lunes, 20 de marzo de 2023

Sputnik

Éste es el debut (el 2020) del ruso Egor Abramenko y está en proyecto su segundo largometraje. Es una película sci-fi y de terror. Tenemos muchas sorpresas en el filme y buen manejo del contexto histórico, mediados de los 80s, estando no muy lejos el fin de la URSS. El filme se contextualiza en la Unión Soviética, con la caída de una nave espacial rusa que yacía alrededor de la tierra y que trae un ente alienígena del espacio. Éste es un filme comercial (ruso), que tiene algunos momentos vacuos propios de ello, como momentos que lucen algo mecánicos, y momentos de show o de supuración de histrionismo, muy conocidos por el cine en general, pero es bastante interesante asumiendo la investigación sobre un astronauta ruso sobreviviente del colapso -que va desde el comienzo del metraje hasta el final- y con él se van deduciendo cosas, como a través de la medicina y la ciencia y eso va al servicio del terror. Es un filme estructuralmente fácil de seguir y entretener, el que es innegable que es notable, que tiene su curiosidad, inteligencia y cierta audacia. Cada hallazgo que describe al ente extraño del espacio es atractivo y bien fundamentado. En la trama tratan a los astronautas soviéticos como héroes, y al astronauta en cuarentena se le analiza en ésta obra desde cierta amoralidad que es parte importante y bien trabajada en la propuesta, no por una vía política sino humana. La protagonista o heroína, la Dra. Tatiana Klimova (Oksana Akinshina), tiene una historia de identificación con quien es el astronauta estudiado, Veshnyakov (Pyotr Fyodorov), quien es un tipo engreído y es visto como un galán de paso en repetidas ocasiones (esto es trabajado muy superficialmente, funcionalmente). La Dra. tiene carácter (el filme la describe más o menos así: la gente inteligente es profesional, pero no sigue ordenes, sino entendimientos) pero también muestra sensibilidad; un éxito la diversidad de emociones que proponen los personajes. El filme tiene gente que se descubre cínica y mentirosa sin caer en el cine rutinario, desde habernos engañado o convencido, o gente que cambia de actitud o maneja ambigüedad (excelente en particular el personaje de Yan y la actuación de Anton Vasilev), lo cual no es tan habitual de ver en el cine comercial. Los personajes se rigen mucho a ejercer novedad, es una película de novedades constantes, novedades sólidas, desde el cine de género, desde el entretenimiento sin complejos. El filme es claro, su inteligencia trabaja con la diafanidad, su novedad está al servicio del entretenimiento pero al mismo tiempo es interesante. Es un filme por momentos humilde, y en otros, mayormente, muy competente, tiene muy buenos efectos especiales, cómo maneja al ente extraterrestre es bastante loable. Éste parece un Gremlins más austero, pero se metamorfosea un poco o su cuerpo es plástico, cambia de volumen y su posición física ejerce notorio cambio estético, a ratos parece un animal salvaje, en otros un humanoide. La historia trabaja alrededor de la simbiosis y del parásito, todo lo explica muy bien; la trama y la doctora rusa protagonista yacen continuamente estudiando al ente, es como un relato dedicado a ello, siempre de la mano pensando-palpable en estar en un ambiente distinto, en la tierra, donde nos centramos en el ente raro y en su consistencia y violencia biológica, presenciamos una interacción humana-extraterrestre desde lo científico, pero al mismo tiempo hay buen terror, excelentes escenas de acción y de ciencia ficción, todo lo intelectual digamos está al servicio de lo visual y del hedonismo, es cine comercial y cine de género inteligente y sin ser oscuro o exquisito. Para los amantes de la inspiradora y magistral Alien (1979) va a ser tremendo goce éste filme, que tiene su propia personalidad y originalidad.