones al simple toque
del hambriento demonio.
El filme debut de Rahi Anil Barve y Adesh Prasad tiene una
velocidad narrativa increíble y cada parte de su mitología está contada de la
mejor manera, hilando y aumentando la información sobre el útero de una Diosa
que es como una bóveda del infierno donde el ambicioso protagonista se interna
en busca de tesoros. Es una obra llena de aventuras, con una visualidad
imponente, con su toque de terror fuerte, girando alrededor de estos encuentros
con lo oscuro y sus maldiciones con cuerpos encendidos en fuego, mientras
presenciamos al vuelo algunos hechos históricos y el héroe pasa de niño a
hombre y de hombre a su hijo.
Es una película que sabe explotar a plenitud la mitología del
demonio y las monedas de oro, creando siempre novedad a su diestra, pasando a
completar una figura de a pocos. Tumbbad es pura acción, un cine comercial
audaz, toda una experiencia. No se trata de grandes argumentos, salvo lo mitológico,
sino de mucha aventura, de grandes emociones. Se hace mucho uso del detalle hasta
en la más mínima creación, proponiendo un mundo autosuficiente en sí mismo que
es la exuberancia estética. Todo tiene un aspecto embellecido, con unos efectos
visuales, digitales, gloriosos. India demuestra que tiene todo para hacer cine
en grande, cine masivo de entretenimiento, capaz de competir con el mayor
Blockbuster.
Su terror no da miedo, no va por ahí, pero tiene harto encanto,
cada pieza brilla por su notable imaginación, la mitología india del filme es
muy rica y su materialización produce entusiasmo. El dramatismo está en su
punto, cuando su cine tiende a exagerar y ahí radica su habitual falla. El
filme tiene una tosquedad en el comportamiento de sus personajes que va acorde
con su poderoso ritmo, con su narrativa bajo la orden del impacto.
Tiene también una notable picardía aunque prima un mundo
masculino, de hombres bravos, donde un niño se permite seducir a una mujer, a
la amante de su padre, a la que le promete riquezas y un futuro matrimonio ante
la sonrisa irónica y descreída de la hembra deseada, en un rito de sucesión. Pronto
el niño hace a un lado a la madre mostrando el lugar que pronto va a ocupar en
la sociedad. Los padres azotan a los avispados hijos, es un lugar no muy políticamente
correcto. India propone sus propias reglas cinematográficas, su universo, y
consigue entretener en grande.