El director de ésta película, Elia Kazan, tiene joyas como Un
tranvía llamado deseo (1951), On the Waterfront (1954), Al este del paraíso
(1955) y Esplendor en la hierba (1961). Baby Doll (1956) es otra muy buena
película suya, tiene 2 líneas narrativas, placer/amor y negocios. Archie Lee
Meighan (Karl Malden) es un tipo bruto y con cierto halo infantil, un tipo propenso
al alcohol que se ha casado hace 2 años con Baby Doll (Carroll Baker) que en 2
días cumplirá 20 años y perderá su
virginidad o eso espera Archie Lee que muere por ella, pero ella lo maltrata,
siempre le está recriminando la vida que llevan, como los muebles que les
quitan por falta de pagos. Archie Lee es acusado de incendiario por quemar la desmotadora,
una máquina para separar la fibra de algodón de sus semillas y vainas, de su
competencia, el terrateniente siciliano Silva Vacarro (Eli Wallach) que lo ha
venido a perseguir hasta su casa.
Ésta película es una adaptación de una obra de teatro de Tennessee
Williams que se encarga del guion y, desde luego, no faltan las vidas
maltratadas y los choques en las relaciones sentimentales, en especial para Archie
Lee, que llega a ver como Silva enamora a su esposa, una muchacha del tipo de
una lolita, una muchacha que despierta
sensualidad a su paso, desde que la vemos dormir en una cuna y chuparse el dedo
hasta el camisón de dormir que lleva encima y quedaría inmortalizado por ésta
película, que en un inicio se resiste a Silva, con un Eli Wallach como un
latino seductor y que recuerda físicamente a Pedro Infante.
El filme tiene escenas de persecución muy logradas, desde
cuando Silva trata de sacarle una confesión a Baby Doll de que su marido es un
incendiario, y en el camino la va seduciendo. Baby doll es una mujer fácil, desesperada
de que la alejen de Archie Lee, que preocupado en hacer dinero para ella llega
a cometer el error de abofetearla cuando ella quiere prevenirlo. Es una
película muy pícara y de humor negro, por lo que los exabruptos, audacias y
sorpresas están a la orden del día, con un Archie Lee torpe hasta la medula. El
filme se presta para lo lúdico, con una seducción de corte teatral, donde
abunda el diálogo, en dos largas ocasiones en especial, hasta cuando Silva
corretea a Baby Doll en la casa donde él juega a los fantasmas, con una
limonada como afrodisiaco.
Baby Doll tuvo cierta censura, la sentenciaron de muy
sensual o atrevida, por señalar el deseo abierto de una infidelidad y a una jovencita
voluptuosa a la que los vecinos no se le resisten, pero vista en la actualidad
es una película clásica, elegante, aunque típica de lo rural, del sur
americano, del Mississippi, con personajes rústicos, muy simples, con su buen
toque de picardía y en la sugerencia, con su sarcasmo, pero para nada en lo explícito
o vulgar. Es una propuesta que tiene mucha intensidad, movilidad, frenesí, hay
un cierto deseo de ser irreverente, con pequeñas audacias como con la tía de
Baby Doll que vive con ella, Rose Comfort (Mildred Dunnock), que visita a las
moribundas en el hospital para comerse los dulces que les regalan. Es un filme donde
el marido es el malo de la película, pero se siente por él cierta pena, quizá
porque en parte se le idiotiza, se le muestra medio perdedor, pero dándole cierta
dignidad propia de los perdedores que suele imaginar la obra de Tennessee
Williams.