domingo, 12 de marzo de 2023
Everything Everywhere All at Once
Ésta película es mi apuesta por que se lleve el Oscar 2023 a mejor película. Le pertenece a Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Esto es hollywood por la puerta grande, el cine americano más popular y representativo en plena gloria. Es hedonismo a la vena, es felicidad en estado puro, es optimismo sacrílego. Es un filme que no teme ser ridículo, es abiertamente ridículo en muchísimos momentos, es en mucho una comedia sin vergüenza de serlo, siendo bastante tonta en bastantes ratos, pero mientras ocurre juega con la ternura y la inocencia en esa trasgresión, empatía colectiva pop marca de la casa, de Hollywood, si bien Hollywood es muchas cosas, o mejor dicho el cine americano es muchas cosas, es muy diverso y abarca prácticamente todo cuando se le expurga, hay para todos los gustos, pero el cine americano pop es el más masivo e internacional, el que está prácticamente en todas partes (como invoca el título de la película), el más dominante, y busca ser sobre todo entretenimiento, otorgar simple y llana e importante felicidad y en todo esto éste filme se arroba lucidez y coherencia, aun cuando intenta responder la complicada e imposible quizá pregunta del sentido de la vida o como dice el filme, ya llegará más adelante la respuesta, mostrándonos que siempre caeremos en ser diminutos y estúpidos frente al inconmensurable saber del universo, porque se clama que hay finalmente saber y no sinsentido, aun recurriendo a mucho de aquel. Ésta propuesta busca darnos opciones frente a la poderosa frustración existencial, el recurrente dolor y la "eterna" derrota, aludiendo incluso que la felicidad efectivamente es pasajera y vuelve muy seguido a no tener sentido la vida producto de que las frustraciones, el sufrimiento y las derrotas muchas veces llegan a ser demasiado. Es un filme que es plástico con el absurdo y la extravagancia, invoca el cine japonés más freak, o la originalidad y libertad del universo del anime, es como emular el mundo de los Power Rangers como hegemónico, es extremadamente abierto a caer en cierta idiotez, pero siempre termina a fin de cuentas dentro de lo lógico y entendible y hasta incluso sabio de a pie, aun cuando trabaja con la ciencia ficción, con el multiverso propio de nuestra época (si bien se impone el comercial), porque todo tiene pasado y se puede rastrear, pero el multiverso está en toda fuerza pop en ésta contemporaneidad. No obstante los Daniel´s hacen lo que no logran los ubicuos superhéroes, arrasar en las premiaciones nacionales y tener grandes posibilidades de llevarse el anhelando Oscar de mejor película, aun cuando es una película que tiene mucha osadía para articular cantidad de ridículo abiertamente, con lo que muchos tipos serios y remilgados rehuirán identificarse por ello con ésta propuesta. Pudiera parecer un filme no muy serio para premiar pero sus continuos razonamientos muy inteligentes y prácticos o útiles y cercanos dentro de un paquete de original sci-fi y comedia boba y muy visual con mucho manejo de lo inicialmente absurdo la hacen la mejor opción a la hora del balance, pues es una fiesta del Hollywood más popular, un grito de identidad sobre el hacer entretenimiento mundial y es una obra con mucha originalidad, ese manejo del absurdo convertido luego en sabio de a pie no tiene pierde. Es dentro de todo un filme muy inteligente, mediante respuestas directas y claras, cuando en realidad está respondiendo a la imposible pregunta filosófica del sentido de la vida, de como tener amor por la existencia frente a revertir dolor y derrota, y aunque se preocupa por la diversidad sexual plantea como centro a la familia tradicional, justifica personalidades, da sentido a la bondad, y es como aparentar tontees y ser como el marido, realmente astuto y fuerte. Es también un viaje de vasta creatividad con su metaverso intenso, esperpéntico y rocambolesco, y su calidad de Matrix cómica. También hay que notar que tenemos a una familia asiático-americana que se maneja muy bien en el cosmopolitismo, con actores en estado perfecto, no temiendo el ridículo y mostrando empatía y buen dramatismo en otros ratos, proponiendo buena diversidad en sus performances. Muy bien Michelle Yeoh, Jamie Lee Curtis y todo el reparto. Lee Curtis hace por momentos de la némesis y es hilarante como una mujer mayor solterona de amplia panza que se encarga de cobrar/calibrar los impuestos -con condecoraciones de por medio que son muy parecidas a objetos sexuales, que luego incluso se explotarán así en la trasgresión-. Ésta comedia entre Yeoh-Curtis sucede cuando se mezclan dos diferentes planos y salta a la realidad el personaje de Lee Curtis tras Yeoh entrar en el multiverso a poco de introducirse literalmente a través del absurdo y lo proclamado de raro; cada golpe que recibe Lee Curtis y el gesto que coloca ante ésta locura de la cliente que hace Yeoh en lo real es medio subversivo y muy americano de paso. La interacción de ambas da mucho jugo, su celebridad no inhibe su sentido del humor. Así mismo entre Evelyn (Yeoh) y el marido fiel, noble y "debilucho" (Ke Huy Quan) hay tremenda interacción sensible; familiar y romántica al mismo tiempo. En cierto momento parecen escenificar In the mood for love (2000) aunque más light. Evelyn también parece de cierta manera homenajear la esencia de Grease (1978) con su casaca colorida que dice atrás punk. Es decir, lo familiar también puede ser punk. Tenemos en ésta película mucha acción, pero mucha parodia del kung fu volador que ha caracterizado a Yeoh.