Es una película autobiográfica basada en la novela y vida del
escritor rumano Max Blecher, sobre la existencia de Emanuel (Lucian Teodor Rus)
y su enfermedad, la tuberculosis a la columna vertebral, y su estadía en un sanatorio
junto a la costa del mar negro. Dirige el rumano Radu Jude. En el filme vemos
el pase del dolor a la felicidad -aun en un hospital- hasta el retorno del
dolor, es esa forma de vida que nos mantiene en la tensión. Emanuel para echado
en camilla, con yeso en su pecho, no puede moverse con libertad, pero tiene amigos
-en su misma situación- y hasta una bella y sensual pareja. Emanuel se
divierte, bebe, tiene sexo, bromea y celebra la vida aun en su estado.
El personaje de Emanuel está hecho para trasmitir a flor de
piel sus pensamientos y emociones, es un tipo muy expresivo, lo vemos lanzar
unos gritos horribles de dolor en su tratamiento, y hacer el tonto de forma descarnada
con sus imitaciones. El filme muestra el lado desagradable y molesto de su tratamiento
en un sanatorio para gente privilegiada, pero que tiene una infaltable
infraestructura de fealdad y tristeza. El movimiento restrictivo de Emanuel
hace del filme uno de cierta originalidad, lo vemos comer o fumar estando en
forma horizontal, esto habla del seguir adelante a toda costa y tratar de hallar
momentos felices. Emanuel brilla por sus pensamientos, lee y discute las ideas
de los filósofos rumanos y sobre la Alemania a puertas de la guerra, estamos en
1937.
El filme en una primera parte muestra la monotonía del
sufrimiento, luego pasa a la fiesta y al olvido de la enfermedad de cierta manera,
pero el dolor va y viene para hacer sentir la debilidad humana, su cariz pasajero
y la injusticia del llamado destino, aunque al tener dinero Emanuel tiene
facilidades como salir del sanatorio llevado en camilla a visitar a su amada. Emanuel
es un tipo muy particular para su tiempo, en cuanto a su relación con Solange (Ivana
Mladenovic), le permite la libertad sexual, tiene una relación sin ataduras,
pero quiere casarse con ella. Emanuel es judío, pero no uno estricto, permite
la introspección de su propio origen. El filme tiene cierto aire intelectual,
que se mezcla con la tontería, porque vivir exige eso. Emanuel tiene
consciencia de su posición social, mermada por su enfermedad, quizá por ello es
más humano que los de su propia clase, pero también se ve relajo en sus
semejantes.
Vemos a un ratón trepar sobre el pecho del protagonista
señalando la peste y la muerte en la que se vive a pesar de la búsqueda de
paliativos y un lugar cuidado, o a una mujer gritar como una loca negándose a
continuar con el sexo permitido, es la perenne dificultad de la situación, pero
reflejando la rebeldía de algunos aun en las peores circunstancias, el filme
tiene éstas pequeñas ocurrencias, acompañadas de humor, pero dentro de cierta
significación. No obstante mantiene una línea narrativa en general común. El
centro del filme es la parte más digerible y entretenida, que tiene un pequeño
toque de ridículo que no le afecta mucho. Pero también es a ratos un filme
exigente, por su lobreguez y su más de 2 horas de duración.