domingo, 21 de noviembre de 2021

7 Semana del cine: Un crimen común


Un crimen común (2020), del argentino Francisco Márquez, no es tanto una película de terror o es que es sumamente sutil trabajando el género. El filme es político, pero sin hacer una referencia directa a alguna dictadura en particular, sabiendo que en Argentina hubieron dictaduras, y desapariciones extrajudiciales. Con ésta base general trabaja el thriller, la película de terror tenue. Una mujer llamada Cecilia (la bella Elisa Carricajo) se despierta de madrugada porque tocan desesperadamente a su puerta, con temor mira por sus persianas y logra ver al hijo joven de su empleada del hogar. Pero ella se queda pasmada y no le abre la puerta, al poco rato llegan unos policías que lo persiguen, lo capturan, se lo llevan y más tarde aparece su cadáver sobre un río y se entera que el muchacho ha sido asesinado anónimamente. De esto saltan a la pantalla miles de emociones que se posan en la performance de Carricajo que asume valiente tremendo papel. Por ella pasan las resoluciones que tomamos frente a algo tan critico, devastador e intimidante como una dictadura. El filme es el viaje poderoso que tomará Cecilia hasta otorgarse finalmente el perdón. Llevará una cruz pesada antes que es todo el filme. Los pequeños momentos de "terror" o "sobrenaturales" no son más que en realidad la culpa, el cuchillo que corta la piel y nos desangra hasta consumirnos e intentar destruirnos. Nuestra mente puede ser un verdadero calvario; nuestras decisiones, erróneas; la vida es complicada y no tenemos todos los aciertos, no tenemos todas las respuestas, podemos no tener las acciones precisas, somos al final carne, simplemente seres humanos. Pero el problema se hace duro y mortificante cuando hay una vida de por medio, por todo es un filme crudo, si lo pensamos bien y no nos enfocamos en querer hallar el gran filme original de terror o el de los impactos abiertos y deslumbrantes. Éste es un filme pequeño, trabajado con esa sutilidad que puede torturar al amante intenso del género. Es un filme indie argentino digamos, donde Elisa fuma nerviosa y busca la ducha para apagar el implacable remordimiento, donde confesarse es un paso que se piensa miles de veces y donde los fantasmas nos persiguen porque buscan algún tipo de respuesta, esa que se negó bajo la lluvia. Notable observar el impacto del descubrimiento de Cecilia de reconocer al muchacho muerto en donde se le halló en medio de disturbios. Valioso aunque sencillo observar como se cierran muchos momentos de sufrimiento. Es un filme demasiado austero y sutil para ser una obra de arte, pero decente e interesante a cierto punto.